El astillero holandés Royal Huisman ha creado un monstruo. Hoy, hablamos del Nilaya, un yate de aluminio muy especial: es el más ligero de los de su clase, reduciendo un 11% el peso con respecto a sus semejantes, sin sacrificar rigidez ni escatimar en calidad para este crucero de alto rendimiento.
El astillero destaca su «revolucionario método» que llaman Featherlight. El Nilaya tiene 46,8 metros de eslora y en él se han utilizado las tecnologías de las naves espaciales. La ingeniería y la gestión del peso se han llevado a cabo internamente, con un enfoque integral que abarcó la iluminación, el aislamiento y todos los sistemas mecánicos.
El interior también se ha beneficiado de un cuidadoso análisis del peso. Todos los elementos estructurales del interior están recubiertos de espuma ligera. Este innovador enfoque reduce la diferencia de desplazamiento entre los yates de aluminio y los de compuestos de carbono.
El fabricante explica que todo el curvilíneo techo de 17,5 metros y la estructura de la cabina de invitados son de composite de carbono, al igual que otros componentes de la embarcación. Tanto el interior como el exterior del Nilaya han sido diseñados por Nauta Design, mientras que su arquitectura naval es cortesía de Reichel-Pugh Yacht Design.
Su mástil, botavara y jarcia de fibra de carbono también son fundamentales para mantener el peso lo más bajo posible. Para aprovechar los estrechísimos ángulos de escota de la vela de proa, se ha creado un nuevo diseño de crucetas curvadas de fibra de carbono, más cortas y aerodinámicas que las anteriores, así como winches híbridos (carbono y aluminio) y escotillas.
A bordo de este yate pueden dormir entre ocho y 10 marinos, junto con ocho tripulantes. El Nilaya tiene un perfil elegante, con proa recta y timones gemelos, que ahora lucirá en el mar presumiendo de diseño, capacidad, tecnología y ligereza.