Zelensky parece haber ganado a Putin la ‘batalla del dinero’. Ucrania está recibiendo este año una cantidad “sin precedentes” de remesas enviadas desde el extranjero, según el Banco Mundial, mientras que Rusia pierde el cuarto lugar que ocupaba entre los países que más remesas envían, con lo que también pierde influencia. Además de la guerra en Ucrania, el Covid y la crisis migratoria en Estados Unidos están cambiando el rumbo del flujo de remesas a nivel mundial.
En 2021, los diez países que más dinero remesas enviadas por sus emigrantes recibieron fueron, por este orden, India ($89 mil millones de dólares USA), México ($54 mil MILL. USD), China ($53 mil MILL.), Filipinas ($37 mil MILL.), Egipto ($32 mil MILL.), Pakistán ($31 mil MILL.), Bangladesh ($22 mil MILL.), Nigeria ($19 mil MILL.), Ucrania ($18,2 mil MILL.) y Vietnam ($18 mil MILL.).
Los cinco primeros países emisores fueron Estados Unidos ($74.600 millones), Arabia Saudí ($40.700 millones), China ($22.900 millones), la Federación Rusa ($16.800 millones) y Luxemburgo ($15.600 millones). España ocupaba el décimo lugar. Desde hace varias décadas, de nuestro país salen más remesas que las que entran.
España manda más dinero a Ucrania
Sin embargo, ahora somos el país europeo que más dinero manda a Ucrania. En 2021 (es decir, desde antes de la guerra provocada por Rusia), de España han partido más de 85 millones de euros (unos $96 MILL.) hacia Ucrania, lo que supone un incremento del 60% respecto a los cinco años anteriores, siempre en línea ascendente.
Los principales destinos de las remesas desde España son Francia, Marruecos y China. Las remesas a Francia son unas de las más importantes. Entre países vecinos siempre se producen más transacciones, como pasa con Marruecos. El caso de China obedece a la gran cantidad de ciudadanos chinos que residen en nuestro país.
España recibe remesas, aunque en menor cuantía de las que manda, desde Francia, Alemania y Estados Unidos.
Ucrania escala en el ‘ranking’
Son datos del Banco Mundial (BM, o World Bank Group, WBG, por su denominación inglesa), que se apoya en la información recopilada por el Fondo Monetario Internacional (FMI, o International Monetary Fund, IMF, en inglés) y en los informes de los diferentes bancos centrales nacionales.
Para finales de 2022, Ucrania habrá escalado desde el noveno lugar entre los diez países receptores del año pasado hasta uno de los primeros este año a nivel mundial, “con flujos sin precedentes”, según la Reseña sobre Migración y Desarrollo que el Banco Mundial dio a conocer en mayo.
Ucrania ya es el mayor receptor de remesas de Europa y Asia Central; y se espera que el flujo de dinero hacia el país invadido por Rusia aumente en más de un 20% hasta finales de año. Las remesas recibidas suponen para Ucrania casi el 10% de su PIB.
“Las remesas alcanzarán los 630 mil millones de dólares en 2022, con flujos sin precedentes destinados a Ucrania (…) Pero las economías que dependen de los flujos provenientes de Rusia experimentarán descensos importantes”, señala el Banco Mundial en este documento. Un dato curioso es que antes del estallido de la guerra, Rusia enviaba a Ucrania remesas de dinero por valor de 764 millones de euros.
Subida generalizada de envíos
En general, el Banco Mundial prevé que los flujos de remesas con destino a los países de ingresos bajos o medianos aumentarán un 4,2% a lo largo de este año, hasta llegar a los citados 630 mil millones de dólares estadounidenses. En 2021, las remesas experimentaron una recuperación casi récord, el 8,6%, tras el estallido de la pandemia del coronavirus.
El volumen de las remesas enviadas ha crecido considerablemente. En América Latina y el Caribe, el 25,3%; en África subsahariana, el 14,1%; en Europa y Asia Central, un 7,8%; en Oriente Medio y Norte de África, el 7,6%, y en Asia Meridional, el 6,9%. Las remesas con destino a Asia Oriental y el Pacífico disminuyeron en 2021 un 3,3%, aunque si se excluye a China registraron un aumento del 2,5%.
Putin pierde puntos
Los flujos de remesas constituyen la principal fuente de financiación externa de los países con ingresos bajos y medianos desde 2015. De ahí que la pérdida de importancia de las remesas enviadas desde Rusia, entre otras razones por las sanciones económicas impuestas por su invasión a Ucrania, haga perder mucha influencia a Vladimir Putin entre los gobiernos de los países de su entorno, receptores de sus remesas. Estos países son de Asia Central y sus ingresos de capital por las remesas rusas “caerán de forma drástica”.
Estas caídas de dinero, junto con el aumento exagerado de los precios de los alimentos, los fertilizantes y del petróleo, pueden convertirse en un serio riesgo para la seguridad alimentaria y exacerbar la pobreza en la zona.
Esto, en cuanto a las consecuencias de la guerra de Ucrania en las transacciones económicas mundiales. Pero la pandemia del Covid-19 y la política migratoria de Estados Unidos es otro punto de distorsión. Y el principal escenario de este punto es México, que ha reemplazado a China en el segundo puesto mundial de países que más remesas reciben desde 2021 hasta nuestros días.
El ‘America first’ de Trump
En los últimos años, los migrantes “en tránsito” que cruzan México hacia Estados Unidos han tenido que afrontar dificultades extraordinarias.
Primero, se vieron “frenados” y “estancados” por la dura política migratoria del presidente estadounidense Donald Trump y su «America first» (“Primero, América”), entendiendo que Trump se refería a EE. UU. como si su país fuera todo el continente.
En segundo lugar, “estancados” también por la pandemia del Covid-19 y el cierre generalizado de fronteras durante más de un año.
Y el “quédense en casa” de Biden
Y, en tercer lugar, por la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Su victoria sobre Trump animó a más migrantes latinoamericanos, sobre todo los mexicanos, a querer probar suerte en lo que creían que era la “tierra de oportunidades” y el “sueño americano”.
Pero una vez en los pasos fronterizos entre México y Estados Unidos, estos miles de migrantes comprobaron que, para su desgracia, la política migratoria del demócrata Biden había variado muy poco con respecto a la de su predecesor republicano Trump. Recuerden el “quédense en casa” que dijo Biden a estos migrantes, frase que repitió después su vicepresidenta Kamala Harris.
Así las cosas, los migrantes “atrapados” en la frontera mexicana sin saber cómo subsistir, se han convertido en destinatarios de remesas enviadas por sus respectivas familias en origen y sus compatriotas solidarios, que sí pasaron la frontera con anterioridad. Compatriotas de migrantes originarios de Cuba, El Salvador, Honduras, Guatemala, Haití y Venezuela, principalmente, además de México, y que impulsaron con sus remesas el Producto Interior Bruto (PIB) mexicano, en más de diez mil millones de dólares.
«Las remesas ya se convirtieron en la segunda fuente de ingresos de dólares al país, que no es poca cosa. Ya superaron a la inversión extranjera directa o los ingresos obtenidos por turismo», dijo en febrero pasado Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico en Monex Grupo Financiero, en un reportaje divulgado por France24.
Las remesas y el PIB
El caso de México no es único. Entre las economías donde los flujos de remesas han representado hasta la fecha un gran porcentaje del PIB están Líbano (54%), Tayikistán (34%), República Kirguisa (33%) y Samoa (32%), además de Tonga, las Islas Marshall, Filipinas y Fiji, en Asia Oriental y el Pacífico.
En esta región, las remesas han caído a los niveles de 2017. Sin embargo, Filipinas, América Latina y el Caribe se siguen beneficiando de la creación de empleos y los aumentos de salarios en EE. UU., porque las respectivas colonias de migrantes originarios de estas zonas en territorio estadounidense son las más importantes. Sobre todo, los hispanos.