Tres años después de ocupar el cargo de directora de captación de fondos de una organización sin ánimo de lucro, mi clienta Denise creía que le tocaba un aumento de sueldo. Durante su mandato, el equipo de Denise incrementó las donaciones en millones de dólares. Sólo en el último año, recaudaron más del doble de su objetivo anual de captación de fondos.
Envalentonada por este logro, Denise se sintió segura al dirigirse al Director General de su organización para pedirle un aumento. Pasó semanas preparándose para reunirse con él: investigando los salarios de puestos similares, pensando en sus justificaciones y ensayando la conversación mentalmente.
Cuando Denise por fin se dirigió a su jefe, éste la rechazó. La decepción se apoderó de ella cuando le dijo: «Lamentablemente, no estamos en condiciones de ofrecer más en este momento. Podemos retomar esta conversación dentro de seis meses. Hasta entonces, sigue haciendo lo que has estado haciendo».
Quizá hayas estado alguna vez en el lugar de Denise, esperando con impaciencia una conversación sobre la retribución o tu revisión anual, para sentirte abatido cuando te dicen «no». Hay que tener agallas para pedir más dinero y ser rechazado puede herir tu autoestima.
Incluso ante el rechazo de su jefe, Denise siguió confiando en sus capacidades y en el valor de sus contribuciones. Decidió no interiorizar el rechazo ni dejar que afectara a su rendimiento. Tú puedes hacer lo mismo.
Cómo recuperarse tras la denegación de un aumento de sueldo
Sea diplomático en su respuesta.
Es normal emocionarse ante un rechazo. Después de la reunión con tu jefe, tómate tiempo para reconocer y procesar tus sentimientos. Céntrate con un par de respiraciones profundas y luego busca la forma más diplomática de reaccionar.
Por ejemplo: «Gracias por avisarme. Estoy seguro de que no te sorprenderá saber que me siento decepcionado por el hecho de que la organización no pueda hacer frente a un aumento de la retribución. A pesar de ello, sigo esforzándome al máximo. Estoy deseando seguir hablando sobre cómo puedo aportar más valor a mi puesto».
Al responder de esta manera, muestras tu agradecimiento por la transparencia de tu supervisor y demuestras que tienes capacidad de reacción cuando te enfrentas a un problema. También dejas la puerta abierta a una futura conversación sobre tu retribución.
Profundice.
Explora los posibles obstáculos que pueden haber contribuido a la negativa de tu jefe. Acércate con una actitud curiosa y mantén tu tono y tu lenguaje corporal alejados de cualquier actitud defensiva que puedas sentir. Podrías preguntar si has alcanzado la banda salarial más alta para tu puesto, o si la empresa prevé un cambio en los ingresos. Obtén más información con preguntas como
· ¿Qué factores han influido en esta decisión?
· ¿Cómo se evalúan la remuneración y el rendimiento?
· ¿Qué podría hacer más?
Los datos adicionales le ayudarán a decidir si debe permanecer en la empresa y abogar por un aumento de su salario. O si lo mejor es planificar tu salida y prepararte para un nuevo puesto en el que te valoren.
Sugiera alternativas.
Al solicitar detalles sobre la perspectiva de tu jefe, podrás proponer soluciones alternativas que pueden ser mejor recibidas. Por ejemplo, una antigua clienta mía pidió 20.000 dólares más al año. Su supervisor le hizo una contraoferta, diciéndole que, aunque no podían aceptar un aumento de 20.000 dólares, sí podían ofrecerle 10.000 dólares más una nueva prima.
También puede negociar:
· Opciones sobre acciones
· Un nuevo puesto de trabajo
· Vacaciones adicionales
· Recursos para el desarrollo profesional
· Trabajo desde casa u horario flexible
· Financiación para mejorar tu oficina en casa.
Mantén la conversación.
Cuando oigas un «no», recuerda que no es el final de la conversación. Un rechazo puede marcar el inicio de una negociación en lugar de su fin, porque abre un diálogo entre las partes interesadas.
Si tu solicitud de aumento ha sido denegada, convierte ese rechazo en una oportunidad. Mi clienta Denise programó una reunión de seguimiento con su jefe, el Director General, en la que le propuso un plan de desarrollo para el año siguiente. Trazaron una estrategia para llevarla al siguiente nivel, con indicadores y formas concretas de mejorar.
Denise se puso en contacto periódicamente con su jefe para asegurarse de que iba por buen camino. Esto demostró al director general que Denise se tomaba en serio su objetivo y estaba decidida a cumplirlo, además de ofrecerle un refuerzo continuo por el hecho de que su rendimiento seguía superando los puntos de referencia que habían establecido.
Promociónese de forma auténtica.
Cuando pida un aumento de sueldo, es fundamental que de a conocer sus logros. Busque formas de dar a conocer su impacto. Tal vez haga una presentación de un caso práctico en una reunión. O quizá te conviertas en invitado de podcasts del sector para establecerte como líder de opinión.
Otra técnica estupenda es empezar cada reunión con su supervisor compartiendo sus éxitos recientes. Asegúrate de enmarcar tus logros en términos de cómo afectan a tus clientes o a tu empresa en su conjunto, no sólo como logros personales.
Busque otros defensores.
Muchas organizaciones avanzan hacia estructuras planas y se alejan de la jerarquía estricta. Si el poder en tu lugar de trabajo está descentralizado, tu supervisor puede ser una de las varias partes interesadas que contribuyen a su trayectoria profesional, incluido el hecho de que reciba un aumento de sueldo.
Puede plantearse solicitar una reunión a un nivel superior con el jefe de tu jefe, en la que le informe sobre sus contribuciones y su trabajo. Al entablar relaciones con otras partes interesadas con autoridad, estará cultivando múltiples aliados que le apoyarán cuando surjan oportunidades de ascenso.
Recuérdate a ti mismo que, aunque el rechazo de un aumento de sueldo pueda parecer un contratiempo, es una oportunidad para crecer.