Talgo obtuvo un beneficio neto de 1,4 millones de euros en 2022, un 94,8% menos que en el año anterior, según ha informado la compañía este martes a la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV).
Esta caída del resultado viene explicada según Talgo por los incrementos de tipos realizados por los bancos centrales, que repercutieron en el coste de la deuda a largo plazo y de financiación de los proyectos, con el consiguiente aumento de los gastos financieros del grupo.
A su vez, los mayores gastos de depreciación reconocidos en el periodo debido principalmente a las provisiones de Rusia y la reversión de bases imponibles negativas relativas a la filial en Estados Unidos, así como el «elevado» impuesto de sociedades efectivo (reflejo de los diferentes resultados en los mercados con
presencia), han afectado negativamente a la compañía.
Los ingresos de la compañía se elevaron hasta los 469 millones de euros, aunque supone una cifra menor a la de 2021 en un 15%. Esta caída de la facturación, según han explicado desde Talgo, obedece a los retrasos causados por la cadena de suministro en los proyectos de fabricación, que esperan que se recupere en 2023.
En cuanto al resultado bruto de explotación (Ebitda) del fabricante de trenes, este fue de 52,5 millones de euros, con márgenes del 11,2%, reflejando, por un lado, el impacto de la cadena de suministro y la inflación y, por otro, la estabilización de márgenes y progresiva recuperación desde el segundo trimestre del año.
Mientras, las inversiones se elevaron hasta los 21 millones de euros en el periodo, en línea con lo previsto a principios de año, de los cuales el 74% corresponde a actividades de I+D y el 12% a aumento de capacidad.
La compañía sigue viendo el futuro con optimismo, sobre todo por el proceso de descarbonización del transporte mundial, con organizaciones gubernamentales y clientes buscando modos de transporte eficientes y respetuosos con el medio ambiente.