Son posibles numerosas aplicaciones teóricas, desde la tecnología submarina hasta los viajes espaciales. Un superlativo tras otro caracteriza al elemento 76 de la tabla periódica, así que, ¿por qué el último metal precioso acaba de entrar ahora en el punto de mira de los verdaderos inversores? Se ha tardado en dar a conocer que el osmio es cristalizable y, por tanto, utilizable desde 2013. Se utiliza como sustituto de los pavés de diamantes. Tiene la mayor densidad de valor de todos los metales preciosos y es absolutamente infalsificable.
Según el consejo mundial del osmio, la cantidad máxima que se puede extraer en todo el mundo es de sólo un metro cúbico. Desde 2017, el osmio está experimentando un auténtico repunte, que cada vez cobra más fuerza y está impulsado por la alta demanda. Por ello, ahora es un bien tangible y un material de lujo y joyería al mismo tiempo. Cristalizado en Suiza y certificado por el Instituto Alemán del Osmio, experimentó sus primeras pruebas de marcha en la regiones Alemania, Austria y Suiza. Mientras tanto, se considera un elemento imprescindible para las carteras bien posicionadas y diversificadas.
Pero la seguridad es importante: el Instituto Alemán del Osmio escanea la superficie de cada pieza con microscopios Keyence. Los escaneos 2D y 3D de alta resolución se almacenan en la base de datos internacional del Osmio. Después de tres años de negociaciones, surgieron las resoluciones estadounidenses y los acuerdos con Canadá, Australia y EAU. Cada pieza del metal recibe un código de identificación del osmio (OIC), que está vinculado a su huella dactilar cristalina. El resultado es la reconocibilidad e infalsificación absolutas.
La tendencia hacia el último metal precioso se está internacionalizando rápidamente. Europa ya está cubierta casi por completo y ahora España también se suma.
Marion Langenscheidt, alemana de nacimiento que vive en España desde su juventud, es una mujer de primera hora en el negocio del Osmio. Ya en 2017, reconoció el valor del raro material y fundó sin miramientos el Instituto Español del Osmio, que comenzó su andadura en 2021. Pero no es ni mucho menos la única persona en España que está encantada con el 76o elemento. Francisco Javier López Milán, director general de Silver & Gold Patrimony, S.L., también lo está desde que vio por primera vez el osmio. Y comenta: «Desde el momento en que conocí la existencia del osmio cristalizado, con su brillo como 100 soles y su potencialidad de negocio, no tuve más que agradecer el cruzar los caminos del Instituto Español y Alemán del Osmio junto a Silver & Gold Patrimony, S.L.
Como parte de la diversificación de una cartera de metales en las que hemos conformado una calificación y teniendo en cuenta las características del osmio, como elemento diferenciador, hemos creado contratos con subyacente osmio con una consideración /filosofía de creación realmente interesantes.
El osmio genera per se valor intrínseco que se incrementa en el propio metal, en base a su rareza y escasez que fuerza sí o sí hacia una revalorización, inversamente a su inventario.
Durante mucho tiempo España fue conocida por el oro, ahora también podría ayudar al último metal precioso del mundo a alcanzar la merecida fama.
*Scarlett Clauss y Francisco Javier López Milán, vicedirectora del Instituto Alemán del Osmio y director general de Silver & Gold Patrimony, S.L.