Si quieres predecir dónde estarás dentro de diez años, fíjate en lo que haces cada día. Los seres humanos somos criaturas de hábitos, así que puedes asumir con seguridad que harás aproximadamente las mismas cosas a menos que lleves a cabo un cambio intencionado. Si no te gusta el pronóstico, haz los cambios ahora. Pequeñas correcciones del rumbo pueden cambiar drásticamente una trayectoria, y al principio no te darás cuenta.
Aquí tienes siete poderosos hábitos que debes probar al menos una vez, y cómo crearlos en menos de treinta días.
Despertarte a las 5 de la mañana
Antes de que salga el sol es un momento glorioso. Todo está tranquilo, nadie compite por tu atención y puedes hacer las cosas en las que necesitas espacio para pensar. Aprovechar al máximo esas primeras horas puede prepararte para un día increíble, uno en el que te sientas como si lo hubieras ganado al mediodía.
Crea el hábito empezando gradualmente o directamente. Empieza poco a poco despertándote quince minutos antes cada día y ajustando la hora de acostarte en consecuencia. Tu cuerpo se adaptará y pronto empezar a las cinco de la mañana te parecerá normal. Pon el despertador a las cinco de la mañana y prepárate para mañana. Puede que las primeras mañanas te sientas fatal, pero luego sabrás qué esperar y tu reloj corporal también.
Hacer peticiones audaces
Las grandes ganancias son para las personas que preguntan, sin excepciones. Deja de creer que estás esperando a que te descubran. Es un mito. En lugar de esperar a que te elijan, haz peticiones a quienes puedan ayudarte. Envía un correo electrónico a un autor que te inspire, anota tu nombre para un nuevo reto, pide una llamada con un pez gordo. Te sorprenderá quién te conceda tu deseo.
Convierte las peticiones audaces en un hábito: haz una al día. Con el objetivo de ser rechazado, envía el correo electrónico, haz la llamada o formula la pregunta. No hay presión por el sí, sólo estás desarrollando la habilidad de la confianza audaz y viendo qué pasa.
Meditar
La meditación tiene muchos beneficios sorprendentes, y uno de ellos es que reconfigura el cerebro para que puedas concentrarte mejor. La concentración es uno de los superpoderes de los emprendedores, por lo que mejorar la capacidad de concentración nunca está de más.
La práctica de la meditación no tiene por qué llevar horas al día. Empezar con diez minutos puede suponer una gran diferencia, y es probable que recuperes esos diez minutos más tarde, cuando te distraigas menos durante un proyecto de trabajo. Conviértelo en un hábito fijando un recordatorio diario a la misma hora cada mañana o descargando una aplicación de meditación para que te guíe.
Dar las gracias
Si tienes el hábito de dar las gracias, tienes el hábito de recibir. Pero mucha gente no lo hace. Da las gracias a tu equipo cada vez que haga un buen trabajo. Da las gracias a tus padres por criarte. Da las gracias a todos los que te han abierto una puerta, te han ayudado o han hablado bien de ti.
Nadie se ha hecho a sí mismo, todo el mundo ha llegado ahí gracias a los demás. Recuerda quiénes son esos otros y asegúrate de que sepan que les estás agradecido. Acostúmbrate a dar las gracias hoy mismo. Da las gracias verbalmente más de lo normal y ten proveedores a mano cuando sea apropiado enviar una tarjeta o una caja de bombones.
Días de trabajo sin reuniones
Te garantizo que puedes hacer más en un día de trabajo sin reuniones que en uno en el que estás espalda con espalda. El espacio te da tiempo para pensar y respirar e imaginar un futuro mayor para tu empresa. Te permite profundizar en el trabajo y los proyectos sin mirar el reloj. Puedes adentrarte en ideas que podrían mover la aguja de forma significativa.
Hacer de esto un hábito empieza por elegir un día. Un día, la semana que viene, en el que no vayas a cerrar ninguna reunión ni llamada. Cuando vaya bien, repítelo la semana siguiente y conviértelo en algo recurrente. Pronto te preguntarás qué hacías sin ese día sin reuniones.
Llegar a los periodistas
A los periodistas les gusta que se lo pongas fácil. Si les llegas a la bandeja de entrada con ideas relevantes sobre las que quieren escribir, es probable que trabajen contigo. Otro secreto: a menudo utilizan las mismas fuentes varias veces. Eso significa que, una vez que entras en su radar, puedes mantener tu posición con relativa facilidad.
El hábito que hay que crear es ponerse en contacto con ellos. Cada vez que leas un artículo sobre algo relacionado con tu sector, anota quién lo ha escrito. Envíales un correo electrónico y proponte para futuros artículos. Diles por qué te ha gustado lo que han escrito. Sé útil y aporta ideas. Lleva un registro y haz un seguimiento, hasta que te pidan citas y escriban tus ideas con sus palabras.
Recopilar las opiniones de los clientes
Cuando las grandes empresas fracasan suele ser porque no están en contacto con sus clientes. Aunque no hubieran empezado así, con el tiempo crecieron y se alejaron cada vez más de la gente de a pie a la que prestaban servicio. Las decisiones se tomaban en despachos de cristal en vez de en cafeterías. Los servicios de atención al cliente se externalizaron en lugar de ser atendidos por el propietario. Se produjo la separación.
Crear el hábito de recoger las opiniones de los clientes y hacer algo al respecto. Asegúrate de que las vías de recogida de opiniones están establecidas, se examinan y se les da respuesta. Conviértelo en un hábito y mantenlo incluso cuando tu empresa crezca. Las mejores compañías están ávidas de escuchar a sus clientes y no dejan de hacerlo. Haz de la tuya una de ellas.
Levantarse temprano, hacer peticiones audaces, meditar y dar las gracias pueden prepararte para un gran éxito. Si, además, no te reúnes, te pones en contacto con periodistas y recoges las opiniones de tus clientes, serás una fuerza imparable. Imagina el futuro del empresario que se propusiera hacer de cada una de estas cosas un hábito.