La falta de nieve preocupa a las estaciones de esquí de toda Europa, y muchas de las que se encuentran en cotas bajas están cerrando, lo que deja a muchos intranquilos ante los planes de vacaciones a corto plazo y las repercusiones económicas en las regiones montañosas a largo plazo.
A partir de Navidad, Francia ha experimentado el tiempo más cálido desde 1997, con temperaturas al menos siete u ocho grados más altas de lo habitual, lo que ha provocado la falta de nieve en las montañas.
Al otro lado de la frontera, en Suiza, Splügen-Tambo, situada a menos de 1.500 metros de altitud, fue una de las primeras estaciones en cerrar este lunes. «Desgraciadamente, debido a la falta de nieve, las fuertes lluvias y las altas temperaturas, tenemos que cerrar nuestra estación de esquí hasta nuevo aviso. Ya no nos es posible preparar las pistas porque tenemos demasiada agua… y la nieve no se congela por la noche».
Muchas otras situadas a baja altitud también han tenido que cerrar. Morzine, en Francia, no tiene nieve actualmente y todo el mundo se dirige a su vecina Avoriaz, más alta, lo que significa que esas pistas están muy concurridas.
Andy Sturt, que vive en Morzine y es propietario de VIP Ski, comenta la situación: «En este momento hay dos tipos de experiencias. Si estás por encima de los 1.700 metros, todo es blanco y todo el mundo se lo pasa en grande. Pero si estás por debajo, todo es verde y tienes que ir a la altitud para encontrar nieve». Sturt añadió que esto no era inusual en los últimos años, pero que las advertencias climáticas para el futuro son preocupantes y que las estaciones de esquí de cotas bajas no son capaces de retener la nieve tanto como antes.
En los Pirineos franceses, diez de las treinta estaciones han tenido que cerrar algunas de sus zonas de esquí desde Año Nuevo y sólo una cuarta parte de las pistas están abiertas. En otros lugares de Francia, en la estación de Schlucht, en los Vosgos, los remontes están abiertos a los excursionistas en lugar de a los esquiadores, y en la región de Alta Saboya ha llovido más que nevado, lo que ha provocado inundaciones en la zona de esquí de Praz de Lyz Sommand.
Se calcula que cerca de 1,7 millones de británicos acudirán a las pistas este invierno, sobre todo a los Alpes suizos, franceses o italianos, y muchos se sentirán perjudicados si ya han reservado: los operadores turísticos tienen distintas obligaciones sobre lo que ocurre en caso de que no nieve.
Los que reservan en el último momento (que suelen ser los esquiadores más experimentados y esperan a ver las previsiones de nieve antes de reservar) se dirigen a las estaciones más altas. Skiworld, un operador turístico, informa de que se han triplicado las reservas en estaciones altas o situadas en un glaciar, como Tignes (Francia), a 2.500 metros de altitud.
Muchas estaciones recurren a la nieve artificial para mantener contentos a los esquiadores, pero es un método caro y que consume mucha energía.
Menos nieve en el futuro
La situación no hará más que empeorar. La Universidad de Grenoble descubrió que, desde 1951, casi la mitad de las 169 estaciones de esquí que han cerrado en Francia lo han hecho por falta de nieve, y las estadísticas muestran que muchas estaciones alpinas podrían perder hasta el 70% de la capa de nieve en 2100.
France 24 cubrió el desmantelamiento de un oxidado telesilla en la localidad alpina francesa de Saint-Firmin que dejó de funcionar hace quince años. El proyecto fue supervisado por Mountain Wilderness, una organización dedicada a eliminar las infraestructuras de esquí francesas obsoletas y sustituir el esquí por el turismo sostenible durante todo el año.
Muchas estaciones recurren a otras actividades para atraer turistas, como la escalada de árboles o las raquetas de nieve. En los Pirineos, el senderismo y el ciclismo son las principales actividades que se están desarrollando.
Esquí sostenible
Otras estaciones de esquí adoptan un planteamiento diferente e intentan asegurar el futuro de las actuales modalidades de esquí. Por ejemplo, Serre Chevalier, en Francia, se está pasando a la energía solar, eólica e hidráulica. En los techos de los telesillas hay paneles solares que producen más energía de la que consumen, debido al intenso resplandor solar. Otros remontes funcionan con turbinas eólicas y las máquinas pisapistas son híbridas (con planes de funcionar totalmente con energía renovable en 2030). Ha introducido restaurantes ecológicos y está desarrollando la idea de las Eco-Gîtes (casas rurales en francés).
También hay planes para reducir el consumo de energía en la estación haciendo funcionar los remontes a un ritmo más lento cuando hay menos colas. Podría servir de ejemplo a otras estaciones, ya que un minuto más de espera en el remonte puede suponer un ahorro del 20% de la energía consumida.