¿Cómo pude rechazar esta revista? Hace diez años le dije que no a FORBES. Tras una década en la que la marca se ha consolidado como un referente en España puedo contarlo sin temor a haberme convertido en la sombra de Bobby Graham, aquel batería que le dijo que no a The Beatles.
En el 2012, en España no se hablaba de otra cosa que de la prima de riesgo. Camareros y taxistas se hicieron expertos tertulianos y el dinero andaba asustadizo ante la posible quiebra del país. La película catastrofista de la temporada se llamaba: El Rescate.
Una tarde sonó el teléfono móvil en la redacción de la calle Almirante, encima del legendario piano del Toni2. La familia FORBES llamaba para confiar en SpainMedia editar su título. Incauto de mí, contesté que no. “No puedo editar una revista que todo el mundo asocia con la lista de la riqueza mundial tal y como está mi país”, respondí.
La segunda llamada tardó una semana en producirse. “España saldrá de la crisis”, me argumentaron. “¿Cuándo?”, pregunté. “Eso no lo sabemos, pero se trata de la cuarta economía europea y la UE nunca dejará descarrilar a España. Nosotros hemos sobrevivido al crack del 29, a la Segunda Guerra Mundial, a Vietnam, a la crisis de los misiles, a los yuppies y ahora a Madoff… Vamos a llegar a cumplir 100 años” –ahora son 106–”. Pedí más tiempo para pensarlo.
Una semana después recibí una tercera llamada. “Andrés, la mayoría de las empresas de tu país son pequeñas, y están en manos de familias. SpainMedia también es una pequeña empresa. Los empresarios te verán como uno de los suyos si explicáis bien la voz de FORBES. Os ayudaremos”.
Le di una pensada mientras daba un paseo matutino en el Parque del Retiro y dije “Yes”.
Mi primera decisión fue que la revista debía entenderla todo el mundo. Que no editaría una revista que solo pudieran comprender las élites económicas. Mi segunda apuesta fue elegir un rumbo: el empresario sería el protagonista, su empresa –su sueño, su proyecto– mantendría la trama. Identificaríamos al emprendedor como un aventurero, como aquellos conquistadores que se iban a descubrir tierras lejanas.
Hemos dedicado estos diez años a una sola cosa: explicar cómo funciona el mundo, cómo somos, lo que nos afecta y cómo mejorar, desde el punto de vista del dinero y de su ciencia, la economía. Podríamos haber editado una revista para especialistas, pero hacemos todos los días un esfuerzo para que FORBES te sea cercano.
En esta década solo le hemos dado el primer sorbito a esta revista que hace tiempo es mucho más que eso, es una marca consolidada en España. Nuestra edición es un referente mundial entre los 32 países que también la editan. Hace unos años, Steve Forbes me entregó el Premio Eisenhower al mejor editor y yo he reducido toda mi carrera a ser el del traje de rayas, que edita y dirige Forbes. ¿Cómo pude decirle que no a FORBES?