¿Dónde quiero trabajar? Cerca del mar, rodeado de naturaleza, en plena montaña… O en cualquier lugar del mundo. Esta posibilidad era algo inimaginable años atrás. Pero, hoy en día, los profesionales que no requieren una presencia física para desempeñar sus funciones gozan cada vez de más libertad para decidir.
Los datos lo avalan: los remote workers, un perfil de trabajador en pleno auge tras el impacto del covid-19, se decantan de manera creciente por trabajar a distancia desde las Islas Canarias: un hub atlántico de muy alta conectividad -mejor banda ancha que la media europea- integrado en la naturaleza. Y es que las Islas poseen un extenso ecosistema digital para que los también llamados ‘nómadas digitales’ puedan teletrabajar desde todo el archipiélago.
Pero, además de las infraestructuras tecnológicas, el buen clima o el entorno natural -40% del espacio protegido, 4 parques nacionales o playas repartidas en más de 1.500 kilómetros de costa- son otras de las razones que se apuntan para que, año tras año, las Islas Canarias sean un destino preferente para aquellos que desarrollan su trabajo a distancia. De hecho, la Nomad List-Best places to live for a Digital Nomad, la ‘biblia’ para los teletrabajadores, sitúa regularmente en el top ten tanto a Las Palmas de Gran Canaria como a Santa Cruz de Tenerife.
De hecho, es la región que más crece en la captación de talento tecnológico y que mejor ‘conecta’ con el formato empresarial de las startups, capaces de aprovechar mejor y sacar partido a la digitalización y las herramientas del trabajo en remoto. Según un estudio reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE), es la comunidad autónoma que más ha evolucionado en este sector, con un alza del 88% desde 2012.
Las capacidades tecnológicas, los incentivos fiscales o el ecosistema remote worker, en constante crecimiento, hacen que grandes empresas estén instalando también allí sus sedes. Es el caso, por ejemplo, de Lufthansa y Volkswagen, que ofrecen desde las Islas Canarias apoyo informático; o de Atos, que da servicio desde el Archipiélago a grandes compañías como Disney, Airbus, el Metro de Londres o Tokyo2020.
Siete mujeres líderes en las Islas
Precisamente, las Islas Canarias ha sido el destino escogido por la comunidad de mujeres líderes de startups, Female Startup Leaders (FSL), para teletrabajar durante una semana. ¿El objetivo? Crear sinergias, compartiendo experiencias y proyectos, y creando debates relativos a su sector. Así, procedentes de distintas ciudades de España, una delegación de esta comunidad de mujeres emprendedoras se ha reunido en Santa Cruz de Tenerife para trabajar en remoto desde allí, del 25 al 31 de octubre.
Y es que el Archipiélago está preparado para recibir a aquellos profesionales que deciden teletrabajar desde este hub de talento digital. Numerosos espacios de coworking salpican las Islas Canarias. Son unos 70 en total: 30 en Gran Canaria y 30 en Tenerife; y otros 10 están repartidos en el resto de las Islas.
“Hemos elegido las Islas Canarias para teletrabajar por su conectividad, su cercanía con la península y su variedad de actividades de ocio en paisajes espectaculares, un elemento crucial para seguir inspirándonos en nuestro trabajo del día a día”, explica Silvia Rivela, cofundadora de FSL, comunidad que fundó junto con Esther Molina y Carmen Hidalgo (Bebup), con el objetivo de poner el foco en la importancia de difundir y visibilizar proyectos de mujeres emprendedoras del territorio nacional.
En definitiva, mujeres, emprendedoras y exigentes con las prestaciones digitales y la calidad de vida. Estos son sus nombres y su historia:
Silvia Rivela, de Cohesionist
“Cohesionist es la primera plataforma de experiencias gamificadas basadas en roleplaying para desarrollo de habilidades blandas dentro de los equipos”, explica. “Estoy centrada en el futuro del trabajo. Al principio, en espacios físicos, en cómo las oficinas pueden cambiar los hábitos de trabajo a través del espacio y, con la llegada del covid-19, me centré en cómo crear cultura corporativa en espacios deslocalizados. Genero experiencias para que las personas terminen conociéndose y queriéndose, a pesar de la distancia”. Experiencias que van desde un festival de música bajo el agua hasta una aventura en el espacio.
Gracias a la tecnología, el teletrabajo ha cambiado la vida de muchas personas que han podido elegir dónde vivir. Y Silvia Rivela, según ella misma cuenta, decidió hace ya un año cambiar la suya. Emprendedora y nómada digital, dejó su casa de Madrid y se marchó a las Islas Canarias. “Decidí mudarme al sitio donde quería estar y que tenía que ver conmigo: un sitio con buen clima. Quería playa. Me encanta el mar y la montaña. Y Canarias me permitía eso”.
Después, con el tiempo, se compró una furgoneta, que ha habilitado para poder teletrabajar -instalando, incluso, un panel solar para ser autosuficiente-, mientras recorre las Islas. “Vine, comencé a viajar y dije: ocho meses, ocho islas, porque cada una de ellas es preciosa en sí misma”.
Junto a la playa o a los pies del Teide. Cada día puede trabajar, si quiere, desde un lugar diferente. Silvia Rivela considera que el futuro está en ser first remote. “Si no lo eres, te vas a quedar muy atrás compitiendo con el mejor talento. Si no ofreces al talento que puedan trabajar y hacer su vida donde quieran, lo que van a hacer es irse a otras empresas que sí lo harán”
Andrea Barber, de RatedPower
“Rated Power es una empresa de alto componente tecnológico. Tenemos un software basado en la nube, llamado pvDesign, que lo que hace es automatizar el diseño y la ingeniería de centrales de energía solar fotovoltaica a gran escala. Transformamos varias semanas de trabajo en apenas unos minutos. Hasta el momento, se han diseñado plantas de energía en más de 150 países con nuestro software”, explica.
Andrea Barber, al frente de esta startup que automatiza el diseño de plantas solares, explica que la compañía trabaja para empresas de todo el mundo. Principalmente, desarrolladores de proyectos, constructoras, ingenierías, pero también pequeñas empresas.
En cuanto a cómo se organiza la opción del teletrabajo en la compañía que lidera, afirma: “Actualmente, somos 45 trabajadores y, después del Covid-19, sí hemos dado la opción de tener a varias personas full-remote. Alguno de ellos, de hecho, está trabajando full-time desde las Islas Canarias”.
En el marco de las jornadas que estas directivas han llevado a cabo desde las Islas, la CEO de Rated Power ha destacado que “el emprendimiento tiene que ser sostenible o no ser; tenemos un planeta, que es el único, y cualquier empresa que se crea tiene que pensar en esa sostenibilidad en el tiempo, para preservarlo”. Se muestra optimista al respecto: “Pienso que, cada vez, todos estamos más concienciados. En general, en las empresas, y en todas las políticas que se están articulando, la sostenibilidad es una prioridad”.
Esther Molina, de WILDCom
“WILDCom es una agencia de PR donde hacemos Growth Media, es decir, conseguimos que start-ups de alto potencial -la mayoría, tecnológicas-, aparezcan en medios de comunicación, tanto en prensa online y escrita, como en radio o en televisión”, explica. Señala, además, que “estamos en un momento muy bueno de hiperconexión, es decir, ha aumentado el consumo de medios de comunicación, tanto de los generalistas como de los más sectoriales”.
Aunque el teletrabajo no es extensivo a todos los sectores ni a todos los perfiles profesionales -apunta-, las Female Startup Leaders decidieron teletrabajar en las Islas durante una semana, disfrutando de la libertad que aporta poder trabajar en remoto, como es su caso.
“Las Islas Canarias es un hub tecnológico en sí mismo. En los últimos años se están posicionando como destino preferencial para los remote workers. Se puede trabajar desde cualquier lugar, y por qué no hacerlo desde un destino como las Islas Canarias, que no solo tiene buena conectividad, sino que, además, te ofrece una serie de pluses a nivel anímico y de bienestar que también son necesarios para el trabajador actual, que necesita ese equilibrio entre una buena conexión a Internet, un tejido empresarial atractivo, la moneda única, la buena zona horaria, la gastronomía, paisajes y actividades de ocio, muy necesarias para desconectar de esa digitalización forzada que todos hemos experimentado los últimos dos años”, afirma.
Muriel Bourgeois, de MiCuento
“MiCuento es una plataforma online donde los niños y las niñas pueden ser protagonistas de sus historias favoritas”, explica. “¿Qué prefieren, historias de dragones o descubrir tesoros? Eliges el libro en función de los gustos o parámetros del niño y adaptas todo el contenido. Le llegará a casa un libro donde el niño es el protagonista de su historia, con una dedicatoria especial que le durará para siempre”, asegura.
“Creé MiCuento porque me di cuenta de que la era digital había traído algo muy fuerte para los niños y niñas: el déficit de atención; y eso iba directo a atacar a la compresión lectora, que es lo más importante. Es la base de cualquier aprendizaje. Para volver a contagiar el amor por la lectura empezamos a pensar algo que hiciera que ese niño se viera de pronto y conectara a nivel personal con el cuento, con la historia”, afirma.
Sobre el teletrabajo en su empresa, afirma que existe “flexibilidad total” para trabajar en remoto. “Cada uno puede elegir localización en función de cómo se sienta mejor. Antes de la pandemia, ya sentimos que el trabajar en casa y poder flexibilizar los espacios era clave. Tenemos gente, incluso, que trabaja desde Latinoamérica”.
“Decidimos estar esta semana en las Islas Canarias para demostrar, principalmente, que se puede trabajar en remoto y trabajar bien. Hicimos un pacto entre todas para respetar las reuniones diarias de cada una, pero al mismo tiempo, cuando se acaba la jornada, disfrutar de los increíbles paisajes y actividades de las Islas”, señala.
Luz Rello, de Change Dyslexia
“Change Dyslexia es una empresa social que lo que busca es reducir el abandono escolar -o bajo rendimiento escolar-, debido a la dislexia a 0”, explica. Y esto lo hacen integrando investigación en una plataforma llamada Dytective, que tiene dos partes: “Una parte de cribado, un test de detección de dislexia; y otra parte de estimulación: 40.000 ejercicios que se personalizan en función de sus debilidades pero también de sus fortalezas, para mejorar las habilidades de lectoescritura. Dytective está evaluada científicamente. Sabemos que los niños que lo usan mejoran su lectoescritura después de utilizarlo. A día de hoy lo han usado más de 320.000 personas en el mundo hispánico”, afirma.
“Fundé esta compañía porque no quiero que ningún niño o niña con dislexia se quede por el camino. El sueño compartido de todas las personas que trabajamos en Change Dyslexia es que todos los niños y niñas lleguen a ser lo que ellos quieran ser, sin que la dislexia se convierta en una barrera”, asegura. Change Dyslexia ha colaborado también con MiCuento para poder adaptar así determinados parámetros que forman parte de la lectura a la necesidad del niño con dislexia.
Durante la pandemia ha estado en casi todas las Islas teletrabajando. “Muchas veces, cuando trabajas, necesitas foco y, quizá, una ciudad grande no es el mejor sitio para encontrar ese foco, tranquilidad y concentración que sí tienes en un destino como las Islas Canarias”.
Claudia de la Riva, de Nannyfy
“Nannyfy empezó siendo una app donde ayudábamos a los padres con sus niños y niñas de forma offline, y ha ido cambiando en función de la necesidad de los momentos que nos ha tocado vivir”, afirma. Y es que, a raíz de la pandemia, la startup cambió todo su modelo de negocio.
“Entendimos que queríamos dar una solución para poder ayudar a los niños y niñas en un momento excepcional. Trabajamos para reforzar y mejorar conocimientos adquiridos en la escuela convencional, acompañar de principio a fin al niño/a y a su familia en el proceso educativo. Nuestra misión es la de ayudar a los niños y niñas a pensar para poder aprender”, explica.
¿Cómo se adaptaron al teletrabajo durante la crisis sanitaria? “Nosotros trabajábamos mucho en remoto ya desde hacía tiempo, así que no ir a la oficina durante la pandemia no era nada nuevo. De hecho, creo que somos mucho más productivos así. Me gusta confiar, delegar. Al final, lo que quiero ver es el resultado, me da lo mismo si trabajas desde las Islas Canarias o desde la oficina en Barcelona. El talento no tiene fronteras. Tenemos que entender que se puede trabajar en remoto. Lo importante es que el trabajador esté a gusto y motivado y, si eso es así, eso repercutirá en beneficio del proyecto”.
Considera que el clima o el ritmo de vida -en comparación con una gran ciudad, por ejemplo-, se encuentran entre las ventajas de las Islas Canarias para los remote workers porque, al final, “esto se traduce en productividad, en generar un bienestar para el empleado”.
Laura Lozano, de Chargy
“Chargy es el primer battery sharing gratuito del mundo. Es un intercambio de baterías que está en la vía urbana pero también en retail y HORECA. Lo que ofrecemos son dispositivos de carga que puedes cogerlos en un punto y dejarlos en otro. Es un intercambio de batería por publicidad y datos. Hasta que no has interactuado con la marca patrocinadora no se te habilita la carga. Han sido diseñadas para instalarse en entornos urbanos y rurales siendo 100% alimentadas por energía solar”, explica.
Entre las ventajas de las Islas Canarias para los remote workers, destaca, entre otros, los incentivos fiscales. “Para todo empresario, el nivel fiscal es fundamental. Aquí se dan las mejores condiciones de Europa. Nosotros estamos mirando para tener una sede en las Islas Canarias. Tendríamos parte del equipo en Madrid y parte en las Islas Canarias. Hoy en día, con un ordenador trabajas desde donde quieras. De hecho, los trabajadores de Chargy trabajan en remoto. En lugar de estar en un sitio donde todo es caro, el clima no acompaña mucho y el ritmo es estresante puedes estar en estas Islas, donde vas a tener el mismo rendimiento que allí, pero en mejores condiciones”, afirma.
Considera que la oportunidad de teletrabajar hace que los profesionales “estén más contentos y rindan mejor”, aunque cree que es importante tener un vínculo y mantener reuniones periódicas. Según su experiencia, el teletrabajo contribuye a retener talento. “Hay personas que son clave en tu compañía; y si quieres que sean productivos, tienes que tenerlos contentos”.
De la revolución tecnológica a la revolución vital
Hoy en día se habla cada vez más de teletrabajar, aunque el término ‘teletrabajo’ (telecommuting) nació hace ya tiempo. Fue acuñado en 1973 por el físico Jack Nilles, en plena crisis del petróleo, ante la escasez de combustible que se produjo en Estados Unidos: creía entonces que esa opción podría ahorrar costes a las empresas o reducir la polución. El objetivo era, pues, “llevar el trabajo al trabajador” y no “el trabajador al trabajo”.
Y, en esencia, esta es la perspectiva que todavía hoy, años después, siguen compartiendo los profesionales que trabajan en remoto. Pero ahora, el remote working sigue evolucionando y moldeándose, adaptándose a las nuevas circunstancias y a las posibilidades que brinda hoy la tecnología. “Parte de lo que ha sucedido es que hemos pegado una patada hacia adelante para que toda la innovación haya llegado en 10 años. Antes hablábamos de una revolución industrial; luego, de una tecnológica; y esta nos ha llevado a una revolución vital: por primera vez en la historia, la persona está centrada en dónde quiero vivir, qué me gusta hacer, y en función de eso, construyo lo demás”, afirma Silvia Rivela, en referencia a los perfiles profesionales con posibilidad de teletrabajar. “Eso se traduce en felicidad y productividad”, asegura.
“Creo que se ha cometido un error, porque se ha pensado que teletrabajar confinado era teletrabajar, y eso es absolutamente falso. Las empresas deberían adaptarse a esta nueva cultura corporativa que ya no te obliga a estar ocho horas delante de un ordenador. Y así podrán retener el talento”, concluye Esther Molina, para quien “las Islas Canarias no solo ofrecen un marco potencial de talento tecnológico, sino que se están posicionando como uno de los destinos líderes para los remote workers de cualquier sector productivo, ya que equilibra el bienestar personal con el bienestar profesional”.
Así, las Islas Canarias se posicionan, indiscutiblemente, en el epicentro del cambio de la revolución digital a la revolución vital.