El juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, ha dictado auto en el que acuerda archivar las actuaciones relativas al concurso de acreedores del desaparecido astillero vigués Hijos de J. Barreras (cuyas instalaciones son ahora propiedad del grupo Armón).
Así, la magistrada da cumplimiento a lo previsto en la Ley Concursal, que establece que, cuando el administrador concursal y la Fiscalía coincidan en señalar un concurso como fortuito (sin responsables), el juzgado debe ordenar el archivo de las actuaciones «sin más trámites», en un auto contra el que no cabe recurso.
El juzgado declaró en concurso voluntario al astillero en enero de 2022, dado que la empresa estaba en situación de insolvencia, y ordenó la apertura de una pieza separada para la venta de la unidad productiva. Seis meses después, declaró la extinción de la sociedad y, a finales de julio, formalizó el despido de un centenar de trabajadores, casi la totalidad de la plantilla (con excepción de la veintena que fueron subrogados por los nuevos dueños, Armón).
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