La embajada de Perú está ubicada en una calle tranquila del madrileño barrio de Chamberí, en un edificio discreto. De algún modo, el trabajo de la diplomacia también lo es, en ocasiones. “Silencioso, cauteloso”, apunta Óscar Maúrtua de Romaña (Lima, 1947). Una compleja labor en la que -además de tender puentes o construir soluciones-, se requiere “compromiso”. Y el embajador peruano mostró el suyo, nada más asumir el cargo, en junio pasado: “Trabajar como puente hacia el Perú”.
PREGUNTA. ¿Qué prioridades marcarán su agenda?
RESPUESTA. En primer lugar, estrechar la relación entre las principales autoridades de Perú con España. Por ejemplo, concretando la visita de Felipe VI a nuestro país, con motivo del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (Arequipa, marzo de 2023). Además, como consecuencia de los efectos de la pandemia en nuestro país, deseamos incrementar la cooperación española en sectores estratégicos como gestión sanitaria, ciberseguridad o experiencias educativas a distancia. Y queremos ser un nexo con el empresariado español interesado en invertir en Perú, así como presentarle oportunidades en sectores como nuevas tecnologías y energías renovables.
P. ¿Cómo valora la colaboración en el ámbito empresarial?
R. La relación bilateral entre ambos países se proyecta sobre sólidas perspectivas económicas.
El Tratado de Libre Comercio entre Perú y la UE, en vigor desde 2013, ha permitido un incremento comercial entre Perú y España, que se ha situado como el principal socio comercial de Perú entre los países europeos. Además, España es el segundo mayor inversor extranjero en nuestro país, con operaciones que alcanzaron los 5.25 millones de euros en 2021, en sectores como telecomunicaciones, finanzas o energía. De otro lado, desde la embajada hemos impulsado actividades para introducir el comercio de servicios en el mercado español: diversas empresas peruanas están exportando servicios en los rubros de software o industrias creativas. Impulsar y fortalecer el intercambio en ciencia y tecnología será una prioridad durante mi gestión.
P. ¿Qué visión tiene de nuestro país?
R. Perú y España comparten valores fundamentales en política exterior, como la defensa de la democracia y el respeto a los derechos humanos o la creencia firme en el sistema multilateral. Esta visión compartida nos ha permitido profundizar en nuestras relaciones diplomáticas, que alcanzaron el nivel de asociación Estratégica Reforzada desde 2015; y ha facilitado hitos como la reciente celebración de los 50 años de España como Estado observador ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Y reflejo de nuestra excelente relación bilateral es, por ejemplo, el apoyo fundamental de España a la candidatura de Perú para su adhesión a la OCDE.
P. ¿Cómo marcha el proceso de adhesión?
R. Va por buen camino. Perú inició su proceso formal de adhesión con la Hoja de Ruta adoptada el 10 de junio, que reconoce sus esfuerzos durante más de una década para incorporar los estándares de la OCDE a sus políticas públicas. Todo esto requiere una adecuación paulatina, pero contamos con el apoyo de España.
P. Respecto al megapuerto de Chancay, se apunta a que aspira a convertirse en un hub del Pacífico Sur. ¿Qué supondrá para Perú en el escenario internacional?
R. El Gobierno peruano apuesta por la inversión extranjera en el marco del estado de derecho y el respeto a la estabilidad jurídica. El megapuerto -que estima una inversión total de US$3.000 millones- busca convertirse en un eje de comercio entre Asia y Sudamérica. Los accionistas del consorcio son la empresa estatal china Cosco Shipping Ports Limited y la peruana Volcan Compañía Minera S.A. El megaproyecto permitirá que el Puerto de Chancay sea un centro neurálgico del comercio internacional y un hub que redistribuya la carga de otros países de la región, colocando a Perú a la altura de las naciones de mayor infraestructura portuaria del Pacífico Sur. Así, se mejorarán sustantivamente los niveles de intercambio comercial de un corredor directo con el Asia Pacífico.
P. Desde el punto de vista del intercambio comercial, ¿Perú mirará tal vez más hacia Asia?
R. No hay dependencia de nadie. Perú ha sabido diversificar su comercio ‘cuatripartitamente’. Grosso modo, se subdivide en cuatro grandes porciones: Norteamérica (EEUU, fundamentalmente; y Canadá); Asia Pacífico; Latinoamérica; y Europa.
P. Cambiando de asunto, ¿qué lazos culturales nos unen más a peruanos y españoles?
R. Nuestros países están unidos por fuertes lazos históricos, culturales y de hermandad desarrollados a lo largo de cinco siglos de tradiciones compartidas: la arquitectura, la pintura o la literatura, bajo la riqueza del idioma español, que constituye una patria común.
P. ¿El patrimonio gastronómico también?
R. Por supuesto. Resulta imposible imaginar la tortilla española sin la papa peruana, alimento de los Incas; o el gazpacho sin tomate, oriundo de las Américas. Inclusive, a principios del siglo XVI se llevaron lotes de parras canarias a Perú, que serían más tarde empleadas para producir Pisco, bebida nacional de Perú. España es un reconocido destino gastronómico en Europa y la cocina peruana ha encontrado aquí un espacio donde desarrollarse y triunfar. Existen en Madrid más de 250 restaurantes de comida peruana.
P. Mirando al futuro: ¿una reflexión final?
R. Perú y España caminan hacia 2023 con perspectivas positivas, reconociéndose como aliados estratégicos y confiables. Desde la embajada de Perú seguiremos profundizando en todos los vínculos que nos unen. Perú es una economía de mercado. Garantista, predecible. Vengo a incentivar comercio. Que sea de beneficio mutuo. Win-win, que los dos ganemos. Hay el mejor ánimo”.