Rusia ha reanudado el suministro de gas a Europa a través de un gasoducto clave después de que se cerrara por reparaciones hace diez días, según anunció el jueves el operador, lo que ha reducido los precios de la energía y ha disipado los temores de que Moscú mantuviera la ruta cerrada mientras el continente se enfrenta a una inminente crisis energética este invierno.
En concreto, el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream se ha reanudado la madrugada de este jueves tras finalizar las obras de mantenimiento previstas, según informó el operador en un comunicado.
Las autoridades europeas temían que el gasoducto, que conecta Rusia y Alemania por debajo del mar Báltico y es una de las principales fuentes de importación de energía del continente, permaneciera cerrado después del mantenimiento como venganza por las sanciones occidentales contra la guerra de Rusia en Ucrania.
Este jueves, los flujos de gas de la empresa estatal rusa Gazprom sólo alcanzaban el 40% de la capacidad del gasoducto, según dijo Klaus Müller, presidente del regulador energético alemán, el mismo nivel al que funcionaba antes del cierre.
Gazprom aseguró que los retrasos en la devolución de los equipos que se estaban reparando en Canadá eran los responsables de la reducción.
Los precios del gas en Europa cayeron tras el anuncio, y los futuros holandeses de referencia a un mes cayeron hasta un 6,5% en la apertura del mercado, según Bloomberg.
Sin cortes de gas
Aunque el cierre de Nord Stream estaba previsto, las autoridades europeas creían que el presidente ruso Vladimir Putin cortaría el suministro en represalia por las sanciones occidentales impuestas a raíz de la invasión de Ucrania.
Europa depende en gran medida de las exportaciones energéticas rusas, especialmente del gas. Como resultado, el bloque ha tenido dificultades para imponer sanciones efectivas contra el sector y es vulnerable a las represalias rusas.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Rusia de «chantajear» a Europa con sus recursos energéticos y advirtió al continente de que se preparara para un corte importante o total del gas ruso.
El bloque insta a los países a reducir el uso de gas en un 15% ante la inminente escasez. La reapertura del Nord Stream disipará algunos de estos temores, pero no del todo, y Bruselas está tomando medidas para prepararse para la inminente escasez de energía en invierno.