El trabajo de David LaChapelle no está inspirado en el espíritu de la época, su trabajo es el espíritu de la época en sí. Las imágenes del fotógrafo definieron la cultura pop durante la década de los 90 y la primera década del siglo XXI, y son un reflejo cultural de los excesos del capitalismo y la reverencia a las celebridades contada a través de un estilo definido por una vasta saturación de color, configuraciones de hipersurrealidad, veneración de la forma humana y una gran influencia del cristianismo.
Su trabajo ha sido descrito como ‘Botticelli va a Las Vegas’ (LaChapelle se ha referido directamente al artista florentino en sus trabajos). Los que no son fanáticos de su trabajo han definido a sus imágenes como vulgares y cosificantes. Incluso ha sido acusado por algunos de volverse demasiado comercial.
No importa cuál sea la opinión personal que cada uno tenga sobre su trabajo. La carrera de LaChapelle ha sido elogiada en el mundo del arte a través de sus fotografías de celebridades en escenarios delirantes, inventados y casi oníricos, a través de los cuales provoca una intimidad y vulnerabilidad prácticamente paradójicas a la configuración de la imagen misma.
Un retrato de Angelina Jolie en un campo de flores donde parece estar en medio de un orgasmo. Un Tupac Shakur empapado en agua y jabón en la ducha luciendo inusualmente tímido. O las ahora infames portadas de Rolling Stone de Britney Spears y Kanye West, la primera de la estrella del pop fotografiada en su habitación de la infancia luciendo como Lolita a los 17 años. La última, una foto de perfil de West con una corona de espinas con sangre que gotea de las heridas en su rostro—el rapero como mártir. Sin embargo, a pesar de toda la imaginación que LaChapelle utiliza en sus trabajos, sus fotografías se han convertido en un fiel reflejo de realidad de la época.
Algo que hace aún más relevante la retrospectiva de su obra, inaugurada en Fotografiska New York el 9 de septiembre. Una muestra que, por primera vez en la historia de la galería, ocupa los seis pisos del edificio, en donde se exhiben 150 imágenes que abarcan la totalidad de la carrera de LaChapelle desde 1984 hasta 2022. Titulada Make Believe, esta es la exposición más exhaustiva de la obra del artista en un marco acorde a su trayectoria.
Las fotografías de Make Believe, muchas de las cuales nunca antes habían sido vistas por el público, le ofrecen al espectador algo curioso para disfrutar y cuentan la historia de la cultura pop en auge y la vida de un artista cómodo consigo mismo y con su trabajo.
Las fotografías son escenas de cuentos de hadas modernistas, intrincadamente diseñadas pero retratadas de manera caprichosa. También hay imágenes de sus exploraciones artísticas más recientes que incluyen retratos de la naturaleza y escenarios novedosos para el artista en donde no figuran los humanos.
A través de la exhibición, su trabajo ahora encuentra una voz nueva e incluso más fuerte en este mundo de Tik-Tok, en donde las imágenes son irreflexivas e impermanentes. De hecho, es en la época actual cuando el trabajo de LaChapelle es más real que nunca.
Cuando se le pregunta cuáles fueron los momentos más cruciales de su carrera, responde de manera breve, como para señalar la importancia de cada momento como un capítulo en la historia de su vida. «Tener mis primeras exposiciones en una galería, Good News for Modern Man y Angels, Saints and Martyrs a principios de la década de 1980, comenzar a trabajar para la revista Interview y mudarme a un bosque en Hawái en 2006″, responde el fotógrafo.
Si bien se subestima en la entrevista, es innegable el impacto que tuvo Andy Warhol en su carrera. Warhol, conocido por ser un caza talento, al conocer a LaChapelle lo tomó como una especie de protegido y le ofreció un trabajo como fotógrafo interno en su revista Interview. En ese momento, LaChapelle estaba sumergido en el East Village de los años 80 y trabajaba como ayudante de camarero en Studio 54. La vida en Nueva York jugó un papel fundamental en la configuración y definición de su trabajo, especialmente la epidemia de sida de la época que se cobró la vida de muchos de sus amigos. El sida influyó directamente en su exploración del alma, del espíritu y lo que sucede después de la muerte.
“Tomé muchas fotografías desde los años ochenta hasta la primera década del siglo XXI y cada imagen contaba una historia diferente”, explica LaChapelle. “Algunas se tomaron con ligereza. Algunas otras reflejaban el escapismo. Cada imagen proviene de un lugar diferente y por una razón diferente. Trabajamos muy rápido y de manera muy intuitiva”.
LaChapelle, de 59 años, se ha retirado a medias, algo propiciado por la mudanza antes mencionada de 2006 a una zona rural de Hawái. Se ha hecho cargo de una antigua zona nudista en una parte remota de la isla, en donde el wi-fi es irregular pero a pesar de eso logran ser autosuficientes. Ahí muchas cosas funcionan con energía solar y también mantiene una granja orgánica; unos paisajes que actúan como telón de fondo en el trabajo artístico de LaChapelle (Make Believe muestra imágenes de gasolineras iluminadas en la jungla hawaiana).
Sin embargo, esta soledad no ha impedido que lo busquen y le ofrezcan proyectos: Elton John lo contrató para fotografiar su gira de despedida, mientras que Rolling Stone lo llamó para fotografiar a Lizzo para una portada. Trabaja en proyectos comerciales porque son los apoyan sus actividades artísticas.
“Es un desafío ser consciente y no caer en la desesperanza”, dice, refiriéndose a la vida en estos días. “Sigo trabajando y acercándome a Dios, y trato de crear imágenes que puedan ofrecer valor a las personas e inspirar belleza. Pero en términos de hacer arte, siempre se ha tratado de lo que puedo dar al mundo y no de lo que puedo obtener del mundo. Espero inspirar al espectador con esta exhibición y conmoverlo de manera positiva”.
* Make Believe se exhibe en Fotografiska New York del 9 de septiembre al 9 de enero de 2023.