La confianza de los consumidores franceses ha registrado una caída de un punto en febrero, para situarse en 82, un nivel «muy por debajo de la media histórica» de 100 (baremado entre enero de 1987 y diciembre de 2022), según ha informado el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE).
La agencia avisa de que la percepción de las familias de su situación financiera pasada y futura ha caído este mes y permanece en «niveles reducidos y por debajo de su media a largo plazo».
Además, la proporción de hogares que estiman que es una buena idea ahorrar se ha incrementado en siete puntos desde enero y ha alcanzado la cifra de 37, «probablemente como resultado de la mejora de la rentabilidad en algunos productos de ahorro». Asimismo, el índice que cuantifica la predisposición de realizar grandes compras se mantiene estable desde diciembre en -40, un valor también anormalmente bajo.
Estos datos se suceden a la desaceleración del PIB del cuarto trimestre registrada por el INSEE, cuando se expandió un magro 0,1%, una décima menos que el trimestre previo. En el conjunto de 2022, la economía francesa logró crecer un 2,6%.