Desde hace siete años es el primer edil de la ciudad de Ibiza y confía en poder revalidar su cargo en la nueva convocatoria electoral para cuatro ejercicios más. Tras una legislatura como concejal de Deportes y otra en el equipo de la oposición, Rafa Ruiz estrenó despacho en el Ayuntamiento de Ibiza a la par que paternidad. “Voy a hija por legislatura”, matiza, y su deseo siempre ha sido tener tres.
Durante la última jornada electoral, el 26 de mayo de 2019, Ruiz quedó en silencio y oculto de la muchedumbre y los focos tras perder las elecciones municipales. Días después, de forma insólita y tras constatarse fallos en el recuento del sistema nacional, el PSOE recuperó el foco y el gobierno de la ciudad para iniciar la segunda legislatura.
Desde joven se ha dedicado al deporte, primero practicando trial en bicicleta, y ahora, después de una lesión de columna, recorriendo kilómetros en diferentes pruebas de montaña. Asume que se cuida, también la alimentación, en exceso, y reconoce que es madrugador, también en exceso. A las cinco abre el ojo y para cuando muchos aún no se han acostado —especialmente, en época estival— el primer edil ya ha corrido una decena de kilómetros. Unos kilómetros que le permiten reducir el estrés, que pasa por su columna, su talón de Aquiles, y asimilar mejor las críticas, que no le faltan.
Ese afán por el bienestar y la vida saludable lo quiere trasladar a la ciudad, de ahí su empeño en peatonalizar calles, plazas y paseos, e implantar carriles bicis por las principales arterias de la ciudad para, como él dice, hacer de Vila una ciudad “más paseable”, reducir el uso del vehículo y darle mayor protagonismo al peatón. Se trata, según matiza, de un modelo “que hay que creerse”, a pesar del rechazo inicial que siempre genera este tipo de proyectos.
Le llovieron las críticas cuando se iniciaron los trabajos de peatonaliación de lugares tan emblemáticos como Vara de Rey y la Plaza del Parque, unas obras que años después han constatado que la eliminación del tráfico rodado no implica la muerte de los negocios de restauración. Ruiz avanza que habrá “más Vara de Rey”.
Le preocupa la falta de alquileres a precios asequibles, el abuso de los pisos -ilegales- turísticos y la avaricia de muchos a la hora de ponerles precio. Una desazón que él mismo ha vivido en sus propias carnes al ser arrendatario y no propietario.
De hecho, el municipio de Ibiza es el único de toda la isla que ha cedido terrenos al ejecutivo balear para la construcción de vivienda pública en régimen de alquiler y poder ofrecer una alternativa real al residente.
