La economía de Turquía creció un 5,6% en el conjunto de 2022, aunque acusó una desaceleración en el cuarto trimestre del año, cuando creció un 3,5% en términos anualizados, según ha revelado el Instituto Estadístico Turco (Turkstat).
Los sectores económicos que más contribuyeron al incremento económico fueron el financiero y de los seguros, con un avance del 21,8%; el de los servicios, con un 11,7%, y el de actividades profesionales, administrativas y de apoyo a los servicios, con un 8,7%.
Por el contrario, las que mostraron un menor dinamismo fueron la industria, que creció un 3,3%; la agricultura, con un 0,6%, y, por último, la construcción, que fue el único sector que detrajo del PIB al contraerse un 8,4%.
En cuanto a los componentes del PIB turco, el consumo de las familias aumentó un 19,7%; la formación bruta de capital fijo lo hizo un 2,8%; mientras el gasto público lo hizo un 5,2%. Sobre el capítulo exterior del PIB, las exportaciones de bienes y servicios crecieron un 9,1% y las importaciones lo hicieron un 7,9%.
DÉFICIT COMERCIAL Y COSTES DE RECONSTRUCCIÓN
Estas cifras se han conocido tan solo un día después de que Turkstat informase que el índice de sentimiento económico de enero se situó en 99,1 puntos, dos décimas menos que un mes antes, por el empeoramiento de las perspectivas en todos los sectores.
El organismo explicó que una cifra inferior a 100 indica un «pronóstico negativo» sobre la marcha actual de la economía, mientras que una superior avala lo contrario.
Además, Turkstat informó también de la ampliación en enero del déficit comercial de Turquía con los mercados internacionales hasta los 14.237 millones de dólares (13.428 millones de euros), un 38,4% más interanual.
Así, la economía turca exportó bienes y servicios por valor de 19.369 millones de dólares (18.269 millones de euros), mientras importó del extranjero productos por 33.606 millones de dólares (31.697 millones de euros), principalmente productos energéticos, que fueron responsables del 40,8% de las compras al exterior.
A esto se suma la estimación realizada por el Banco Mundial sobre el coste de provocado por los terremotos que arrasaron Turquía a comienzos de febrero, que causaron daños directos de 34.200 millones de dólares (32.257 millones de euros), lo que equivale al 4% del PIB turco de 2021.
Asimismo, el organismo internacional advierte que los costes de la reconstrucción serán mucho mayores que esta cantidad, posiblemente hasta se duplicarán. De forma similar, el lucro cesante por infraestructuras y edificios dañados incrementarán esta factura.