Criptomonedas

Razzlekhan: la rapera de YouTube que se convirtió en sospechosa de un fraude de 4.000 millones de dólares en bitcoins

Forbes revela cómo una autodenominada gurú del marketing de un pequeño pueblo de Estados Unidos y su marido se convirtieron en sospechosos de atraco, ya que un análisis sugiere que la pareja todavía tiene acceso a los bitcoins robados, incluidos algunos que se transfirieron a través del sitio web de la 'red oscura' rusa.

El día de su boda, en noviembre, Heather Morgan estaba en el centro del escenario, apoyada en un brazo, sosteniendo un micrófono y girando en el suelo. Rodeada por un semicírculo de personas que ondeaban hojas de palma doradas, con una línea de bajo distorsionada que resonaba en el espacio para eventos de Los Ángeles, rapeaba para los amigos y familiares reunidos en su ceremonia.

Su marido desde hacía pocas horas, Ilya Lichtenstein, la miraba. En un vídeo promocional de YouTube, la pareja había anunciado el evento como «la celebración de tu verdadero yo y nuestro amor». Pero la actuación de Morgan, disfrazada de su alter ego rapero Razzlekhan, al igual que la celebración de la pareja ese día, resultó ser un punto álgido de su vida en común. Apenas tres meses después, serían arrestados por cargos federales de conspiración para blanquear un tesoro multimillonario de bitcoins robados de la bolsa de criptomonedas Bitfinex en 2016. La pareja no fue acusada del robo en sí.

Los Bonnie y Clyde de la criptomonedas

El día de su boda, el trece de noviembre, la pareja sabía que los agentes de la ley los estaban investigando. Cuando fueron detenidos el ocho de febrero, el Departamento de Justicia lo promocionó como un «gran golpe a los ciberdelincuentes que buscan explotar la criptomoneda» y dijo que había recuperado bitcoins valorados en 3.600 millones de dólares (3.253,3 millones de euros), su mayor incautación financiera hasta la fecha. Los medios de comunicación se centraron en el extraño personaje de Morgan, Razzlekhan, una creación de YouTube en la que rapeaba y pontificaba sobre temas que iban desde el éxito y el dinero hasta la comida y los viajes. Su relación con Lichtenstein, de 34 años, añadió sabor a la mezcla, y algunos medios los calificaron como los Bonnie y Clyde de la criptomonedas.

Heather Morgan en San Francisco en 2013. (Foto: Talvinder Singh/FORBES)

Detrás de los titulares y las retransmisiones por televisión, lo que seguía siendo un misterio era cómo Morgan, de 31 años, una mujer de orígenes humildes procedente de una zona rural de California, supuestamente llegó a tener una riqueza inimaginable –una suma que pasó de 70 millones de dólares (63,3 millones de euros) a más de 4.000 millones (3.615,8 millones de euros) a medida que el precio de bitcoin se disparaba– y luego se convirtió en objeto de burla internacional.

Salesfolk, su propia ‘startup’

Con el creciente interés mundial por el caso –Netflix y la versión estadounidense de FORBES anunciaron documentales por separado días después de las detenciones– ha surgido un trágico retrato de Morgan. En entrevistas con 18 personas que conocían a la pareja, algunas de las cuales compartieron mensajes de texto, audio, vídeo y fotos, FORBES descubrió que Morgan estaba decidida a convertirse en una líder intelectual de Silicon Valley y lanzó su propia startup, una empresa de marketing llamada Salesfolk. Eso fue antes de conocer a Lichtenstein, un hombre que parecía sacar a relucir sus peores instintos, según las personas que la conocían.

Morgan se sentía atraída por «tipos que estaban por encima de su nivel, de los que se podía aprovechar para su propia carrera», asegura Haley Hidalgo, que dijo haber sido la mejor amiga y empleada de Morgan. «Creo que Ilya simplemente era más inteligente que ellos«.

Acceso a 25.000 bitcoins

Los fiscales federales dijeron en una presentación judicial de febrero que la pareja todavía tiene acceso a 25.000 bitcoins, con un valor aproximado de 1.000 millones de dólares (904,5 millones de euros) en la actualidad. El análisis proporcionado por Elementus, un motor de búsqueda de blockchain que rastrea las transacciones de bitcoin, a la publicación norteamericana ha permitido descubrir que la pareja fue capaz de blindar el dinero no incautado a través de una compleja serie de transferencias criptográficas. Max Galka, CEO de Elementus, dijo que los bitcoins se movieron a través de más de 20.000 transacciones, lo que indica que se utilizó algún tipo de software de automatización.

Galka explicó a FORBES que algunos de los bitcoins no incautados se transfirieron a través del mercado de la darknet (‘red oscura’) Hydra, con sede en Rusia. «Es el mayor mercado de la darknet que existe», afirma el experto. «Es muy poco probable que las fuerzas de seguridad tengan la capacidad de seguir el rastro de estos fondos«. Según Elementus, el último movimiento conocido del alijo no incautado se produjo el 25 de enero, poco antes de las detenciones de la pareja en su apartamento de Wall Street.

Tres meses después de casarse, Morgan y Lichtenstein se enfrentaron a un tribunal federal de EE UU. (Foto: FORBES)

¿Acuerdo de culpabilidad?

Dónde pueden acabar esas riquezas restantes es una cuestión abierta. Casi cuatro meses después de la boda de Morgan, su inquebrantable devoción por el hombre al que algunos llamaban «Crypto Clyde», forjada por el amor y la desventura, podría verse desmoronarse en medio de las discusiones sobre lo que, según los fiscales, son «posibles resoluciones antes del juicio», también conocidas como un acuerdo de culpabilidad. Los abogados que inicialmente representaron tanto a Morgan como a Lichtenstein escribieron en una presentación del once de febrero ante el tribunal que las supuestas pruebas del gobierno hacen «saltos concluyentes sin fundamento», y añaden que las afirmaciones de los fiscales son «especialmente endebles en cuanto a la señora Morgan». Tras compartir inicialmente el abogado de Lichtenstein, Morgan contrató al suyo el 28 de febrero.

Ambos comparecen el 25 de marzo ante el juez. Sin embargo, ninguno de los dos abogados han hecho comentarios sobre ello a FORBES.

Infancia alejada de Silicon Valley

De niña, en Tehama (California), un pueblo de 400 habitantes, dos paradas de autobús, dos iglesias y poco más, Morgan estaba deseando escapar. «Al crecer, no tenía muchos amigos y fue muy duro porque nadie creía en mí, ni me apoyaban, ni me entendían, y nadie quería hacer las cosas que yo quería hacer profesionalmente», dijo en un vídeo de YouTube publicado en enero de 2021. «Toda la experiencia fue una pesadilla».

Morgan describió que fue «intimidada sin piedad», y varios compañeros de clase dijeron a FORBES que se metían con Morgan por su ligero ceceo. Se cambió a una escuela secundaria más grande en Chico, a treinta minutos en coche. Dijo que un profesor de allí también desalentó su ambición. «Eres un pez grande en un estanque pequeño, pero si vas al océano, podrías ahogarte», recuerda Morgan que le dijo el maestro. «Recuerdo que pensé… ‘Esto no es un estanque, es un charco de barro, pero el océano, soy un tiburón, ¡pertenezco al océano!».

Años más tarde, la gente que vive en la ciudad natal de Morgan, en el norte de California, se sorprendió al conocer la denuncia penal contra ella, y los detalles de la historia de su vida que han surgido desde que se presentó. «Es toda una historia», dijo a FORBES el alcalde de Tehama, Robert Mitchell, frente a su casa.

Las personas que conocieron a Morgan durante sus años de formación dicen que su inteligencia la hacía destacar. «Incluso entre los empollones, Heather era considerada bastante empollona», dijo en un vídeo de TikTok una antigua compañera de instituto ahora conocida como Kitty Davies. Continuó describiendo a Morgan como una «liberal del ‘Daily Show». «Era una de esas chicas que tomaba notas realmente meticulosas», dijo Davies.

Economía, japonés, cambio de nacionalidad…

Pero Morgan se distinguió. Estudió japonés, lo que la llevó a un programa de intercambio en Japón. Era algo que ella creía que cumpliría su «sueño de salir [de la California rural] e ir muy lejos», escribió más tarde.

Tras licenciarse en Economía en el campus de Davis de la Universidad de California en el verano de 2011, Morgan vivió en Hong Kong, donde trabajó en la Universidad de Ciencia y Tecnología de la ciudad nipona, impartiendo seminarios para estudiantes sobre la cultura estadounidense. Cuando llegó a El Cairo en 2012 para cursar un posgrado en Economía Internacional, el sueño de infancia de escapar de la América pueblerina se había hecho realidad.

Con su sentido de la aventura, Morgan atrajo a un círculo de amigos, y a veces bromeaba diciendo que era una «narcisista», según Hidalgo, que asistió a la Universidad Americana de El Cairo con ella. Durante esta época, Morgan era una ávida seguidora del rapero satírico de YouTube Lil Dicky y del trío cómico liderado por Andy Samberg, The Lonely Island. A veces, sin previo aviso, Morgan se lanzaba a rapear en estilo libre. «Pensé que era un personaje interesante», dice Hidalgo. «La consideraría mi mejor amiga durante varios años».

Haley Hidalgo y su examiga Heather Morgan. (Foto: Haley Hidalgo/FORBES)

Morgan a veces decía cosas que no cuadraban, según Hidalgo y otros conocidos. Ella afirmaba a menudo que era economista, y en las entradas de su blog firmaba como «economista y escritora». A Hidalgo le pareció extraño. Más allá de una licenciatura en Economía, Morgan no trabajaba como economista. La joven también afirmaba estar escribiendo un libro sobre la comunidad gay de El Cairo. Luego estaba la cuestión de por qué decía a la gente que era turca, afirmando que su verdadero nombre era Heather Reyhan. (Es Heather Rhiannon Morgan).

Apoyo a la comunidad LGBTQ

Morgan se convirtió en una pieza clave en la escena de las fiestas LGBTQ, según un amigo que conoció en Túnez, quien dijo que «era un poco clandestina». La comunidad gay se enfrenta a una dura opresión en Egipto, pero Morgan organizó fiestas y registró un dominio, ComeOutCairo.com, aunque el sitio web nunca se materializó.

Después, un día a principios de 2013, Morgan entró en el salón de Hidalgo en El Cairo y anunció que volvía a California. «No estoy ganando dinero», dijo Morgan, según Hidalgo. «Necesito ganar dinero». (A pesar de afirmar en LinkedIn que obtuvo un máster en la Universidad Americana de El Cairo, un portavoz de la AUC dijo a FORBES que Morgan dejó la universidad después de un semestre y nunca obtuvo su título). Morgan fue despedida por una pequeña multitud de amigos. «Había como ocho coches, así que todos sus amigos fueron juntos a despedirse de ella», dijo la amiga que conoció en Túnez.

De nuevo en EE UU

Morgan aterrizó en Bay Area y se dedicó a tratar de construir puentes con los empresarios. «Abandonaba mi identidad de expatriada en mercados emergentes… para hincarle el diente a un nuevo tipo de reto: las startups tecnológicas», escribió más tarde. Pasó semanas y meses durmiendo en los sofás de sus amigos con pocas pertenencias y «prácticamente vivía del dim sum de Chinatown», escribió en una publicación online.

Finalmente, conoció a un joven empresario jordano llamado Hussam Hammo, que había sido aceptado en el programa acelerador 500 Startups para lanzar una empresa de juegos llamada Tamatem. Siendo una mujer estadounidense con conocimientos básicos de árabe, Morgan era la persona perfecta para presentar su empresa a los inversores, dice Hammo. Le dijo que era musulmana practicante y que ayunaba durante el Ramadán.

Aunque Hammo no pudo pagarle –500 Startups sólo le dio 37.000 dólares (33.476,3 euros) y tres meses para poner en marcha Tamatem–, Morgan fue presentada a un ‘grupito’ de inversores y empresarios sin el problema de crear su propia empresa.

Un mes después de entrar en la aceleradora, apareció en un vídeo promocional de 500 Startups, titulado «Thrifty Startup», una parodia del éxito de Macklemore «Thrift Shop». En el vídeo, los aspirantes a fundadores de startups rapean sobre cómo van a «recaudar algunos fondos» y están «buscando algunos millones».

Heather Morgan llamó la atención de sus compañeros del 500 Startups mientras filmaban un video promocional en 2013. (Foto: Talvinder Singh/Forbes)

Un compañero de 500 Startups, Talvinder Singh, que rodó gran parte del vídeo en un condominio de Mountain View, dijo que en un momento de la filmación Morgan se desnudó de repente hasta el sujetador y la ropa interior sin ninguna razón discernible. «La gente no sabía cómo reaccionar», dijo a FORBES. «Para mí, fue un choque cultural». Otro miembro del grupo, que pidió permanecer en el anonimato, añadió: «Ella se aseguró de estar en el centro [del vídeo]».

Primer matrimonio y divorcio

Una vez que 500 Startups concluyó en julio de 2013 con una serie de reuniones con inversores en Nueva York, Hammo regresó a Bay Area con la intención de seguir trabajando en Tamatem con Morgan. Pero tras varios días intentando contactar con ella sin éxito, los compañeros le dijeron a Hammo que se había mudado a Brasil y se había casado con otro miembro de 500 Startups, Bruno De Souza, que había cofundado una app que permitía a los usuarios rastrear a sus mascotas. «Fue alucinante», dice Hammo.

En un correo electrónico enviado a FORBES, De Souza dijo que tuvo una «intensa relación» con Morgan que comenzó durante los pocos días que pasaron en Nueva York, pero añadió que el matrimonio tenía como objetivo principal conseguir un visado para que ella pudiera quedarse en Brasil y trabajar en su startup de seguimiento de mascotas.

La relación pronto se vino abajo. Hidalgo asegura que Morgan le dijo en octubre de 2013 que se vio obligada a «huir» de Brasil porque la relación se había vuelto «abusiva». En un mensaje enviado a otro amigo y compartido con FORBES, Morgan escribió que había regresado a California después de descubrir que De Souza estaba «engañando y muchas otras cosas.»

De Souza negó ser abusivo con Morgan, o engañarla, y dijo que ella estaba «deprimida». Él creía que ella había conjurado una historia para explicar por qué se iba de Brasil. «Creo que quería contar una historia de que era una superviviente», dijo. Los registros judiciales obtenidos por FORBES muestran que Morgan inició el divorcio en enero de 2014 y la separación se concretó ocho meses después.

A finales de 2013, Hidalgo voló a San Francisco para visitar a Morgan. Los papeles del divorcio no se habían presentado, pero Morgan ya había empezado a salir con otra persona. En una cena, Morgan le presentó a Hidalgo al hombre que estaba a su lado. «Este es Ilya», recuerda Hidalgo que dijo Morgan. «Es un hacker de sombrero negro».

«Tan raro como Morgan»

Con un grueso pelo oscuro y una sonrisa arrugada, Lichtenstein era visto por algunos de sus compañeros como un marginado con una inclinación traviesa. «Creo que fue el primer tipo que vi que era tan raro como ella [Morgan]», dijo uno de los amigos de Morgan.

Nacido en Rostov (Rusia) y criado a las afueras de Chicago, en Glenview (Illinois), a Lichtenstein le interesaba la historia y los videojuegos. Un antiguo compañero de clase recordaba que, durante la escuela secundaria, Lichtenstein le pedía prestados bolígrafos. «Un día me dio un papel en blanco y me pidió que firmara», dijo el compañero. «Lo hice, y luego redactó un contrato en el que decía que yo aceptaba legarle mi bolígrafo».

Era una versión a pequeña escala del tipo de cálculo que daría forma a su carrera como hacker autodenominado. En 2009, Lichtenstein se describió a sí mismo como un «gran friki» que había sido el «capitán del equipo de matemáticas y del quiz bowl… e incluso se las arregló para salir con un par de chicas que estaban fuera de mi alcance». Tras graduarse en Psicología en la Universidad de Wisconsin, Madison, Lichtenstein se trasladó a California.

Silicon Valley, su amor

Al igual que miles de personas que llegan a Silicon Valley con ojos de estrella, Lichtenstein se enamoró de inmediato. «Hace dos meses dejé lo que estaba haciendo, vendí todo lo que tenía, me despedí de mis amigos y de mi novia y me mudé del Medio Oeste a San Francisco», escribió en septiembre de 2010. «Probablemente ha sido la mejor decisión que he tomado. No es que antes fuera infeliz, pero es tan… diferente aquí». También como otros recién llegados, parecía centrado en la riqueza. «Tengo una regla sencilla para tratar el correo electrónico entrante», escribió en su blog, influencehacks.com. «Si me envías un correo electrónico y no te conozco, necesito saber en unos 15 segundos cómo la lectura de este correo electrónico me va a hacer ganar más dinero. Si, después de 15 segundos de lectura, no lo sé, paso al siguiente mail«.

Heather Morgan. (Foto: Talvinder Singh/Forbes)

Lichtenstein lanzó una serie de empresas en línea que incluían un sitio de citas y otro que vendía suplementos para el cerebro. Trabajó en una herramienta de hacking para burlar la herramienta de seguridad CAPTCHA. Su proyecto más exitoso fue MixRank, una startup de marketing basada en datos, que despegó después de asistir a ‘Y Combinator’ en 2011 y recibir financiación del multimillonario Mark Cuban. Tres de sus compañeros de Y Combinator dijeron a FORBES que era amable, tímido y estaba encantado de compartir sus conocimientos de marketing.

Se conocieron en 2013

Lichtenstein conoció a Morgan en el verano de 2013, cuando él ejercía de mentor en 500 Startups y ella trabajaba con Hammo en Tamatem. Durante una charla en 500 Startups en junio, habló de su experiencia al crear una empresa. «Escuchar a @ilyabot explicar cómo pasar de ser el ‘peor SEO del mundo’ a multiplicar por diez tu tracción en @500startups», tuiteó durante su seminario.

Hammo recordó que Lichtenstein apareció en Nueva York durante el fin de semana de demostración de 500 Startups en julio de 2013 –el mismo fin de semana en que Morgan y De Souza comenzaron su relación–, cuando los empresarios salieron a un bar para celebrar. Hammo dice que Morgan parecía estar borracha y que vio a Lichtenstein intentando sacarla del bar. Cuando Hammo le preguntó qué ocurría, Morgan le dijo que todo estaba bien y salió del bar con Lichtenstein. «No tuve un buen presentimiento de él», dice Hammo.

Una vez que ambos empezaron a salir a finales de 2013 –después de que Morgan regresara de Brasil–, Morgan se mudó al apartamento de Lichtenstein en un rascacielos de San Francisco, con vistas a los rascacielos de los alrededores. En las redes sociales, ella publicó imágenes de ellos volando en primera clase a Hong Kong, Panamá y México.

Puso en marcha su propia empresa, Salesfolk, que ofrecía a las empresas campañas de marketing por correo electrónico en frío, una habilidad en la que Morgan se centró después de conseguir reuniones con inversores y consultores para Tamatem. Lichtenstein actuó como asesor. «Ella es una fuerza de redacción singular, capaz de dar un vuelco a la forma de pensar en la adquisición de clientes y elevar su negocio a la siguiente etapa de su crecimiento», escribió Lichtenstein en LinkedIn cuando lanzó la empresa en marzo de 2014. «Habla con ella ahora».

Hidalgo, su primera empleada en Salesfolk

Morgan contrató a Hidalgo como su primera empleada. Trabajando a distancia, Hidalgo cobraba 1.300 dólares (1.177,7 euros) al mes –un salario decente para El Cairo– por ayudar con las campañas de correo electrónico y organizar reuniones con clientes. Hidalgo dice que Morgan creó al menos dos perfiles de empleados ficticios en LinkedIn para dar la apariencia de que la empresa era más grande de lo que era.

A medida que la relación de Morgan con Lichtenstein crecía, ella utilizaba a menudo el espacio de oficinas de MixRank en la calle Townsend de San Francisco, recordó un antiguo empleado de MixRank, y consultaba a Lichtenstein sobre el funcionamiento de Salesfolk. Una mañana de 2015, Hidalgo recibió una llamada de Morgan, diciéndole que después de consultar con Lichtenstein, Morgan le despedía porque «el negocio iba lento».

Hidalgo se encontraba con varios amigos que cortaron el contacto con Morgan por esas fechas. Liechtenstein también comenzó a retirarse de sus responsabilidades profesionales. En mayo de 2016, dejó abruptamente MixRank. Fue desconcertante, dijo un antiguo empleado, teniendo en cuenta la trayectoria ascendente del negocio. «Todos intentábamos averiguar por qué se marchaba. Lo estábamos haciendo muy bien. Nuestros ingresos se disparaban con bastante rapidez», dijo la persona. El otro cofundador de MixRank, Scott Milliken, no respondió a las solicitudes de comentarios.

Al final, la pareja se dedicó a algo más que al marketing en Internet.

Robos a usuarios de Bitfinex

El 2 de agosto de 2016, Bitfinex, uno de los mayores intercambios de criptomonedas del mundo, anunció que había sufrido una brecha de seguridad y que «a algunos de nuestros usuarios les habían robado sus bitcoins«. Al mes siguiente, la bolsa registrada en las Islas Vírgenes Británicas descubrió que un hacker –o hackers– había robado 119.754 bitcoins, valorados entonces en unos 66 millones de dólares (60 millones de euros).

El Departamento de Justicia descubrió más tarde que el robo se había producido aprovechando una función de seguridad llamada multi-sig, que requiere que al menos dos partes –en este caso, o bien Bitfinex, el propietario del bitcoin o un proveedor de carteras de terceros conocido como BitGo– firmen cualquier transacción. Bitfinex había dicho que era «imposible que nuestros usuarios perdieran sus bitcoins por haber sido hackeados o robados». Pero Mike Belshe, el director general de BitGo, el proveedor de monederos de Bitfinex, tuiteó más tarde que «BitGo no fue hackeado ni violado en el incidente». Bitfinex tuvo una importante brecha en múltiples sistemas y personas». Belshe declinó dar más detalles sobre su tuit a FORBES.

En retrospectiva, parece que Morgan podría haber dejado un rastro de pistas. En 2017, afirmó durante una presentación de Salesfolk que su empresa había generado 64,7 millones de dólares (58,6 millones de euros) en ingresos durante 2016, según las diapositivas de la presentación vistas por FORBES. En lo que podría ser una coincidencia, esa era una cifra similar al valor de los bitcoins, unos 66 millones de dólares, robados en Bitfinex.

Heather Morgan trató de atraer seguidores para su alter ego rapero de YouTube, Razzlekhan, publicando docenas de videos en el sitio web. (Foto: FORBES)

Para Hidalgo y otros exempleados de Salesfolk, esa cifra no era creíble para una empresa que no parecía tener más de cinco empleados en ningún momento y que pagaba salarios de entre 10.000 y 30.000 dólares (9.058 y 27.174,5 euros). Un antiguo becario dijo que fue despedido repentinamente en 2016 porque la empresa no podía pagarle. Dos años después, Morgan dijo a una bolsa de criptomonedas que Salesfolk ganaba «alrededor de 8.500 dólares (7.698,8 euros) o menos por contrato/factura», según los fiscales.

Investigados

Los investigadores federales reconstruyeron y posteriormente citaron los movimientos de Morgan por esta época. En 2019, la joven publicó en las redes sociales su ubicación en un momento en el que la pareja supuestamente blanqueaba los bitcoins. Según una declaración jurada del IRS, Morgan indicó que estaba en la capital ucraniana de Kiev en agosto y septiembre de 2019. Según los archivos digitales incautados a Lichtenstein, las autoridades pudieron cotejar los números de seguimiento de los «paquetes de vendedores de la darknet» que se les enviaron desde Rusia durante este período.

En ese momento, gran parte de las publicaciones de Morgan en las redes sociales se centraban en el personaje de rapera de Morgan, Razzlekhan, con videos musicales de YouTube que aparecían mensualmente. «Más intrépida y desvergonzada que nunca, se enfrenta a todo el mundo, desde las grandes empresas de software hasta la sanidad, pasando por los hermanos de las finanzas», decía su sitio web. Basándose en su afirmación de ser economista, Morgan también empezó a escribir entradas de blog en FORBES como colaboradora, aludiendo a sus habilidades en su biografía: «Cuando no está haciendo ingeniería inversa en los mercados negros para pensar en mejores formas de combatir el fraude y la ciberdelincuencia, le gusta rapear y diseñar moda de calle».

Mientras el precio del bitcoin subía, el rap de Morgan seguía siendo prolífico. En una canción citada por los fiscales, rapeaba: «Spear-phish tu contraseña / todos tus fondos transferidos«. En otra, llamada «Menace to Society», se describía a sí misma como «la reina del catfishing«.

¿Cómo convertir los bitcoins en efectivo?

Pero a la pareja se le acababa el tiempo. Su perdición parece radicar en el espinoso problema de cómo hacer efectivo un tesoro de bitcoins robados, algo así como vender un Matisse robado. Según la declaración jurada del gobierno, Lichtenstein y Morgan tardaron años, y dieron múltiples pasos, para supuestamente blanquear los bitcoins y apropiarse de su propiedad. «Cuanto más se extienda, más grande es la superficie por la que pueden ser atrapados», dijo Galka, el CEO de Elementus. «Probablemente no tenían un plan para esto cuando [presuntamente] robaron los fondos y no lo habían pensado bien».

Parece que la pareja tampoco vivía como si tuviera acceso a miles de millones de dólares. Según los fiscales, la pequeña startup de criptomonedas de Lichtenstein, Endpass, recibió un cheque de 11.000 dólares (9.966 euros) a través del Paycheck Protection Program, el programa federal diseñado para salvar puestos de trabajo en los primeros días de la pandemia. Apenas unas semanas después, los bitcoins vinculados al hackeo se utilizaron para comprar, entre otras cosas, una tarjeta de regalo de 500 dólares (453 euros) de Walmart, en la que se hicieron compras a nombre de la propia Morgan, según la declaración jurada del IRS.

Lichtenstein y Morgan parecían ser dos caras de la misma moneda. Unidos por la inteligencia y el amor, complementaban sus habilidades. Cuando los federales entraron en su apartamento de Wall Street en enero, encontraron pasaportes falsos, teléfonos desechables, 40.000 dólares (36.232 euros) en efectivo y pruebas de que la pareja planeaba huir a Ucrania o Rusia.

Cárcel y arresto domiciliario

Lichtenstein se encuentra en una celda de la cárcel y Morgan está bajo arresto domiciliario. En su página de LinkedIn se puede encontrar una lista de sus logros después de haber escapado de la América pueblerina y antes de su acusación. En ella se incluye su licenciatura en la UC Davis, su asistencia a la Universidad Americana de El Cairo, Salesfolk, Razzlekhan y su participación en FORBES como colaboradora, entre otras cosas.

En la parte superior de la página, Morgan ha dejado un pensamiento. «Con palabras y software«, dice, «puedes escribir tu propio destino».

*Sue Radlauer e Itay Zehorai contribuyeron a la investigación.

Artículos relacionados