1. Estar siempre cuestionando lo obvio.
Los niños nacen con una curiosidad innata y suelen comenzar a preguntarse el “por qué” de casi todo muy pronto una vez han dominado los conceptos básicos del lenguaje. Les ayuda a construir su conjunto de herramientas para interpretar el mundo. Los educadores de pre-escolar a menudo aconsejan a los padres que estimulen esta incansable búsqueda de conocimiento al preguntarle al niño: “¿Por qué piensas que esto es así?” Esta puede ser una manera más interesante de manejar las preguntas y el proceso de pensamiento del niño.
Desafortunadamente, la educación rígida, las experiencias negativas y las normas sociales pueden sofocar el flujo natural de la curiosidad con la que nacemos. Con frecuencia llegamos a la edad adulta con una fuerte dosis de autocensura cuando se trata de cuestionar lo que nos viene dado, sobre todo porque puede ser percibio como un desafío a la autoridad establecida.
Una manera muy simple, eficaz y divertida de que podamos aprovechar nuestro potencial para resolver problemas empresariales a través de la curiosidad es mediante el uso del sistema de los “Cinco porqués”, como explicó Charles Duhigg, reportero y autor del New York Times, mediante la filosofía de gestión utilizada en las plantas de automóviles de Toyota. Duhigg postula que las causas de una situación dada pueden ser descubiertas simplemente preguntando “¿por qué?” suficientes veces, exactamente como lo hacen los niños pequeños.
Esto hace que pienses más profundamente acerca de las decisiones que tomas y te ayuda a revertir la raíz de las causas de una situación dada. Es aplicable a una variedad de circunstancias; En un ejemplo personal, este procedimiento ayudó a Duhigg a descubrir cómo una dinámica familiar negativa que se repetía cada noche era en realidad causada por un hábito matutino.
2. Aprender continuamente.
Debemos dejar ir nuestra vergüenza en admitir – incluso a nosotros mismos – que no sabemos algo para que podamos imaginar de manera creativa las situaciones desde nuevos ángulos y perspectivas. Los niños no tienen ningún problema en manifestar abiertamente su ignorancia y empujar descaradamente los limites de su zona de confort hacia el área de lo desconocido. En verdad, el aprendizaje es un viaje sin fin, a cualquier edad.
¿Cómo podemos reavivar nuestro potencial innato para explorar con audacia, sin dañar nuestro ego adulto? La expansión y la fruición de nuestra curiosidad oculta (o reconocida) para el aprendizaje se puede lograr en diferentes escalas y adaptarse a cada situación y gusto, a través de una variedad de acciones de empoderamiento. Puede tomar la forma de hacer en un curso online sobre algo que siempre nos hemos preguntado, pero nunca nos atrevimos a explorar. Plataformas como EDx ofrecen una amplia gama de cursos gratuitos de algunas de las mejores universidades del mundo.
Pero también hay una amplia gama de pequeñas acciones diarias que pueden ampliar significativamente los límites de nuestras limitaciones autoimpuestas. Si jugamos a introducir variaciones deliberadas en nuestras rutinas normales, que al principio nos resultaran incómodas -como sonreír a cada extraño que encontremos, o escoger pasar media hora con alguien a quien no le tenemos demasiada simpatia-, empezaremos a percibir los poderosos cambios de perspectiva que este tipo de prácticas pueden generar.
3. Crear con humildad.
Podemos – y debemos – inspirarnos en cómo los niños construyen y desarman, para luego construir de nuevo. Se trata de una idea muy interesante se puede sacar del ejemplo que Peter Skillman compartió en su TED 2006 sobre un ejercicio de construccion de la estructura mas alta con 20 palos de espagueti, un metro de cinta, un metro de cuerda y una malvavisco – todo en 18 minutos. Skillman observó que los mejores equipos estan formados por niños de jardín de infancia. Eso es porque simplemente siguen construyendo prototipos en lugar de involucrarse en teorías, y porque no pierden el tiempo buscando poder.
Los niños son nuestros maestros en la medida en que nos muestran cómo el aprovechamiento de nuestra curiosidad puede impulsar nuestro potencial en todos los campos, especialmente el emprendimiento. Los niños pequeños se mueven con rapidez más allá del fracaso, sin perder tiempo ni energía en autocompadecerse. Esto es lo que nosotros, como empresarios, podemos y debemos usar para inspirarnos. El fundador de Honda, Soichiro Honda, es famoso por haber dicho que “el éxito es un fracaso del 99 por ciento”. Debemos abandonar la previsibilidad y abrazar la adversidad, porque . el fracaso no es otra cosa que un elemento esencial para alcanzar el éxito.