Hace cuatro años, Bill Gates lideró un proyecto en el que él y algunos otros multimillonarios, entre ellos Jeff Bezos y MacKenzie Scott, prometieron treinta millones de dólares para crear un nuevo motor dentro de una fundación contra el Alzheimer con el fin de acelerar el desarrollo de pruebas que pudieran diagnosticar la enfermedad. Esa financiación aumentó posteriormente a cincuenta millones de dólares.
Ahora, la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation ha anunciado un nuevo compromiso de financiación de cincuenta millones de dólares de donantes anteriores, como Gates, Bezos, el expresidente de Estee Lauder, Leonard Lauder (fundador de la fundación con su hermano Ronald); y la familia del difunto Ray Dolby, así como algunos nuevos donantes, dinero que apoyará la siguiente fase de sus esfuerzos para mejorar la detección de la enfermedad de Alzheimer. Las donaciones a la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation son «filantropía de riesgo». Cualquier rendimiento financiero que reciban las inversiones volverá a la fundación, en lugar de a los bolsillos de los donantes.
Gates, Bezos y Lauder donan ahora 11,25 millones de dólares cada uno para el proyecto de diagnóstico de la fundación, mientras que Dolby Family Ventures aporta cinco millones de dólares. Los cuatro nuevos donantes que se unen a ellos para apoyar la investigación de diagnósticos son las compañías farmacéuticas Biogen (que dona cinco millones de dólares) y Eli Lilly & Co. (que dona un millón de dólares), la Asociación de Jugadores de la NFL y la Fundación Benéfica de la Familia Shanahan, que dona cinco millones de dólares y está vinculada al antiguo ejecutivo de Capital Group, R. Michael Shanahan, que, según su obituario, murió en 2020 tras una larga batalla contra la enfermedad de Alzheimer.
La donación de Bill Gates también es personal. En enero de 2018, reveló en el programa Today que su padre de entonces 92 años, Bill Gates Sr., sufría la enfermedad de Alzheimer. Bill Gates Sr. murió en 2020 a los 94 años.
El difícil diagnóstico del Alzheimer
El Alzheimer ha sido difícil de diagnosticar. Como Gates explicó en una entrada de blog en 2018, ninguno de los dos métodos más comunes –una punción lumbar o un escáner PET– son ideales. Una punción lumbar es invasiva y puede ser incómoda, y un escáner PET requiere que los pacientes permanezcan muy quietos durante hasta cuarenta minutos, lo que no es fácil de hacer.
El objetivo de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation es disponer de pruebas no invasivas –como un escáner ocular o análisis de sangre– que puedan realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad. Algunos ya están en fase de desarrollo y, la semana pasada, una empresa respaldada por la fundación, Quanterix, anunció un nuevo análisis de sangre con fines de investigación.
«El papel de nuestra filantropía es asumir riesgos«, afirma el Dr. Howard Fillit, cofundador y director científico de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation. «El capital inicial que proporcionamos es de vital importancia«. Fillit describe el trabajo que realiza la fundación como la financiación de «el valle de la muerte», es decir, ayudar a conducir investigaciones académicas prometedoras a ensayos preclínicos, investigaciones que a menudo son consideradas demasiado arriesgadas por muchos inversores de capital riesgo y por las grandes farmacéuticas.
Niranjan Bose, director gerente de ciencias de la salud y de la vida en la empresa de inversión de Bill Gates, Gates Ventures, explica que con el primer fondo de diagnóstico de cincuenta millones de dólares de la fundación en 2018, «empezamos a sembrar el campo [del diagnóstico] con inversiones.» Ahora, algunas de esas inversiones han avanzado hasta el punto de necesitar más financiación y, en algunos casos, cheques más grandes de dos a tres millones de dólares. Así que Gates y otros están redoblando sus donaciones ahora, dice Bose, «para que esos brotes sigan creciendo».
Fillit, que también lleva cuarenta años tratando a pacientes con Alzheimer, rebosa de entusiasmo por los progresos realizados hasta ahora. Cuando empezó a trabajar como médico, la única forma de diagnosticar el Alzheimer era con una biopsia cerebral (después de que el paciente hubiera muerto). «Ahora puedo enviar a un paciente para que le hagan un escáner cerebral llamado Amyvid» que está aprobado por la FDA, dice. Ese escáner, añade, puede decirle con un 90% de certeza si un paciente tiene la enfermedad. La Alzheimer’s Drug Discovery Foundation financió el Amyvid, desarrollado inicialmente por Avid Radiopharmaceuticals e investigadores de la Universidad de Pensilvania; ahora es propiedad de Eli Lily & Co.
Avances clínicos
Es un momento emocionante para los investigadores del Alzheimer. Hay más de 120 fármacos en fase de ensayo clínico en todo el mundo; treinta de ellos han recibido financiación de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation. En los últimos cuatro años, el acelerador de diagnósticos de la fundación ha invertido unos cincuenta millones de dólares en más de cuarenta proyectos de investigación mundiales que incluyen análisis de sangre, escáneres oculares y tecnología digital temprana.
Una empresa llamada RetiSpec, respaldada en parte por la fundación, está desarrollando una prueba de retina que detecta cambios neurodegenerativos. «El ojo es la ventana al cerebro», explica Fillit, que imagina un escenario en el que se pueda acudir a la revisión ocular una vez al año y se realicen imágenes adicionales que podrían detectar la enfermedad de Alzheimer de forma menos invasiva que las pruebas actuales.
Bose, de Gates Ventures, también ve con buenos ojos la posibilidad de realizar una prueba ocular para diagnosticar el Alzheimer, ya que podría detectar la enfermedad antes. «Antes de que se empiece a ver el amiloide [proteínas relacionadas con el Alzheimer] en la sangre, se empieza a ver en la parte posterior de la retina», dice Bose, que calcula que podrían pasar uno o dos años antes de que la prueba retiniana esté lista. Otras empresas también están tratando de realizar pruebas de diagnóstico óptico.
Prevención del Alzheimer
Para quien esté interesado en cómo evitar el Alzheimer, dada la actual falta de un diagnóstico fácil y la ausencia de fármacos que detengan la enfermedad, Fillit dice que se ha aprendido mucho sobre la prevención. «La premisa básica es que lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro«, explica, y señala que hay que hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta mediterránea, evitar el tabaco, el alcohol y el estrés, y dormir lo suficiente. El sitio web de la fundación contiene información sobre prevención, así como reseñas de alimentos y suplementos y artículos sobre la salud del cerebro.
Todavía hay mucho que aprender sobre la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas. Fillit afirma que la investigación sobre esta enfermedad va quizá cincuenta años por detrás de lo que sabemos sobre el cáncer. Un reto: es difícil y caro inscribir a los pacientes en los ensayos clínicos en fase tres para los nuevos tratamientos del Alzheimer. Pero disponer de mejores diagnósticos podría hacer ese proceso más eficiente y mucho menos costoso, dice Fillit. Y un mejor diagnóstico permitiría inscribir a los pacientes en los ensayos en una fase más temprana de la enfermedad.