Economía

Los trucos definitivos para ahorrar luz este invierno

Cada vez son más los consumidores que se conciencian sobre la importancia del ahorro energético, ya no sólo por el hecho de reducir gastos si no como modo de proteger el medio ambiente.
Luz. Bombilla. Electricidad. Foto: Kari Shea (Unsplash)
Foto: Kari Shea (Unsplash)

Los precios de la energía no paran de subir debido a la escasez de suministro de gas natural en todo el mundo, provocando un fuerte incremento en las facturas de la luz por precio de kWh. Un motivo por el que reducir el consumo se convierte en una prioridad (sin la necesidad de pasar frío) con estos trucos con los que ahorrar verdaderamente en los gastos eléctricos del hogar. Toma nota.

Aunque el invierno astronómico no llegue hasta el 21 de diciembre al hemisferio norte, la estación ya se inició el uno de diciembre, ocasionando una serie de oleadas gélidas con temperaturas cada vez más bajas, mientras las facturas de la luz se mantuvieron en constante ascensión desde el cambio de horario, y su extensión del frío y de la noche oscura.

Ante esa dualidad atravesada por la inflación y el cambio climático, como efectos directos, son cada vez más los consumidores que se conciencian sobre la importancia del ahorro energético, ya no sólo por el hecho de reducir gastos si no como modo de proteger el medio ambiente. ¿Cómo podemos entonces ahorrar luz de manera eficaz durante el período invernal? Tan sólo tienes que seguir estos trucos o correciones en el uso de los electrodomésticos y los sistemas de calefacción.

1. Comprueba tus dispositivos eléctricos o sistemas de calefacción

En primer lugar, más allá de revisar y limpiar radiadores, calderas y estufas, asegurándote de que no haya aire en sus circuitos (y que haya que purgarlos), es importante cerciorarse de que no existan fugas ni corrientes de aire que se escapen de las puertas y ventanas. Las viviendas que no están selladas correctamente consumen hasta un 15% más de lo necesario.

2. Desconecta los dispositivos eléctricos cuando estén inactivos

A pesar de no tratarse de un caso aislado, si no colectivo, ya que todos solemos dejarnos los dispositivos conectados cuando no los usamos, la idea es evitar el modo stand-by o de reposo de los electrodomésticos. Y es que, según la OCU, el consumo de aparatos en stand by se encuentra cerca del 11% del consumo energético. Para que esta praxis resulte más sencilla, las regletas con interruptor se convierten en una buena opción para apagar varios equipos a la vez.

Este consumo pasivo de energía se catagoriza como “electricidad desperdiciada” o “consumo silencioso”, ya que al permanecer el aparato conectado al circuito de alimentación eléctrica continúa gastando a pesar de no estar realizando su función. Este pequeño cambio podría ayudarnos a ahorrar hasta un 10% en la factura de la luz.

3. Revisión de la potencia contratada

Es fundamental comprobar la potencia de la luz contratada y realizar un estudio comparativo de las tarifas existentes en el mercado, para así poder ratificar cuál es la que mejor se ajusta a tus necesidades, y a tu estilo de vida. Algo que te permitirá asimismo economizar la energía mediante opciones como las tarifas nocturnas.

4. Ahorra energía al usar electrodomésticos

Con el objetivo de rentabilizar la energía en el uso de los electrodomésticos, existen diversos trucos con los que optimizar aún mejor el uso de aparatos como la lavadora o el frigorífico como los grandes consumidores energéticos del hogar.

El uso de los programas ECO en el lavavajillas o en la lavadora, de la opción térmica de 40oC en lugar de 60oC, así como la sustitución de placas de inducción en lugar de vitrocerámica se presentan como alternativas óptimas para lograr ese fin ahorrativo.

5. Regular el rendimiento de la caldera y de la calefacción

La caldera se convierte en un generador o aparato clave en el consumo energético. Lo idóneo, en este sentido, consiste en establecer la temperatura del hogar y/o del termostato, entre 19 y 21oC durante el día, y entre los 17oC y 18oC durante la noche, para así estabilizar el clima interno a lo largo del día. Y es que, cada grado de más supone un incremento del 7% del consumo.

Asimismo, si contamos con un equipo de calefacción muy antiguo, renovarlo puede suponer un ahorro de casi el 50% en el consumo de gas, haciendo que este logre funcionar de manera eficiente.

6. Iluminación de bajo consumo

Iluminar el hogar con alternativas lumínicas como las bombillas de bajo consumo, que sustituyan las lámparas incandescentes o bombillas tradicionales por lámparas fluorescentes compactas o LED, aportan numerosas ventajas en el rendimiento de la luz o la seguridad, más allá de tener un menor impacto medioambiental en su ciclo de vida.

La importación led consume mucho menos energía y produce la misma cantidad de luz. En este sentido, una lámpara LED de 6W utiliza 14,6 Kwh/año frente a una bombilla de 60W que consume 175,2 kWh/año.

7. Entre la calidez y la oscuridad

Las horas de sol pueden ser una muy buena ocasión para ventilar la casa durante un pequeño lapso de tiempo con el que atraer la calidez a las estancias de la casa, evitando que el calor se disperse hacia aquellos espacios no habitados con asiduidad.

Los colores oscuros en los muebles o en las paredes de las habitaciones también influyen a la hora de mantener la temperatura, puesto que sus tonos absorben una mayor energía de la luz.

8. Programación y control inteligente de los aparatos

La revolución tecnológica y la digitalización del hogar evolucionan para facilitarnos de alguna manera la vida. Éstas nos dan la oportunidad de optimizar el consumo y controlarlo a través de opciones como termostatos inteligentes o cronotermostatos para radiadores con los que reducir hasta un 30% el consumo mediante apps instaladas en nuestro móvil.

Dentro de estos sistemas mecanizados, la programación de emisores, acumuladores, calderas o bombas de calor teniendo en cuenta a qué horas se necesita más el calor, y cuánto éste pueda extenderse o mantenerse a lo largo del día, decidiendo a qué hora se enciende y apaga evitará ese consumo innecesario o vacuo. Además, la mayoría de estos equipos conectados incorporan la gestión vía WIFI para poder acceder a tu calefacción desde cualquier lugar y controlar su temperatura a tiempo real. Tan sólo es cuestión de adaptarse al cambio y de modificar tus hábitos.

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