La compañía japonesa, Berlitz, lleva 143 años en el negocio de la enseñanza de idiomas. Desde entonces han estado buscando avanzar con la tecnología del siglo XXI, pero al mismo tiempo «ha construido una metodología y marca para ofrecer los mejores resultados a los estudiantes que se toman en serio la fluidez, lo que requiere una experiencia muy centrada en el ser humano», explica Curt Uehlein, CEO de Berlitz.
Los recursos digitales en línea para aprender idiomas son sorprendentemente escasos. Una búsqueda de videos de instrucción de idiomas en YouTube da como resultado un puñado de vídeos cortos, a menudo caseros, que apenas cubren vocabulario básico. Parte del desafío está en la escala. Berlitz intentó grabar videos con instructores en vivo en un estudio, pero su producción era costosa y requería mucho tiempo. Por ello acabaron por considerar insostenible la realización de miles de videos en varios idiomas.
La solución es Hour One, una empresa de inteligencia artificial que «busca vender un toque humano». En una entrevista de Zoom, Natalie Monbiot de Hour One explicó el proceso que sigue la compañía. Capturan las semejanzas de humanos reales a quienes se les paga por su apariencia. Después, se generan los render de los personajes con caras completamente animadas, que —cuanto menos— resultan inquietantes.
Convertir el texto en conversación es fácil: el software tarda unos 30 minutos en aprender a leerlo. El truco de Hour One, emparejar esa capacidad de lectura de texto con un rostro humano amigable.
Si bien la promoción de la asociación destaca el elemento de inteligencia artificial, este solo está involucrado en la creación de imágenes de video. El texto que se procesa está escrito por personas, por lo que los estudiantes no tienen que lidiar con un contenido generado por la IA, que aún no domina esta tarea. Es un nuevo tipo de equipo. Las imágenes generadas por IA se basan en personas y brindan lecciones escritas por personas. Pero es el software al final el que gestiona la entrega real de la lección.
Queda por ver si este tipo de híbrido de persona con IA se convierte en un reemplazo adecuado para la instrucción humana. Aunque es poco desconcertante ver a los maestros reemplazados por personajes generados a ordenador, las lecciones en sí mismas siguen siendo creadas por humanos. Además, la presentación generada por IA es mucho más barata y fácil de escalar que un video instructivo con humanos. Berlitz tendrá que esperar para ver si los profesores virtuales consiguen mantener entusiasmados a los estudiantes.