Gestamp registró un beneficio neto de 117 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone una subida del 41% en comparación con los 83 millones de euros contabilizados en el mismo período de 2021.
El presidente ejecutivo de la compañía, Francisco Riberas, indicó que este incremento de sus ganancias semestrales se produjo en un entorno de «complicado», marcado por interrupciones en la cadena de suministro, así como por la crisis de los chips y por el coronavirus.
No obstante, esta mejora del beneficio entre enero y junio se explica por el «posicionamiento diferencial» que el fabricante español de componentes para automóviles ha forjado en los últimos años, así como por las medidas de flexibilidad y eficiencia llevadas a cabo desde 2020.
La multinacional española destacó que estas medidas permitieron registrar niveles de crecimiento por encima del mercado de producción de vehículos, así como una rentabilidad «por encima de los niveles previos a la pandemia», excluyendo el efecto de las materias primas.
En los seis primeros meses del año, la compañía contabilizó unos ingresos de 4.871 millones de euros, lo que representa una subida del 19,5%, mientras que el beneficio operativo aumentó un 15,3%, hasta 240 millones de euros.
Asimismo, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) en los seis primeros meses del ejercicio actual fue de 554 millones de euros, un 11,2% de progresión respecto a los 498 millones de euros contabilizados un año antes.
En el segundo trimestre de 2022, Gestamp registró un beneficio neto de 72 millones de euros, un 125% de subida, al tiempo que su cifra de negocio creció un 33% hasta junio, con 2.615 millones de euros.
Entre abril y junio, la empresa se anotó un beneficio operativo de 139 millones de euros, lo que se traduce en una mejora del 44,7% interanual, mientras que el Ebitda trimestral fue de 301 millones de euros, un 25,4% de crecimiento.
Un segundo semestre «difícil»
De cara a lo que resta del año, Riberas indicó que el segundo semestre de 2022 será «difícil» y estará marcado por una incertidumbre similar a la de los primeros seis meses del ejercicio, a lo que se sumarán las posibles restricciones de suministro de gas en Europa y un escenario de mayor inflación.
«Esperamos superar este contexto con el mismo compromiso y apoyo de nuestros empleados. Sin embargo, la transición al vehículo eléctrico no se detiene, por lo que seguimos comprometidos con nuestros clientes en sus esfuerzos a través de la eficiencia, la disciplina financiera y enfocándonos en cumplir los objetivos establecidos», afirmó.
En el conjunto del ejercicio actual, la multinacional española prevé realizar inversiones de capital adicionales en el entorno de entre 200 y 250 millones de euros, al tiempo que seguirá a sus clientes en el proceso de transición al vehículo eléctrico, «ejecutando oportunidades estratégicas de inversión».