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La escasez de chips que calienta los mercados

La escasez tiene el mismo elemento diferenciador: los precios de determinados productos se disparan. Automóviles, lavadoras, frigoríficos, ordenadores... Los establecimientos ya lo notan. La causa son los cuellos de botella en la producción de los microchips. Esta tendencia, que puede durar, también ofrece oportunidades.

Los últimos tiempos han estado marcados por la falta de chips. Acudir a comprarse una lavadora o un coche y que no estuviera en stock ha sido la norma habitual. Los cuellos de botella generados entre la oferta y la demanda han ocasionado importantes distorsiones que, según se espera, pueden permanecer en el tiempo.

La falta de semiconductores ha acaparado la atención de los medios durante los últimos meses. Los fabricantes de automóviles, en particular, se han visto gravemente afectados y muchos han tenido que reducir o retrasar su producción. Problemas que ponen de manifiesto la dependencia del sector automovilístico a estos productos a medida que la industria se orienta hacia los vehículos eléctricos e incorpora funciones relacionadas con los sistemas avanzados de asistencia al conductor.

El mercado de los semiconductores está dominado por un duopolio: TSMC (de Taiwán) y Samsung Electronics (de Corea del Sur), que han relegado a otras empresas (Global Foundries, UMC y SMIC, por ejemplo) a papeles satélites. En este sentido, las fábricas de TSMC y Samsung son claramente el cuello de botella de toda la cadena mundial de semiconductores. Con sus carteras de pedidos repletas, pueden subir sus precios y, sobre todo, elegir a sus clientes y centrarse en el leading edge (la parte más rentable del mercado), principalmente empresas como Apple, Qualcomm, Nvidia, AMD y Mediatek, dejando los menos rentables los “nodos rezagados” a sus competidores de la Gran China, como UMC y SMIC, por ejemplo.

Pero la carrera está lejos de haber terminado. Intel ha anunciado recientemente que invertirá 20.000 millones de dólares en fábricas de semiconductores, la salva inicial de una guerra tecnológica con los líderes. “La salvaguarda de las capacidades de abastecimiento o, digámoslo de una vez, la supremacía económica ha eclipsado la tradicional disuasión basada en el armamento como política de defensa, por lo que el arma definitiva ahora es un componente que mide unos pocos nanómetros, y cualquier escasez empeorará las tensiones”, destacan Jan Viebig, CIO de Private Wealth Management y Laurent Denize, Global Co-CIO Oddo BHF.

Dado que los semiconductores representan alrededor del 12% del PIB de EE.UU., la escasez podría elevar la inflación de los bienes (significativamente) y socavar las perspectivas de crecimiento. Goldman Sachs estima que las repercusiones podrían ser de hasta 40 puntos básicos más de inflación y 60 puntos básicos menos de PIB global. En cuanto al riesgo de inflación, la elasticidad de la demanda tiende a ser bastante alta para los productos dependientes de los semiconductores, como la electrónica de consumo y automóviles.

El mercado sigue siendo muy sensible a la inflación, lo que inevitablemente ejercerá presión sobre los bancos centrales”, cuentan Viebig y Denize. “Aun así, seguimos considerando que se trata de un sesgo transitorio de la oferta y la demanda (aunque es posible que estemos saliendo de un ciclo desinflacionista) que probablemente no tenga un impacto grave en el crecimiento mundial”, añaden. El informe de Goldman Sachs detalla que los fabricantes de smartphones como Apple, para los que los chips son un componente importante en los costes de producción, se están viendo afectados de lleno por el aumento de los precios de estos componentes (para sus memorias, módems, SoCs 5G, antenas y RF). Apple no podrá repercutir en sus precios de venta todo el encarecimiento de los componentes, debido a la fuerte competencia del mundo Android (Samsung, Vivo, Oppo y Xiaomi), y ha renunciado a subir los precios de sus iPhones.

Seleccionar muy bien las oportunidades

Es un entorno global que afecta a la búsqueda de oportunidades de inversión y que los gestores están teniendo en cuenta a la hora de construir sus carteras. Esa es la visión de Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM Iberia: “Algunos subsectores tecnológicos están especialmente bien posicionados para invertir, ya que están directamente relacionados con el plan quinquenal en el ámbito de la Inteligencia Artificial (AI), la realidad virtual, los semiconductores y las neurociencias”.

Para Michele Morganti, estratega senior de renta variable de Generali Investments, es momento para centrarse en modelos cuánticos, en la valoración, en la sensibilidad a la inflación y en el aumento de los rendimientos. “Todos ellos sugieren mantener una sobreponderación en los sectores de valor (financiero y energético) y menor en los valores cíclicos”, asegura. “Estos últimos muestran en algunos casos valoraciones poco cómodas (bienes de equipo, servicios de comunicación/profesionales, hardware tecnológico y semiconductores)”.

Dada la fase más madura del ciclo y los citados riesgos, el experto de Generali Investments se decanta por sobreponderar también sectores más seguros como el software, la alimentación y la farmacia. “Nos inclinamos por los medios de comunicación, las energías renovables, las telecomunicaciones y los servicios públicos”, dice. Un área de crecimiento importante para los semiconductores en la próxima década será el Internet de las Cosas (IoT), en el que los dispositivos llevan incorporados sensores y software y se conectan entre sí a través de internet.

Las aplicaciones potenciales son enormes. Las fábricas inteligentes son un ejemplo clave, ya que permiten supervisar una planta de producción a distancia. “Se puede controlar todo, desde el uso de la energía de una máquina hasta su tiempo de inactividad, así como los almacenes e inventarios, lo que ayuda a mejorar la eficiencia, liberar capacidad y reducir costes”, concreta Vijay Anand, analista de renta variable europea en Schroders.

MIAMI, FLORIDA – OCTOBER 08: A customer walks among appliances for sale at a Home Depot on October 08, 2021 in Miami, Florida. Due to many factors, including an ongoing chip shortage and high demand, reports indicate that a significant number of appliances can be challenging for consumers to acquire. (Photo by Joe Raedle/Getty Images)

Otro ejemplo son los hogares conectados, que permiten controlar la iluminación y los electrodomésticos desde un teléfono o una tableta. Los dispositivos IoT también podrían utilizarse para mejorar la seguridad, permitiendo la supervisión remota de cualquier ventana abierta, fuga o humo. Según Statista, se prevé que el número de dispositivos conectados al IoT aumente de 7.740 millones, en 2019, a 25.440 millones en 2030.

Y, por supuesto, todos los datos derivados por estos dispositivos tendrán que ser procesados, analizados y almacenados. Por lo tanto, es probable que veamos un aumento continuo de la capacidad de los centros de datos, así como el aumento de la IA. Un esquema que los gestores de fondos siguen de cerca para construir.

“Los semiconductores se enfrentan a un crecimiento de la demanda tanto cíclico como estructural», opina Anand

En opinión de Steve Watson, gestor de renta variable de Capital Group, los fabricantes de chips van a trabajar a destajo durante los próximos diez años para satisfacer la sólida demanda de semiconductores en todos los sectores: “Me interesa invertir en compañías que a lo mejor no son tan conocidas, pero que están trabajando en ideas transformadoras que pueden cambiar nuestra vida diaria”.

Los valores europeos en liza

Enfocando el sector de los semiconductores en Europa, la realidad es que ninguna de las innovaciones en el mercado de los chips en las últimas décadas habría sido posible sin la empresa holandesa ASML, la más importante dentro del viejo continente, lo cual repercute a la hora de decantarse para invertir en sus acciones.

Esta compañía es un proveedor fundamental para la industria, ya que ofrece a los fabricantes de chips las herramientas necesarias para producir en masa patrones en el silicio, lo que contribuye a que los chips sean más pequeños, más rápidos y ecológicos. La innovación más reciente de ASML es una máquina de litografía ultravioleta extrema (EUV) que quema un plano de transistores en una oblea de silicio.

La página web de inversiones ValueWalk describió esta tecnología como “el equivalente en términos de precisión a disparar una flecha desde la Tierra y acertar en una manzana colocada en la Luna”. Una tecnología tan avanzada es crucial para el desarrollo continuo de semiconductores de vanguardia.

Otras empresas europeas del sector son las de equipos, ASM International y BESI, que permiten la innovación en distintas partes de la cadena de valor de la fabricación. También están los propios fabricantes, como Infineon Technologies o STMicroelectronics. “Lo que está claro es que el sector de los semiconductores se enfrenta actualmente a un crecimiento de la demanda tanto cíclico como estructural”, opina Anand. “La demanda cíclica se debe a la recuperación de los pedidos tras la crisis del covid y, a la necesidad de nuevos dispositivos debido a la tendencia de trabajar desde casa”.

No obstante, aunque esta demanda se normalice, esperamos que el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, las comunicaciones avanzadas y el aumento de la demanda de automóviles, proporcionen un crecimiento estructural en el sector durante muchos años.

Las aguas de Taiwán se vienen abajo

Pero si hay un mercado que representa a la perfección la producción de los semiconductores es Taiwán. Nadie pensaría que la isla al este de China de 35.808 kilómetros cuadrados puede tener la sartén por el mango de la industria de producción de chips. Según IC Insights, a finales de 2019 albergaba el 21,6% de las capacidades de producción de semiconductores a nivel mundial (con propietarios de fábricas de muchos países diferentes), por delante de Corea del Sur (20,9%), Japón (16%), China continental (13,9%), Norteamérica (12,8%) y Europa (5,8%).

TSMC y Mediatek son las estrellas mundiales de los semiconductores, pero Taiwán también alberga a decenas de otros actores de la cadena de valor, como Realtek, Novatek, Phison y Silicon Motion. De hecho, los principales fabricantes de chips del país, como TSMC, United Microelectronics y Winbond, controlan más de la mitad de la producción global. El resultado de este entorno mundial es que TSMC ha subido en bolsa más de un 208% en el último lustro, mientras que United Microelectronics un 420%, y Winbond un 150% en el mismo marco temporal.

Son porcentajes llamativos que con el clima de presión sobre la demanda pueden seguir ajustándose al alza, lo que provoca a su vez que los gestores de fondos consideren que es un sector que se debe tener en cuenta. Pero, más allá de esa situación que está propiciando una mayor inflación mundial, el futuro también tiene relación con otro factor externo que afecta a la isla: el agua.

Esta grave distorsión climática agrava más aún el problema que se venía sufriendo en el sector. La rama de Greenpeace local asegura que debido al calentamiento global las precipitaciones disminuirán en la isla alrededor del 13% y los tifones se reducirán al 50% para el 2050. “De hecho, el nivel de sus embalses es precario; este problema ambiental se traslada al productivo, debido a que la fabricación de semiconductores necesita de mucha agua para poder limpiar sus componentes, y sin un suministro de agua garantizado muchas fábricas no pueden producir los chips demandados por el mercado mundial”, asegura el equipo de Portocolom AV.

Ocurre que muchos de los depósitos de agua de la isla están por debajo del 20% de su capacidad, con niveles de agua inferiores al 10% en algunos casos, incluidas las principales fuentes de agua de los parques científicos. Esta escasez también afecta a la generación de energía hidroeléctrica. Aunque sólo representa el 2% del mix energético de Taiwán, es la fuente de energía más idónea para satisfacer los aumentos repentinos de demanda energética. Como el nexo agua-energía ha provocado en parte el racionamiento, ya no se puede contar con la hidroelectricidad para compensar el exceso de demanda de los usuarios comerciales y residenciales, que ahora están sufriendo apagones en toda la isla.

Al ser Taiwán uno de los lugares más lluviosos del mundo, históricamente el suministro de agua nunca ha sido un problema. Esto era una ventaja para los fabricantes de chips, ya que la fabricación de semiconductores avanzados depende en gran medida de un suministro estable de agua dulce de alta calidad. Con esta sequía histórica, el Gobierno taiwanés ha decidido cortar el riego en decenas de miles de acres de tierras de cultivo, con el fin de priorizar el preciado suministro de agua para su industria más importante, la de los semiconductores.

En algunas ciudades, el Gobierno incluso ha empezado a racionar el uso del agua suspendiendo el suministro durante dos días a la semana. “TSMC, United Microelectronics y Winbond, también han puesto en marcha sus propios planes de contingencia para hacer frente a la escasez de agua, incluida la movilización de camiones cisterna”, asegura Mu Huang, Middle Office Manager de JK Capital Management, empresa miembro del grupo La Française.

Según el último informe de sostenibilidad de la empresa, actualmente utiliza 156.000 toneladas de agua al día y la planta de tratamiento sería capaz de generar 67.000 toneladas de agua que volverían al proceso de fabricación de chips en 2024, aproximadamente el 43% de sus necesidades.

Un sistema EUV (litografía ultravioleta extrema) de 200 W, necesario para fabricar chips de 7 nm o menos, requiere 1.600 litros de agua por minuto para enfriarse, mientras que una máquina DUV (litografía ultravioleta profunda) convencional, que fabrica chips menos avanzados, sólo necesita 75 litros por minuto. “Por lo tanto, a medida que la producción se desplace hacia chips más avanzados (de 14 nm o menos), también lo harán las necesidades de agua de los fabricantes de chips, y de forma drástica”, apunta Mu Huang.

A Spartan FPGA (Field Programmable Gate Array) integrated circuit microchip (IC), manufactured by Xilinx Inc., on a printed circuit board (PCB) at CSI Electronic Manufacturing Services Ltd. in Witham, U.K., on Wednesday, April 28, 2021. The global chip shortage is going from bad to worse with automakers on three continents joining tech giants Apple Inc. and Samsung Electronics Co. in flagging production cuts and lost revenue from the crisis. Photographer: Chris Ratcliffe/Bloomberg via Getty Images

TSMC ha encargado más de 100 camiones de suministro de agua por 30 millones de dólares, lo que puede ser sólo el comienzo de un coste del agua inevitablemente creciente para la empresa. Su otro plan de contingencia incluye una planta de tratamiento de aguas residuales capaz de tratar el agua industrial para reutilizarla en la fabricación de semiconductores. Según el último informe de sostenibilidad de la empresa, actualmente utiliza 156.000 toneladas de agua al día y la planta de tratamiento sería capaz de generar 67.000 toneladas de agua que volverían al proceso de fabricación de chips en 2024, aproximadamente el 43% de sus necesidades.

A finales de 2019 Taiwán albergaba el 21,6% de las capacidades de producción de semiconductores a nivel mundial

No cabe duda de que esto no es exclusivo de TSMC, ya que otros fabricantes de chips y empresas de fabricación de productos electrónicos de Taiwán podrían sufrir pronto interrupciones en sus procesos debido a la escasez de suministro de agua y otros fenómenos climáticos. El asunto puede ser peor para ellos, ya que tienen menos recursos y competencias para resolver el problema.

“Este es uno de los ejemplos en los que la comprensión y el análisis de la información relacionada con los aspectos medioambientales y sociales de una empresa son fundamentales, ya que revelan un riesgo operativo importante”, termina Mu Huang.

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