Economía

La Eurocámara pide evitar una carrera interna en los esfuerzos por contrarrestar los subsidios verdes de EEUU

Los eurodiputados del Parlamento Europeo han instado este miércoles a evitar que los planes de la Unión Europea (UE) para contrarrestar el impacto en la industria comunitaria de la ley de subsidios ‘verdes’ de Estados Unidos desate una carrera interna entre los Estados miembro.

El hemiciclo de la Eurocámara en Estrasburgo ha acogido este miércoles el debate sobre el plan presentado por la Comisión Europea para frenar el ‘dopaje’ que competidores internacionales como China o Estados Unidos quieren inyectar a su industria verde y que los europeos consideran «injusto».

«Queremos que Europa sea la casa de la industria de cero emisiones; nos aseguraremos de que las empresas emergentes puedan crecer también en la UE y de que los inversores destinen su capital a las energías limpias, todo ello, con personas adecuadamente formadas para llevar a cabo la revolución de las tecnologías limpias», ha señalado en su presentación la comisaria europea de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness.

El diputado de los ‘populares’ europeos Christian Ehler ha lamentado que Bruselas haya necesitado el «impulso» de Estados Unidos para «despertar», aunque ha reconocido que aún puede «conseguir que la economía florezca y que el Pacto Verde sea una realidad» al tiempo que ha pedido un marco que de «certidumbre» a las empresas.

Por su parte, la presidenta de los socialistas europeos (S&D), Iratxe García, ha destacado que el plan industrial verde «no puede ser una oportunidad perdida», aunque ha criticado que su actual planteamiento «ignora» los derechos de la clase trabajadora, mientras que su financiación está en un «limbo».

No obstante, ha pedido «aprovechar» este momento «decisivo» de revolución verde y digital para modernizar la economía con urgencia, con especial hincapié en la reforma del mercado eléctrico o la revisión del modelo de ayudas públicas, que debe garantizar, no solo la modificación de umbrales, sino también un instrumento que equilibre las diferencias de tamaño y margen fiscal de los Estados miembro, para evitar que una «carrera interna» fragmente el Mercado Único.

En términos similares, el presidente de los liberales europeos (Renew), Stéphane Séjourné, ha abogado también por estas reformas y ha insistido en una «respuesta común» para el mercado que ofrezca más ayuda estatal con proyectos financiados a través del Fondo de Soberanía Europeo anunciado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. «Dejemos de ser ingenuos», ha apostillado, al tiempo que animado a la UE a hacer que sus competidores respeten las normas comunitarias.

«Necesitamos tener una visión europea de la dirección de este plan industrial frente a 27 enfoques diferentes en materia industrial, porque eso es lo que nos está matando», ha insistido, por su lado, el eurodiputado de los Verdes Bas Eickhout.

Mientras, Marco Zanni, presidente del grupo Identidad y Democracia, y Zdzislaw Krasnodebski , en representación del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, ambos de extrema derecha, han coincidido en criticar que el obstáculo fundamental para facilitar esta inversión es el «jaleo» de normas y la estricta reglamentación, que «ahogan» a la industria europea.

Por su lado, Martin Schirdewan, de la Izquierda europea, ha solicitado inversiones con visión de futuro, aunque ha lamentado que la propuesta de la Comisión no está del todo «madurada» y ha advertido de que las ayudas de Estado tienen que ir coordinadas con medidas sociales.

Una vez escuchadas las peticiones planteadas por los europarlamentarios, la comisaria McGuinness ha cerrado el debate pidiendo un «esfuerzo» común a pesar de las diferencias porque toda la UE quiere una economía equilibrada. «Verán que tenemos más puntos en común de los que nos dividen», ha remachado.