Cuando Washington Irving escribió sus Cuentos de la Alhambra no podía imaginar, que, años después, miles de curiosos, amantes de un momento clave de la historia de nuestro país y enamorados de la riqueza granadina, tendrían la posibilidad de “levitar” sobre la ciudad, dejándose cautivar por el Alhambra Palace, un cinco estrellas, mezcla perfecta entre del arte decorativo perteneciente al sector hotelero.
Llegar ante él es admirar una obra de arte arquitectónica y prepararse para entrar en otra dimensión emocional. Y traspasar el umbral de su puerta es como sumergirse imaginariamente en un cuento de las mil y una noches, amparado en su decoración palaciega. Pero atesorar un pasado centenario no significa estar anclado en el pasado porque el Hotel Alhambra Palace ha dado un salto al futuro.
El pasado 1 de septiembre, Hotel Alhambra Palace resurgía con fuerza. Ha sabido aprovechar el obligado e imprevisible parón pandémico para dar una vuelta de tuerca y convertirlo en una gran oportunidad. Solo un oasis a los pies de Granada sería capaz de detener el tiempo para afrontar una renovación tecnológica amparada en la digitalización de los procesos, con el objetivo de ofrecer una mejora en la gestión y la atención a sus clientes.
“Atesorar un pasado centenario no significa anclarse a él”.
Ese embrujo andalusí también ha sucumbido a la aceleración de la digitalización y, por tanto, tras un profundo análisis, los responsables de Hotel Alhambra Palace han llevado a cabo una profunda remodelación, a nivel técnico. La introducción de nuevos equipos informáticos de última generación y renovación del cableado han abierto las puertas a la nube, a fin de garantizar al 100% la protección de datos aportados por los huéspedes. Además, el hotel ha experimentado la conciencia del “paper less”, es decir, haciendo hincapié en una gestión online que se mantenga fiel a su política medioambiental.
Por otra parte, a su nuevo programa para la gestión de eventos que automatiza y mejora todos los procesos, se suma el de gestión de compras y almacenajes, que aporta un considerable ahorro de costes, sin contar con la introducción (mediante código QR) de la aplicación para smartphones del Alhambra Palace, que permite consultar información general del establecimiento y horarios de los diferentes servicios: todas las cartas del hotel, restaurante, terraza-lobby o room service.
Una antesala de la mágica fortaleza granadina
Ocho siglos después que el rey Mohamed ben Al-Hamar, primer monarca nazarí, mandara construir uno de los monumentos más bellos del mundo y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, la Alhambra, se inauguraba Hotel Alhambra Palace (el 1 de enero de 1910) por el mismísimo rey Alfonso XIII, su centenaria historia se ha gestado paralela a la historia del país, acogiendo en sus estancias a los más relevantes personajes de la realeza, la política, la música y el espectáculo.
Granada se asoma desde el majestuoso palco de su terraza panorámica y deja entrever otros tiempos. El sueño del emprendedor empresario Julio Quesada-Cañaveral, Duque de San Pedro de Galatino, empezó a fraguarse en los albores del siglo XX, en 1905. Y tras cinco años de gestación, venciendo las dificultades de una orografía en pronunciada pendiente —desde el barrio del Realejo— se hacía realidad en 1910 el que hoy día es, probablemente, el hotel 5 estrellas más antiguo de España.
Uno de los primeros Hotel Palace de Europa, con señas de identidad semejantes al monumento nazarí del que tomó nombre y convertido en epicentro de la vida social y cultural granadina. Muy pocos hoteles del mundo pueden presumir de haber sido inaugurados por un rey. El Alhambra Palace tuvo el privilegio de ver cómo sus puertas las abría oficialmente un jovencísimo Alfonso XIII de Borbón, de apenas 23 años. Lo hizo en una fecha tan especial como el 1 de enero, primer día del año que cerraba la primera década del siglo XX. Era el comienzo de una apasionante historia hotelera que ha transcurrido paralela a la propia de España… y del mundo, por la gran cantidad de personajes ilustres que han pasado (y siguen pasando) por él.
Historia y glamour, pasado y presente, maridan en mágica armonía en el Alhambra Palace. De eso se da uno cuenta nada más traspasar el umbral de esas puertas abiertas oficialmente por el bisabuelo de nuestro actual monarca, Felipe VI, hace ya 111 años. Justo en ese instante, el cliente se sumerge en un emocional túnel del tiempo que le lleva a la dorada época nazarí, envuelto en el embrujo de lujosos interiores decorados bajo los cánones de aquella cultura musulmana profundamente arraigada en Granada, de colores vivos tan característicos como el naranja Galatea, el rojo intenso o el azul añil. O queda fascinado por sus azulejos, que resaltan el color dorado de los muebles y ornamentos metálicos de habitaciones y salas comunes. Un interiorismo único que fusiona los legados musulmán y cristiano, con grabados de madera, yesería y cobre.
Pernoctar en cualquiera de sus 108 habitaciones es emular las sensaciones que vivieron en su día esos grandes de la historia, descubriendo que dormir es solo una pequeña parte del sueño de estar alojados allí. De estas estancias, 86 pertenecen a la categoría Classic, seis son Deluxe, 12 lujosas Junior Suites y cuatro Suites de estilo contemporaneo y diseño vanguardista.
Sus distintos salones, como el Árabe, el de los Reyes Católicos, el citado Teatro o el Sierra Nevada destilan un glamour especial que les convierte en únicos para acoger cualquier tipo de reuniones y eventos; todo un referente para el Sector Mice. Su Restaurante Gastronómico, con vistas, ofrece una cocina de arraigo andalusí, con el prestigioso chef Esaú Hita al frente de los fogones. Y asomarse a su increíble terraza panorámica, con Granada a los pies, es enamorarse de la capital nazarí en un hotel que hace tres años alcanzó su 5ª estrella. El justo reconocimiento a un hotel único; a un verdadero palacio de la hotelería mundial.