El Banco Central de Costa Rica ha proyectado que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país para el año 2023 será de 2,7%, misma cifra que había previsto en octubre anterior, en tanto que para el 2024 estima un crecimiento de 3,5%.
Ambas estimaciones fueron anunciadas por el banco en la presentación del Informe de Política Monetaria, en el que el organismo también ha estimado que la inflación en Costa Rica llegará a la meta del 4% a finales de 2023, mientras que la subyacente se reduciría a este nivel en el primer semestre de 2024. Dicho cálculo es más optimista que el del informe publicado el pasado mes de octubre, en el que se preveía que se retornaría a la meta en ambos casos a finales de 2024.
Entre los argumentos expuestos, el organismo central ha resaltado la caída de la inflación mundial en los últimos meses, así como la moderación de los precios de las materias primas y el impacto de la política monetaria restrictiva aplicada por el mismo banco central.
No obstante, el informe recoge la existencia de «factores de riesgo» que podrían alterar la proyección macroeconómica para los próximos meses, llevando a la baja las expectativas de crecimiento y al alza la inflación.
A nivel externo, caben destacar los riesgos asociados a las condiciones geopolíticas y a un eventual rebrote del Covid-19, al mismo tiempo que existe la posibilidad de que la economía internacional entre en recesión. Por su parte, la economía costarricense podría enfrentarse a una caída de la inflación más lenta de lo estimado, así como a variaciones abruptas en el tipo de cambio.