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Andrés Rodríguez: «La confrontación es mala para que una empresa crezca y para el país»

El presidente y editor de Forbes España ha entregado el premio Forbes Best CEO 2022 a Miguel Fluxá, presidente de Grupo Iberostar.
Andrés Rodríguez, presidente y editor de Forbes España.

Miguel Fluxá, presidente de Grupo Iberostar, ha recibido el premio Forbes Best CEO 2022 en una cena celebrada en el Hotel Mandarin Oriental Ritz Madrid con TWC como partner.

Andrés Rodríguez, presidente y editor de Forbes España, ha entregado este premio al empresario hotelero como reconocimiento a su trayectoria al frente del gigante del turismo. Estas han sido las palabras que le ha dedicado:

Buenas noches a todos, muchas gracias por venir.

Estamos de cumpleaños. Han pasado ya diez años desde que acepté la oferta de Steve Forbes para editar en España la legendaria revista Forbes que había fundado su abuelo. 

Por entonces, España estaba preocupadísima por su posible rescate. De la prima de riesgo nos hicimos expertos todos y Forbes era “tan solo” –entre comillas– una revista de fama mundial. 

Una década después, somos la marca referente en economía, reputación y estilo de vida; una marca que –además, y entre muchas otras cosas– publica una revista cada mes. Puedo asegurarles a todos que ahora sí sé lo que dura un suspiro. Un suspiro dura diez años.

Acepté aquel reto porque vi tres oportunidades claras: 

La primera, la fortaleza de una marca que desde 1917 ha sido un referente mundial, capaz de enfrentarse al crack del 29, a la Segunda Guerra Mundial, al desarrollismo, al Watergate, a los yuppies de los años 80, al escándalo Madoz o a la crisis de Lehman Brothers. 

La segunda oportunidad –clara para mí– fue entender que, dentro del tejido empresarial español, la familia, la empresa familiar y el pequeño empresario tienen un peso definitivo. Si me lograba hacer con su confianza –y les ayudaba a impulsar sus empresas– Forbes echaría buenas raíces. Y así ha sido. Forbes es hoy una marca muy rentable, con las raíces profundas de un gran sequoia.

Pero no fue hasta que identifiqué la tercera oportunidad cuando me convencí que dedicaría a darle vida a Forbes durante las próximas décadas de mi trayectoria profesional. Ser empresario en España hace diez años no estaba muy bien visto. Acepté la misión de reividicar al empresario como parte imprescindible de nuestro desarrollo como sociedad y puse toda la capacidad de amplificación de Forbes a su servicio. Este premio de hoy es un buen ejemplo de ello.

Además, me hice empresario. Por eso soy editor. Spainmedia es mi empresa. Y Forbes una de nuestras marcas. No es la única. Tapas, Highxtar o Nautik nos ayudan a definir el inmenso potencial del estilo de vida como mercado. Además, haber acompañado al diario digital El Español –desde su fundación hasta el liderazgo que hoy defiende– es un orgullo.

A medida que Forbes se iba haciendo grande en España, mejoraba la percepción del empresariado. No somos los únicos, sería muy vanidoso atribuirme todo el mérito, pero sé que como editor y director de Forbes, mi equipo y yo hemos contribuido de manera decisiva en ese sentido. 

Ahora emprender mola. Incluso diría que fracasar en una aventura empresarial es digno de ser incluido en cualquier currículum. Pero aún nos queda mucho por explicar. Todos somos testigos de cómo a los empresarios se nos utiliza por parte de un partido político o de otro; por un grupo de interés o por otro; en un intento infantiloide de enfrentarnos. De enfrentarnos entre nosotros. Y de enfrentarnos también con nuestros clientes.

Sabemos bien que la confrontación es mala para que una empresa crezca. Y lo que no es bueno para las empresas es malo para nuestro país. Los empresarios estamos en el centro de la conversación. Siempre fue así. Por eso creo firmemente que nosotros los empresarios podemos explicarnos mejor. 

Propongo que no le hablemos a la sociedad solo de nuestros intereses, sino también de nuestros equipos. Somos los primeros interesados en cuidar de nuestra gente. No existe una dicotomía entre el empresario y sus trabajadores. Como no existe abismo entre el capitán de un barco y la marinería. 

Miguel Fluxá tiene 30.000 trabajadores de 95 nacionalidades involucrados en su proyecto. Así que os propongo que salgamos a contarlo. Que dejemos hablar sólo de nosotros, porque entonces damos pie a que ellos hablen de lo suyo. El desarrollo no funciona sino integramos a todos. 

Ningún país avanza sin el ‘nosotros’. Y os ofrezco Forbes como hemos hecho estos diez años para que se nos deje de ver como una clase privilegiada, que monta empresas para lucro personal, y se nos vea como personas comprometidas con todo el país. 

Y me si lo permitís. Seré todavía más concreto con algunos temas sobre los que debemos reflexionar: 

La inteligencia artificial lo va a cambiar todo. Toda nuestra sociedad está construida a partir del lenguaje. Es el lenguaje el que genera confianza. Y la confianza, negocio. Sin confianza no hay empresa. Como empresarios debemos impulsar la conversación sobre la regulación. Igual que una farmacéutica no puede comercializar los medicamentos que quiera, necesitamos regular nuestra relación con la Inteligencia Artificial. 

Necesitamos que los que los gobiernan y los que nos quieren gobernar piensen a largo plazo. Somos expertos en construir planes estratégicos. A nadie se nos ocurriría gestionar nuestras empresas a golpe de impulso. 

Necesitamos que Madrid consolide su proyección. Y que Barcelona se recupere cuanto antes. Sin Barcelona, sin Cataluña, estamos incompletos. Lo mismo que necesitamos que el éxito de Málaga no sea una excepción en la descentralización de nuestro país. 

Tenemos que ser más rápidos. Menos burocráticos. Más competitivos. Éste es uno de los mejores países para vivir, pero –o somos más competitivos– o nos quedaremos como un país de sol y buena vida. 

Nuestro modelo turístico, en el que somos una potencia mundial, necesita evolucionar. Este año podemos volver a batir el record de turistas extranjeros, pero, ¿queremos muchos más visitantes? ¿Podemos recibir más clientes? ¿O queremos recibir mejor? 

Miguel Fluxá desarrolla una ambiciosa Agenda 2030 para ser libre de residuos en 2025, neutral en emisiones de carbono en 2030, 100% responsable en su cadena de suministro de productos del mar en 2025, y mejorar la salud de los ecosistemas que rodean sus hoteles. Ahora le escucharemos.

Esta reflexión es para todos nosotros. Tenemos que contratar a los mayores de 50. No podemos permitirnos despreciar la experiencia. No podemos convertir a la generación del baby boom en jubilados prematuros. Necesitamos no solo contratar sino también escuchar a los mayores. Permitidme que a nuestro homenajeado hoy le considere un ‘joven mayor’.

Hace unos meses he sido elegido por todos los editores de revistas, agrupados en la asociación ARI, como su presidente. Que mejor regalo de cumpleaños para mis 15 años como empresario y mis 10 como editor de Forbes que la confianza de mis compañeros y colegas. 

Los editores de revistas somos tolerantes. No polarizamos, porque en nuestras comunidades hay gente muy diferente. Que vota a gente muy distinta. Somos editores que cuidamos tanto a nuestras comunidades como a nuestros anunciantes. Los editores de revistas transmitimos buen rollo, pero generamos debate. 

Fijaros por ejemplo cómo una portada del Hola –hace una semanas– ha marcado la agenda del país con un debate popular sobre la gestación subrogada. Por eso a los empresarios del sector como Miguel Fluxa les gusta tenernos en sus habitaciones para sus huéspedes. Y a nosotros estar allí.

Por eso pido desde aquí –como editor y Presidente de ARI– a los alcaldes de las ciudades que entiendan que los quioscos vertebran barrio y que se deben proteger. Nuestras ciudades sin quioscos serán mas feas, menos vivibles, menos ciudades, menos europeas. En definitiva, más antipáticas.

Muchas gracias por escucharme. Y Felicidades, Miguel. 

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