Las tarjetas revolving han elevado su precio en el mercado en un punto porcentual en un año, desde el 20,17% hasta el 21,15%, según el VI Barómetro de Asufin.
Se trata del segundo año consecutivo con subida de tipos, tras el ajuste producido entre los años 2019 y 2020. En consecuencia, la diferencia entre las tarjetas revolving y el resto de las tarjetas se incrementa.
Si en 2021, estos plásticos eran un 2,46% más caros con respecto a los convencionales, en 2022 la brecha se eleva al 3,15%.
De este modo, se constata que las tarjetas revolving no han permanecido ajenas a las subidas de los tipos de interés y en 2022 han seguido la senda al alza iniciada en 2021, rompiendo así el descenso a partir del año 2020, que precipitó la sentencia del Supremo contra WiZink. En concreto, el 4 de marzo de ese año el Tribunal Supremo falló en contra de esta entidad, lo que precipitó un descenso de intereses en el mercado de estas tarjetas.
El tipo medio de las revolving se sitúa actualmente en el 21,15%, frente al de crédito, en general, que alcanza un 18%.
Otra conclusión interesante del estudio de Asufin tiene que ver con los gastos aparejados de estas tarjetas, que contribuyen a encarecer estos productos, como son los seguros.
Por ejemplo, el seguro de la Visa Pass Carrefour encarece la TAE original de esta tarjeta del 19,99%, hasta el 30,07%, según detalla la asociación de usuarios financieros.
Estos seguros, además, encarecen la forma de pago, dado que lo que primero que se descuenta de la cuota son los intereses, pero lo segundo pasa a ser el seguro. Sólo a continuación, el remante que queda se dirige a amortizar el capital, y con ello, disminuir la deuda.
De media, los seguros de amortización de las tarjetas elevan el coste de las tarjetas hasta en un 10%.
En el capítulo de operadores, cabe destacar que WiZink ha anunciado un cambio relevante para su tarjeta WiZink Oro al eliminar el pago mínimo, que solo cubría intereses. Por su parte, Banco Santander ya no comercializa tarjetas revolving.
ING también intenta desmarcarse del sector, lanzando una nueva iniciativa con su tarjeta de crédito que no es exactamente revolving.
Eso sí, esta fórmula permite la financiación a plazos, denominada «pago flexible», para compras superiores a los 90 euros, a fraccionar en 3, 6, 12 ó 18 meses, que las cobra a un 15% TAE.
Las dos tarjetas más caras pertenecen al mismo banco: BBVA, y son la ‘Después Oro’ y la ‘Después’ con un 36,34% y un 26,37% TAE, respectivamente. Detrás de estas elevadas TAE se encuentran unos costes de emisión que se elevan a 80 y 43 euros, respectivamente, detalla Asufin.
Cabe destacar que la que fue durante mucho tiempo la tarjeta más cara, la Visa Diamond Infinite Credit de Openbank, se sitúa ahora la quinta en la cola (20,57% TAE), ya que aunque también tiene coste de emisión, que lo ha rebajado a 55 euros, ofrece el tipo de interés nominal más económico, un 9,57%.
La tarjeta Visa & Go de CaixaBank se sitúa en tercera posición, con un 22,42%, debido a que cobra el tipo nominal más elevado, hasta un 20,40%.
Por el contrario, la tarjeta revolving más económica sigue siendo la de Abanca, que cobra una TAE del 11,85%.
DIFERENCIA DE CASI UN 25% ENTRE TARJETAS
Cabe reseñar que la diferencia entre la tarjeta revolving más cara del mercado, la de BBVA, y la más barata, la de Abanca, alcanza un abultado 24,49%, según los datos recogidos por Asufin.
Esta diferencia se debe, en primer lugar, a los tipos nominales: el de BBVA es del 18%, mientras que el de Abanca es del 11,25%. En segundo lugar, se debe al cobro de comisiones. Los plásticos de BBVA cobran elevadas comisiones de emisión, mientras que Abanca no cobra nada por emitir su tarjeta.