Las cosas nunca han sido fáciles para el empresario argelino Nadir Saidi. La necesidad le obligó, como a otros tantos de sus compatriotas, a emigrar a Ceuta en 2004. Allí le esperaba una buena temporada en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Emigrantes). Apenas un año después, llegó la ansiada autorización para cruzar a la península y empezar a construir un futuro por entonces incierto. Aunque los años siguientes tampoco serían un camino de rosas. “Estuve un tiempo cortando pimientos en los campos de Almería, ganando apenas 470 euros al mes con los que tenía que comer y ayudar a mi familia”, cuenta Saidi, quien también estuvo trabajando de peón de obra en Pamplona. Pese a ello, siempre tuvo claro que la vida le estaba reservando algo más, aunque la crisis de 2008 no iba a dejar, por el momento, que se cumpliera ese presagio.
Parece que el sueño de triunfar se le resistía. Pero todo cambió, como suele pasar, por una casualidad. “En 2013 mi madre enfermó y tuve que volver a Argelia para estar con ella. Fue precisamente en ese viaje en avión donde conocí al hombre catarí con el que hice mi primer negocio”, explica. Se trataba de un asunto de venta de agua que le permitió conseguir su primer capital para invertir. Tras un tiempo en su país, dio el salto a Marbella para fundar, en 2017, Adams Cars, un negocio de alquiler que empezaría con apenas tres vehículos y que acabó por convertirse en el lugar de referencia para la exclusiva clientela de la zona gracias a su exclusiva oferta de modelos y al trato personalizado de Nadir.
Desde entonces no le ha ido nada mal. El pasado 4 de febrero presentaba en Marbella su nueva marca de venta y alquiler de vehículos de alta gama, Madness Cars, para apuntalarse definitivamente como líder en su sector. Es más, Nadir Saidi ya trabaja para expandirse a Barcelona mediante la adquisición de una importante empresa de la ciudad, y cuenta con representantes en Ibiza, Mallorca, Valencia o Madrid que le permiten mandar sus exclusivos coches a la puerta de sus clientes. Pero lo que sí que tiene claro Saidi es que quiere seguir aprovechando su éxito para ayudar a los más necesitados, especialmente en Ceuta, donde empezó este poco frecuente viaje.