Cargada de historia y rodeada por 57 hectáreas de bosques se encuentra una magnífica propiedad en Nueva York (EE UU)conocida como Laurel Hill, una de las propiedades más raras que quedan en la Costa de Oro de Long Island. Puesta a la venta por 18,5 millones de dólares (15,68 millones de euros), la finca de estilo Tudor en el prestigioso enclave de North Shore de Mill Neck (Nueva York, EE UU), es una oportunidad única de comprar un pedazo de historia que refleja las famosas propiedades de la Edad Dorada y el estilo de vida frente al mar inmortalizado por F. Scott Fitzgerald en la película de El Gran Gatsby.
Laurel Hill fue una vez el hogar de Abby Rockefeller Mauzé, hija del filántropo John D. Rockefeller y nieta del magnate petrolero John D. Rockefeller, uno de los hombres más ricos de la historia de Estados Unidos. Abby fue una generosa filántropa con la mira puesta en múltiples causas. Uno de sus legados más notables y duraderos es el Greenacre Park, un íntimo parque urbano en el vecindario Turtle Bay de Manhattan, que regaló a la ciudad en 1971.
Rockefeller creo este oasis de árboles, flores y una cascada de agua de 25 pies (82 metros) para que los residentes de la ciudad pudieran disfrutar de momentos de serenidad en un mundo tan rápido. Y la misma idea es la que tenía para Laurel Hill. Después de comprar, Abby adquirió varios terrenos vecinos (hasta 10) para crear su propio espacio verde y tranquilo con dos millas (3,2 kilómetros) de senderos para caminar y una gran cantidad de jardines.
El actual propietario, William J. Catacosinos, que compró Laurel Hill en 1978 de la finca de Abby Rockefeller Mauzé, demostró ser el administrador ideal. Mejoró la propiedad mientras honraba su legado. Rodeada de bosques, estanques, arroyos, fincas ecuestres vecinas y caminos rurales sinuosos, Laurel Hill también incluye otras dos residencias, resplandecientes jardines, una piscina su propia casa, cancha de tenis y un invernadero.