Vestidos cortos o largos; de corte sirena, princesa, recto o curvy. Monos o trajes de chaqueta. Una novia tiene a su disposición un sinfín de opciones que podrá acompañar con diferentes complementos para lucir resplandeciente uno de los días más importantes de su vida.
Tras el parón obligado por la pandemia, las bodas vuelven a llenar los calendarios con más ilusión que nunca, con ganas de recuperar esplendor y con los vestidos de novia como claros protagonistas. Tanto es así que se espera que este 2023 la moda nupcial viva un año de gran crecimiento, y Pronovias Group va a ser sin duda quien lidere este nuevo tirón.
Con presencia en más de cien países, una red de 92 tiendas y más de 4.000 puntos de venta en todo el mundo, el grupo fundado en 1964 y cuyos orígenes se remontan a la Barcelona de 1922 ha consolidado una posición de referencia en un sector en plena efervescencia.
En este escenario, Pronovias Group ha trazado un plan de negocio que incluye un ambicioso proyecto de renovación de sus tiendas y su consolidación en mercados clave como el estadounidense. Una fortaleza que le permite estar en la mejor posición para aprovechar el auge de bodas y eventos especiales.
Pronovias Group inauguró en 2019 una flagship store en pleno corazón de Manhattan (Nueva York, Estados Unidos) que se suma a las siete tiendas con las que el grupo cuenta en el mercado estadounidense.
El mercado chino, en plena reactivación tras las duras restricciones de la pandemia y otras plazas más consolidadas como Londres, donde la firma ha abierto recientemente una flagship store en New Bond Street, son otros puntos clave del impulso internacional.
Marcar la diferencia
Para cumplir con sus objetivos, la firma dirigida desde 2018 por Amandine Ohayon apuesta por la innovación y la diversificación a través de las distintas marcas de su portafolio y la excelencia en el servicio al cliente.
Ohayon se incorporó al grupo tras una dilatada experiencia en el segmento del lujo, con una exitosa carrera en LVMH y L’Oréal, donde llegó a ser directora general de L’Oréal Luxe para Reino Unido e Irlanda.
Con esta trayectoria, la directiva mira el futuro de Pronovias con determinación para seguir creciendo y adelantándose a las demandas de unas novias que “son cada vez más heterogéneas y exigentes, y que nos piden ser rápidos y versátiles sin renunciar a la más elevada calidad”. Todo un reto para una industria que trabaja productos casi únicos con un proceso de elaboración complejo, donde se cuida el mínimo detalle, y que sabe como pocos lo crucial que es dar respuesta a las aspiraciones de los clientes.
Desde su central de El Prat de Llobregat (Barcelona), Ohayon dirige la firma –ahora bajo el liderazgo de Bain Capital– y cuenta con cerca de un millar de empleados con un mandato muy claro: generar tendencia en el diseño de vestidos nupciales, lo que ha convertido a esta compañía en una pieza clave de la industria nupcial y en la marca de referencia para millones de personas en todo el mundo (sólo en 2022 Pronovias Group vistió a 30.000 novias).
Identidad propia
Desde finales de los años 70, cuando Pronovias inició su proceso de internacionalización, el grupo ha sabido crecer sin perder su identidad.
La firma nupcial ha incorporado nuevas marcas como la italiana Nicole o la holandesa LadyBird, y establecido alianzas y colaboraciones estratégicas, como las colecciones junto con la modelo Ashley Graham o la realizada con Georgina Chapman (Marchesa for Pronovias), así como la reciente incorporación de la licencia de la línea nupcial de la estadounidense Vera Wang.
Además, producto de esta filosofía y su objetivo de estar presente en la vida de las personas en sus momentos más especiales, ha sido también la reciente entrada del grupo en la moda nupcial masculina con la firma italiana Carlo Pignatelli o su apuesta por las líneas de complementos y de vestidos de fiesta, áreas de negocio que permiten diversificar y abarcar nuevos públicos.
Exclusividad sostenible
Otro reto importante y en el que Pronovias Group también ha ido un paso por delante es la sostenibilidad, pieza clave en una actividad que gira entorno a un producto de un solo uso.
El grupo trabaja priorizando una materia prima sostenible y explorando mano a mano con sus proveedores nuevos materiales, a la vez que avanza en servicios que permiten dar una segunda vida al vestido.
«Se trata de innovar constantemente en todos los aspectos del negocio, porque la moda nupcial no es estática y nosotros como compañía líder no podemos serlo tampoco. Nuestro objetivo es ser capaces de estar siempre un paso por delante”, subraya Ohayon.
La firma nupcial trabaja con el fin de consolidar el liderazgo mundial en un 2023 que seguro va a ser un año de celebración para el sector. “Estamos ilusionados con esta etapa que vemos repleta de retos pero también de grandes oportunidades, tenemos la responsabilidad de ser motor y estamos convencidos de que vamos a seguir siéndolo”, asegura Ohayon.
