El despegue de BeReal es un hecho. Sólo en este año ya supera los 50 millones de descargas, según Sensor Tower, y el número de usuarios activos ha crecido en 2022 un 2.254%. La app creada en 2020 por dos jóvenes franceses causa furor y figura entre las más populares en redes sociales tras TikTok e Instagram, ¿tanto como para desbancarlas y convertirse en el nuevo rey o se trata de un fenómeno pasajero?
BeReal es también una aplicación para contar nuestra vida a un montón de conocidos y desconocidos, pero con una diferencia sustancial frente a Instagram o TikTok. Por explicarlo de forma sencilla, en estas últimas publicamos a voluntad fotos personales con afán de conseguir la aprobación y el elogio fácil por parte de nuestros seguidores. La vía más rápida es posar ante la cámara para parecer más guapos, esbeltos, inteligentes e interesantes de lo que realmente somos y, si esto fuera poco, los filtros enmascaran nuestras múltiples imperfecciones y defectos.
La originalidad de BeReal reside en la búsqueda de la espontaneidad y la naturalidad. Los usuarios reciben un SMS en cualquier momento aleatorio y cuentan con apenas dos minutos para tomarse una fotografía doble, una con lo que “ve” en ese preciso instante nuestro móvil con la cámara trasera y, a la vez, un retrato nuestro en ese mismo momento usando para ello la cámara frontal de selfies. Y eso ocurre solo una vez al día.
Es decir que te puede pillar en la pescadería comprando merluza, haciendo un examen, sacando la basura o en la intimidad del baño. Sin maquillar, con la camiseta de publicidad de una mercería o con cara de resaca. Se acabaron los posados en eventos exclusivos y las estúpidas risas impostadas con las amigas donde ni un pelo está fuera de su sitio. Este “aquí te pillo aquí te mato”, por alguna razón que pocos se explican, ha enganchado también a la llamada Generación Z.
Quizá el péndulo social ahora se inclina hacia la realidad más cruda, hacia lo auténtico o tal vez es una moda que durará unos meses. La velocidad con la que cambian los gustos de los adolescentes hace vomitar, mareado, a los cuarentones con alma de teenager como el que escribe.
La dimensión de la empresa que hay detrás de la nueva red social ha crecido, en personal y recursos, gracias a las aportaciones de algunos fondos de inversión que apuestan por su potencial. Quizá en breve pueda monetizarse vía publicidad o, lo más probable, mediante retos patrocinados por distintas compañías.
Por el momento, al menos se agradece ver que podemos romper la barrera de la perfección impostada y los morritos de las fotos de Instagram, pero ni esta, ni por supuesto TikTok, van a dejarse comer terreno. Ya están ofertando servicios similares con la doble foto para plasmar a la vez nuestro rostro y lo que vemos. Puede que ahoguen a BeReal, pero la velocidad de expansión de la nueva red social se lo va a poner difícil. Cada aplicación tiene su ADN y renunciar a su esencia tampoco parece muy inteligente. En cualquier caso, la batalla está servida.