El gin-tonic no siempre fue ese cóctel elegante y sofisticado que conocemos hoy. Aunque algunos discrepan en torno a su verdadero origen, todos suelen coincidir en que su historia se remonta a la época colonial, cuando oficiales de la Compañía Británica en las Indias Orientales decidieron mezclar azúcar, lima y ginebra para hacer más apetecible la tónica, que era lo que tomaban en aquel tiempo, como ayuda para combatir enfermedades tropicales como el paludismo o la malaria.
Poco a poco esta mezcla de sabores fue ganando cada vez más adeptos, y veinte años después, y muy lejos de aquel uso casi farmacéutico, el gin-tonic era una de las bebidas más populares de toda Inglaterra hasta llegar a convertirse, con el paso de los años y de la evolución de la ginebra, en uno de los cócteles más famosos del mundo.
Muchas figuras históricas o de la ficción se han rendido ante los encantos de una buena ginebra con tónica: Winston Churchill, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Luis Buñuel e incluso o el mismísimo James Bond.
Sin embargo, fueron los amigos y familiares de una señora llamada Mary Edith Keyburn, quienes fundaron, en el año 2010, el Día Internacional del gin-tonic, en honor a esa veterana mujer, quien que murió el 19 de octubre, a los noventa y cinco años, con un gin-tonic a su lado. Desde entonces, esta fecha sirve como excusa para celebrar el privilegio de vivir, y en muchos lugares de todo el planeta se celebran la fiesta del gin-tonic.
¿Cuál es la fórmula maestra para preparar un gin-tonic excepcional?
En la actualidad, existen mil ginebras para mezclar con tónica, por lo que resulta de vital importancia la selección de la adecuada. Encontrar «la mejor» es la piedra angular y nosotros, por supuesto, la hemos encontrado. G’Vine es una ginebra con un aroma sumamente sutil y un sabor inconfundible, floral, versátil y suave que sólo esta Maison sabe destilar. De ahí que preparar un gin-tonic de G’Vine, lleve unos pequeños tips para que este Día Internacional de la Ginebra, tu gin-tonic sea sencillamente, perfecto.
Te recomendamos llenar el vaso o la copa con hielo y verter el equivalente a un tapón de G’Vine Floraison y añadir tu tónica preferida, puede más o menos amarga o burbujeante (los mixólogos sugieren tónicas premium de Schweppes o Fever Tree). Si quieres que el triunfo sea absoluto, bastará con poner en práctica estos trucos:
1. Utiliza una copa de vino con cáliz grande para que los aromas de la ginebra la impregnen con todo su sabor.
2. Usa cubos de hielo grandes para evitar que se agüe el cóctel.
3. Utiliza uvas para realzar el sabor original de la ginebra y sus acentos florales.
Este gin-tonic es ideal para disfrutar en cualquier momento, siempre con responsabilidad y moderación. Una copa cargada de historias, de referentes y de sueños… esos que nos impulsan cada día en el maravilloso camino de la Vida.