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Hermès homenajea la costa mediterránea en su nueva tienda de Barcelona

Dos pisos distribuidos en casi 400 m² y un jardín secreto. Así es la cuarta tienda de Hermès en España.

Hermès abre las puertas de su nueva casa en Barcelona en Paseo de Gracia, a escasos metros de su localización anterior. Este nuevo espacio incluye dos pisos de diseño espacioso y luminoso, y un jardín privado. Ambas estancias rinde un homenaje a su ubicación, la ciudad barcelonesa y el mar en su infinito.

Situada en una de las calles más céntricas de la ciudad, la nueva boutique se distribuye en dos pisos y un jardín que hace las veces de escondite. Con un objetivo claro, el de absorber la filosofía y cultura de la ciudad en la que se exhibe, la marca estrena una tienda con claros aires mediterráneo. Su interior está configurado con para homenajear las virtudes del paisaje que ofrece la costa mediterránea. Mar y tierra se fusionan en el diseño y la decoración de este cuarto templo en las entrañas españolas.

El resultado es una expresión totalmente colorida y contemporánea de los códigos de la Maison en un tête-à-tête con la vitalidad de la ciudad costera, su proximidad a la naturaleza y la característica de la arquitectura modernista catalana: un entorno maravilloso que testimonia las profundas raíces de Hermès en la región y su apego a los clientes locales. Además, su jardín privado incluye un patio en la tradición del estilo de vida urbano y al aire libre.

Ubicada en una casa señorial de finales del siglo XIX, y con más de 372 m², la tienda ha sido ideada por el estudio de arquitectura parisino RDAI. Está enmarcada por una elegante fachada de estuco de cal y arena. En la planta baja se abren dos salones voluminosos, de techos altos, conectados por una galería. Evocando las formas orgánicas y escultóricas del modernismo catalán de Antoni Gaudí, las paredes generan sensación de movimiento, como grandes olas gigantes azotadas por el mar azul. Bajo los pues, el mosaico también se anima con un efecto ondulante en todos degradados de azul. Contraste visual con el mobiliario en color madera virgen, como si de arena se tratara. Y desde todas las perspectivas, el jardín verde del exterior, concebido por la empresa catalana de paisajismo Local4, permanece a la vista.

La primera plena se plantea como una galería de arte y un especio dedicado al sosiego del lujo y a la intimidad del comprador. El salón privado presenta preciosos detalles del diseño original, como las vidrieras de Antoni Rigalt i Blanch y los mosaicos de cerámica Nolla del suelo.

Toda la tienda cuenta con una selección de obras de arte contemporáneo, que incluyen paisajes oceánicos de la fotógrafa canadiense Amy Friend, obras geométricas pop del colorista irlandés Richard Gorman y piezas de la colección particular de Émile Hermès.

Desde la entrada, los visitantes quedan cautivados por una paleta de color extravagante, de apuesta por tonos azules celeste, verde mar y toques de naranja vibrante y rosa eléctrico. La elección del color delimita los espacios y separa los universos prêt-à-porter para hombre y mujer. Aquí, la mirada viaja desde las colecciones femeninas en seda hasta los métiers y accesorios de fragancias y belleza, descansando la vista en una amplia variedad de accesorios masculinos y los artículos para el hogar, también en el rincón íntimo dedicado a la joyería y los relojes.

Un océano de colecciones que se anclan a buen recaudo en un puerto histórico donde lo clásico y lo contemporáneo se invitan mutuamente a convivir.

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