“El streaming arrasa”. Así arranca Javier Celaya (58) su columna en el diario Cinco Días. Celaya, director general de Podimo, la plataforma de pago de podcast fundada por Morten Strunge, Nikolaj Koppel, Sverre Dueholm, Andreas Sachse y Eva Laegdsgaard. Todos aspiran a ser el Netflix del audio, el mensaje es demasiado simplificador, pero explica bien las ambiciones. En los próximos meses el sector recibirá 12 millones de euros para financiar producciones de entretenimiento en audio. 2022 es el año, pero la pregunta sigue presente: ¿Está ya listo el formato podcast para hacer ganar dinero a sus defensores? Creo que sí. Algo anticipaba ya en junio de 2016 mi artículo: “Los excitantes retos del podcast en España” en este periódico, aunque no imaginaba entonces que uno de cada tres españoles se declararían usuarios. Nadie duda ya de que la escucha bajo demanda, como ha pasado con la televisión, se ha instalado en nuestros usos y costumbres. No es solo para los que están en el atasco y los que salen a correr.
El audio bajo demanda es más placentero. ¿Qué pasará con la radio tradicional? Que quedará en su espacio natural, el riguroso directo. Lo que no está tan claro es que los anunciantes hayan asumido que la rentabilidad de sus inversiones debe ser una combinación de grandes audiencias con pequeños nichos de mercado. El que no lo asuma está perdiendo el tren del impacto.
Las cifras internacionales están más que consolidadas que aquí y ahora habrá que ver como se aterrizan, pero la experiencia advierte que conviene no volverse loco con el cuento de la lechera. La industria del audio factura 5.000 millones de euros en el mundo -ojo que este dato incluye los audiolibros y en España los audiolibros no terminan de consolidarse por el problema del acento- ¿Una persona que ha escuchado un audiolibro ha leído un libro o lo ha escuchado? Tengo que preguntarle a Alex Grijelmo (65) si ve necesario inventar una palabra para el que escucha un libro.
Algunas cifras más, en 2022 aumentará en un 11% el consumo de podcast según los últimos estudios. Atentos a varios escenarios de desarrollo inminente: los audios para niños -basta ya de ver padres paseando chavales con el móvil y Peppa Pig a toda mecha en el YouTube- y a la llegada de la inteligencia artificial para segmentar audiencias. Lo mismo sucederá con la manera de compartir el audio en redes y con los clips de audio con los que muchos consumen ya los podcasts en las plataformas de vídeo.
El mallorquín Toni Garrido (48) y sus socios tienen muy avanzada una nueva propuesta industrial. Mantengo en secreto su nombre y tan solo escribiré que el corazón de su oficina se encuentra en un edificio moderno y antiguo al tiempo en la calle José Abascal o “Jose Atascado”, el mote cariñoso con el que taxistas, vermuteros y viandantes se refieren a la vía y a sus aglomeraciones de vehículos. En primavera verá la luz de este proyecto internacional que hará moverse a los ya consolidados. Algunos de los formatos que ya han producido darán un paso más allá tras el éxito de XRey.
En mayo llega también a la ciudad Estación Podcast, el Festival Iberoamericano de Creación Sonora que promueve Carlos “Subterfuge” Galán y un servidor y que dirige el profesor de la Carlos III Nacho Gallego. También el equipo la incombustible Paz Galiana, una de las culpables de consolidar el formato del podcast participativo de Javier Gallego en Carne Cruda. El Festival se celebrará en el Círculo de Bellas Artes del 10 al 14 de mayo y el día antes a su inauguración reunirá en el Club Matador a las 40 personas más importantes del mundo del podcast en España en una cena cuya fotografía se anuncia histórica.
Hay más movimientos. Prisa prepara una gala a lo grande para entregar los Ondas de los Podcasts, que reforzará el sector, patrocinada por Spotify, la plataforma que esta semana ha preferido el éxito del cómico Joe Rogan (54) que mantener el catálogo de Neil Young y Joni Mitchell. Que el humor está siendo hasta el momento uno de los territorios del podcast es una certeza.
Ricardo Moya, el entrevistador del momento, también patrocinado por una cerveza, 1906 de Hijos de Rivera, prepara nuevo formato. Moya ha montado Malencia, una productora junto a Marc Sanz, y ya ruedan una serie de conversaciones con varios comensales tras un buen papeo con temas candentes. La Sobremesa se llamará el formato. El que piense que no es nada nuevo acierta, pero tampoco era nuevo hacer entrevistas largas y El Sentido de la Birra se ha convertido en el lugar donde ser escuchado. Tengo muchas ganas de ver como se desenvuelve Moya en el formato multiplex.
Juan Ramón Lucas (63) y la economista Ana Comellas llevan semanas empeñados en ser didácticos. No es fácil. Los periodistas tenemos tendencia a encriptar nuestros mensajes para demostrar que sabemos mucho. Ser didáctico para un especialista es un gran esfuerzo. Así funciona esto es el nombre de un podcast que ha nacido de una sección de radio de La Brujula de Onda Cero. El especialista Gorka Zumeta, cronista del planeta ondas, celebró su llegada a Forbes.es. En esta línea de trabajo llegarán otras propuestas didácticas porque en la educación el formato podcast será muy pronto el rey de los hogares. Ambos graban en los estudios Good it, en la calle Laurel, donde Carne Cruda tiene su base de operaciones y yo también llevo grabados allí casi diez episodios de Conversaciones de bar, una charleta sobre cervezas impulsada por cervezas Ambar sobre la vida en los bares a la que ya se han asomado el dramaturgo Andrés Lima, Julia de Castro o Leonor Watling (48) entre otros bajo la producción del incombustible Jesus Rodríguez “Lenin”. La última en “cañear” conmigo fue Victoria Martín (32) de Estirando el Chicle. Victoria me contó que “se considera un desastre”, y que contar sus inseguridades sin filtros es una de las claves de su éxito junto a Carolina Iglesias (28). Y aquí es donde yo quería llegar. El podcast que produce Podium ha roto formatos. Todos en la ciudad hablan de su próxima fecha en el Wizink Center con todas las entradas agotadas. Espero que Victoria me ponga en lista de puerta. “No será un podcast será un espectáculo de variedades. Vamos a bailar y todo”. Bien visto. Atrás quedaron los podcasts puretas que no se grababan en YouTube, del vídeo les llega el mayor número de visualizaciones, y el ofrecer a los patrocinadores solo menciones o los ya caducos “Prerroll” (anuncios previos al comienzo de la emisión).
A modo de resumen hay cosas que ya sabemos y otras que no. Sabemos que el podcast es un formato para quedarse. Que tenemos mucho talento para la creación sonora y que vuelve a tratarse de lo de siempre: conectar. Va de que la canción sea buena, aunque no haya tiendas de discos; de que la película emocione aunque no vayas al cine; de que el libro cuente una historia (¡como podía imaginar Ofelia Grande que editaría más de cuarenta ediciones de El Infinito en un Junco de Irene Vallejo). Lo mismo le sucede al podcast: una buena historia y pista libre en su distribución. La oportunidad para anunciantes y representantes de podcasters está más que servida. Ojo que se enciende el micrófono.