Parecía un sábado cualquiera, pero aquella canción de jazz, ‘Round Midnight’ –de Jimmy McGriff– se coló en los oídos de medio millón de personas: había nacido Radio Caroline. La historia de esta radio pirata se remonta al 28 de marzo de 1964 y comienza desde un barco.
El empresario y manager musical Ronan O’Rahilly (21 de mayo de 1940-20 de abril de 2020), ávido productor musical, amigo de los Rolling y The Animals, quiso ampliar su negocio y crear su propia emisora, donde hacer sonar las canciones que quisiera, eludiendo el control de las discográficas sobre la radiodifusión de música en el Reino Unido y el monopolio de la BBC. Animado por los piratas radiofónicos holandeses y escandinavos, en febrero de 1964 consiguió hacerse con el antiguo buque de pasajeros Fredericia (702 toneladas) y botado en Frederikshavn en 1929. ¿Por qué no?, pensó.
Tras pasar unas semanas por ‘chapa y pintura’ y una vez adaptado, fue convertido en barco radiofónico –adelantándose a Radio Atlanta, por el que competía para salir primero al aire–. Su nombre –Radio Caroline–, por cierto, nace de Caroline Kennedy, hija del presidente de EE UU John F. Kennedy.
La potencia de transmisión de Radio Caroline era de casi 20 kW, consiguiendo una amplia audiencia que llegó a los 7 millones de oyentes, siendo en su mayoría mujeres y niños, ya que las retransmisiones se iniciaban a las 6 de la mañana y hasta las 6 de la tarde (por la mañana, las mujeres eran su mayor audiencia; por la tarde, los niños). También programaba música desde las 8 de la tarde, evitado la competencia con los programas populares de televisión.
Pero, ¿por qué era una radio pirata? En sus comienzos, las emisiones se hacían sin licencia del gobierno, aunque realmente nunca llegó a ser ilegal como tal, ya que operaba en un barco fuera de cualquier jurisdicción nacional, ubicado en el Mar del Norte.
Sus comienzos fueron dorados, la audiencia cada vez iba a más e incluso ampliaron rango con la creación en otro barco de Radio Caroline South (Mv Mi Amigo), pero su futuro se fue truncando poco a poco. Con su éxito, se crearon nuevas plataformas radiofónicas; posteriormente, piratas (de los de verdad) tomaron algunos de esos barcos; después, la empresas que proveía el servicio radiofónico dejó de hacerlo cuando dejaron de pagarle e incluso el gobierno laborista quiso acabar con los ‘piratas’ de la radio. Y lo consiguieron.
Radio Caroline estuvo hasta el primer trimestre de 1980 en el viejo barco Mv Mi Amigo que terminó hundido, llevándose también la edad de oro de Radio Caroline. Pero reapareció. En 1983 volvió a la carga una radio que ya tenía nuevo grupo de dueños –O’Rahilly seguía entre ellos–. Lo hizo en el buque Mv Ross Revenge, un antiguo barco pesquero, pero fuerte y grande (aunque terminara afectado por culpa de una tormenta).
En 1991, Radio Caroline se mudó a tierra firme, operando principalmente como una estación vía satélite. Aunque el espíritu pirata sigue vivo: sí, el Mv Ross Revenge sigue retransmitiendo, amarrado en el río Blackwater en Essex. También se promociona como atracción turística pudiéndose visitar un fin de semana al mes y recorrer sus estudios.
De la historia también se ha escrito mucho… e incluso una película muestra esta aventura de piratas de la música, inspirando el film The Boat That Rocked, dirigida por Richard Curtis, y que cuenta, en tono cómico, las aventuras de esta radio pirata que emitía música rock, pop y de protesta desde sus estudios en un barco anclado en las aguas del norte de Inglaterra las 24 horas del día, «cuando las radios locales y nacionales de Inglaterra solo tenían permiso para emitir 45 minutos de música rock al día».