Jeep es una de las marcas con una personalidad más marcada y definida. A cualquiera que le preguntes te dirá: “el todoterreno por excelencia”. Su historia es conocida: se comenzó a fabricar en 1941, a petición expresa del ejército de los Estados Unidos, para poder circular por cualquier tipo de terreno en primera línea de combate, allí donde no existían carreteras o habían quedado inservibles por los bombardeos.
Duro, resistente, capaz de subir o bajar por donde nadie se atrevería, Jeep se mantuvo fiel a esas premisas, que cumplía de sobra, adornándolas, además, con una estética tan característica como atractiva. Pero el mundo evoluciona y como los amantes de las dificultades no son tantos, Jeep fue evolucionando suavemente para no perder sus esencias e ir captando, al mismo tiempo, nuevos adeptos. En ese proceso hemos llegado al momento actual, en el que, en una jugada del destino con la que pocos contaban, los SUV se han convertido en la categoría de coche más deseada. No son todoterrenos, pero son todocaminos. No sirven para abrirse paso en la jungla o el desierto, pero entran a saco en cualquier pista forestal y, lo que es mejor, ya no son incómodos en autopistas (como sí eran sus predecesores hasta hace veinte años).
Ahora, Jeep ha lanzado al mercado dos nuevos modelos, el Renegade y el Compass. El primero que hemos probado es el Jeep Compass e-Hybrid, un vehículo compacto (pero no pequeño: andaos con ojo en los aparcamientos), más grande que el Renegade y ligeramente más pequeño que el Cherokee, que goza del caché robusto de la marca y destaca sobradamente fuera de la carretera, pero es también un coche con el que disfrutar de agilidad en la “jungla” urbana, gracias a su sistema de propulsión mild hybrid, que ofrece una experiencia de conducción en ciudad muy cercana al confort, el silencio y las prestaciones de los vehículos 100% eléctricos: el vehículo arranca sin necesidad de encender el motor de gasolina, utilizando un modo de conducción silencioso, puramente eléctrico.
Comodidad destacada
Como ya hemos adelantado, su comodidad es absoluta y su interior ya no es espartano, como aquellos Jeep legendarios. Al contrario: toda una serie de actualizaciones lo han convertido en un coche absolutamente cómodo y deseable. Además de un frontal revisado con un aspecto elegante, su interior se beneficia del uso de materiales reciclados en el revestimiento del techo y las alfombrillas o los asientos fabricados con plástico reciclado recogido del océano, luciendo costuras distintivas en contraste, y nuevo diseño del salpicadero y sistema de infoentretenimiento con una gran pantalla táctil de tamaño tableta con el último software Uconnect. Por otra parte, su interior es cómodo, funcional y cuenta con espacio suficiente para cinco pasajeros adultos (aunque el asiento trasero no es el más grande, pero tampoco el más pequeño de los crossovers de esta clase). La altura de los asientos traseros permite que las piernas de los pasajeros vayan completamente apoyadas y los viajes largos resultan cómodos.
Uno de los sistemas de asistencia a la conducción de que dispone permite relajarse completamente. Detecta automáticamente la velocidad del vehículo delantero y adecua a este la propia, pero hasta niveles sorprendentes, ya que sólo hay que preocuparse de mantener las manos en el volante: con el control de crucero adaptativo, puede bajar de 120 km/h a 2 km/h y volver a subir hasta 120 km/h por sí sólo, sin tener que mover un dedo. Cuenta, además con una mezcla de control de ángulo muerto, alerta de tráfico cruzado trasero, luces altas automáticas, etc. Quizá, por querer ser tiquismiquis, los avisos sonoros advierten de “demasiadas cosas”. Si te está adelantando un coche y pones el intermitente, te advierte con un pitido de su presencia. Lo mismo sucede si pisas la línea central en carreteras de curvas encadenadas. Si el volumen es alto, termina siendo molesto por reiterativo, pero la buena noticia es que el volumen de aviso se puede ajustar desde la pantalla.
El modelo probado no tenía tracción total, sino delantera, con transmisión automática de seis velocidades. El Compass se siente más ágil de lo que su perfil alto podría sugerir, respondiendo hábilmente a las entradas del volante bien ponderado. Y en carreteras de montaña sentimos el Compass bien controlado, sólidamente plantado y con un freno-motor muy capaz si se emplea la opción manual de la caja de cambios de automática para reducir. El Compass ofrece tracción total en la versión 4xe –con caja de cambios automática de nueve velocidades– y quienes la elijan disfrutarán de una gran variedad de modos de conducción para conquistar el terreno: un ajuste automático permite que el coche dirija el par a las ruedas según lo considere oportuno, mientras que los modos Nieve, Arena y Barro permiten variar el deslizamiento de las ruedas para mejorar la tracción.
Eficiencia energética
El nuevo Compass cuenta con mecánica mild hybrid (e-hybrid), que permite un ahorro de hasta el 15% de consumo y atravesar el centro de Madrid sin necesidad de aparcar, gracias a su etiqueta «eco»: el Compass arranca en modo eléctrico y pocos metros después pone en marcha el propulsor de gasolina. Igual sucede cuando se circula a velocidad de crucero, momento en el que se apaga el motor de combustión y se circula en modo ecológico. Solo cuando hay un cambio en la situación arranca de nuevo el motor. Esta tecnología optimiza el funcionamiento del vehículo en los atascos, ya que cuando estamos parados y arrancamos para recorrer solo unos metros, estos se harán en modo eléctrico. Y lo mismo sucede al aparcar. Su batería eléctrica es muy pequeña (sólo aporta 20 CV) y solo puede recorrer muy cortas distancias con el motor de gasolina apagado, pero…. ¡es el único vehículo eléctrico con tecnología Mild Hybrid que se mueve con el motor eléctrico! La tecnología mild hybrid recarga la batería con el sistema de frenado, que cuenta con una función de autocarga que usa los momentos de desaceleración para maximizar la recuperación de energía cinética y mejorar la eficiencia: el Compass anuncia una cifra oficial de gasto medio de 5,6 litros cada 100 kilómetros.