La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, considera que Portugal y España pueden dar un impulso muy importante para encontrar el equilibrio necesario cuando en la segunda parte del año se intente cerrar el acuerdo sobre las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea.
«No podemos demorarnos. No podemos dejar esto de lado. No podemos volver automáticamente a las antiguas normas que aplicábamos antes de la pandemia, porque realmente no las aplicábamos de forma que cumplieran lo que teóricamente pretendían», ha insistido la vicepresidenta durante su intervención en un encuentro organizado por el Real Instituto Elcano en el que también ha participado el ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Medina.
Según Calviño, hay un acuerdo unánime sobre el hecho de que los países de la UE no se encuentran en la misma situación o en el mismo contexto que antes de la pandemia, ya que las ratios de deuda sobre PIB aumentaron en todos los Estados debido al impacto de la Covid-19. «Por lo tanto, hay un enfoque diferente a la hora de establecer objetivos y automatismos desde este punto de vista», ha recalcado la vicepresidenta.
La responsable económica del Gobierno ha apuntado que también es unánime la opinión de que se deben establecer nuevas reglas fiscales que sean adecuadas, en el sentido de que garanticen que los países siguen reduciendo sus déficit en relación con el PIB de una manera que sea compatible con el crecimiento, la creación de empleo y la inversión pública.
Asimismo, según Calviño, también hay un acuerdo unánime para no volver a las «viejas trincheras que dividían y creaban brechas» y divisiones entre «norte y sur, grandes y pequeños, nuevos y viejos estados miembros, este y oeste…».
EL DEBATE SE «COMPLICA» EN LOS DETALLES
Pero la vicepresidenta ha enfatizado que en cuanto se analizan los detalles, es «mucho más complicado» conseguir este acuerdo unánime. «Creo que algunos estados miembros muy grandes e importantes ya han expresado su escepticismo en cuanto a algunas de las propuestas», ha señalado la vicepresidenta.
Hace semanas, la Comisión Europea presentó sus orientaciones para la revisión de la disciplina fiscal, que contemplan reglas más flexibles y asequibles, tales como una senda de gasto neto a medio plazo que esté sujeta a la deuda específica de cada Estado miembro y que tenga un horizonte de cuatro años ampliable hasta un máximo de siete, si bien se mantiene el tope del déficit público en un 3% y se prevé un mayor abanico de sanciones, aunque con reducción de importes.
El ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Medina, también ha reconocido que, por ahora, no hay un consenso unánime en cuanto a las propuestas para impulsar las nuevas reglas fiscales, aunque ha señalado que los países miembros coinciden en que la sostenibilidad debe ser clave en los indicadores.
Por ello, Calviño ha remarcado, durante su discurso este lunes en la sede del Ministerio de Asuntos Económicos, que la unidad, la determinación y la solidaridad son los pilares que deben dar forma a los debates que se están produciendo y se producirán en los próximos meses a nivel europeo y que se prevé que culminen durante la presidencia española del Consejo Europeo durante el segundo semestre del año.
Medina, por su parte, ha puesto el acento sobre la coordinación de las políticas europeas y sobre la necesidad de construir una capacidad presupuestaria más allá de los fondos ‘Next Generation EU’ y dar una respuesta común a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Ambos responsables económicos han coincidido en que Portugal y España están teniendo un papel clave en los debates más importantes y sustantivos que tienen lugar en este momento y en la decisión sobre hacia dónde se dirige Europa y qué tipo de UE se quiere para las generaciones futuras.