Colonial obtuvo un beneficio neto de 8 millones de euros en 2022, lo que supone una caída del 98% respecto a los 474 millones de euros del año anterior, debido al impacto contable de la variación del valor de sus activos.
La socimi consiguió incrementar el valor bruto de los activos un 1% en términos comparables, hasta los 13.000 millones de euros, a pesar del impacto que la subida de los tipos de interés ha tenido en las valoraciones de los activos inmobiliarios.
No obstante, el consejero delegado, Pere Viñolas, ha explicado en un encuentro con los medios que el valor neto de los activos (que tiene en cuenta las inversiones) sí descendió un 1,7%, hasta los 6.384 millones de euros, lo que explicaría la caída en el beneficio neto.
Este efecto en las socimi es solo contable y no tiene impacto en la caja de la compañía. Por eso, el resultado recurrente, que en el caso de Colonial aumentó un 26%, hasta los 161 millones de euros, recoge mejor la evolución del negocio.
En este sentido, en 2021 la compañía logró un beneficio neto muy alto por el efecto, en ese caso positivo, de la revalorización de los activos tras el fuerte impacto inicial que produjo la pandemia en 2020 y que tampoco recogía la verdadera evolución de la actividad.
En cualquier caso, el año pasado las rentas que ingresó Colonial por el alquiler de sus espacios fue de 354 millones de euros, lo que representa un incremento del 13%, al mismo tiempo que el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 283 millones de euros, un 14% superior.
La mejora operativa se explica por dos razones, una más externa a la empresa como es la inflación, que al estar los contratos indexados al IPC crecen automáticamente, y una más interna que corresponde a los nuevos contratos firmados con los inquilinos de sus edificios de oficinas.
Esta última partida alcanzó los 177.000 metros cuadrados contratos, lo que representa la segunda mayor cifra de contratación de los últimos doce años, solo superada por el récord de 2019, antes del estallido de la pandemia. También contribuyó positivamente la ocupación de sus inmuebles, que alcanzó el 96%.
«Nuestra capacidad para capturar incrementos de rentas por encima del mercado y el exitoso desarrollo de nuestra cartera de proyectos nos han llevado a alcanzar uno de los mayores ingresos de nuestra historia y a obtener crecimientos de doble dígito en los principales indicadores de nuestro negocio», ha destacado Viñolas.
PLAN DE DESINVERSIONES
La compañía está inmersa en un plan de desinversiones de 500 millones de euros, de los que 84 millones ya se llevaron a cabo en 2022, y ya está ultimando la venta de otros seis activos por 420 millones de euros, tres de ellos materializados en enero y febrero de este año. En el corto plazo, las ventas de activos adicionales no superarán los 400 millones de euros.
La deuda neta se redujo en 421 millones de euros, hasta los 4.934 millones, gracias a estas desinversiones, y la liquidez aumentó hasta los 2.645 millones de euros, con un LTV (proporción de deuda respecto al valor de los activos) del 36,9%.