“Mientras que otras compañías como Instagram han encontrado un modelo de negocio, Twitter sigue sin descubrirlo”, explica el business angel español Carlos Blanco. Para este inversor, la clave está en el tipo de servicio que ofrece. A diferencia de la red social de imágenes y Facebook, centrados en el entretenimiento, la plataforma del pájaro azul cumple un importante papel informativo, por lo que no puede aplicar las estrategias de las primeras.
El peor escenario futuro para la compañía es conseguir un comprador, pero a un precio muy por debajo de su valor real. Pero no tiene por qué ser así si consiguen mantenerse a flote y seguir atrayendo inversión. “YouTube ha tardado mucho tiempo en encontrar un modelo de negocio viable, así que puede ser que Twitter aún lo descubra, no hay que descartarlo. Tienen que seguir probando nuevos productos y modelos de generación de ingresos”, sugiere Blanco.
Según el business angel, no todas las startups dedican sus esfuerzos a alcanzar valoraciones multimillonarias o desorbitadas compras desde el comienzo. “Muchas se convierten en negocios rentables que facturan, dan dividendos y no han sido creadas desde el primer día para venderse”, señala.
Las españolas Idealista, Atrápalo y Privalia, fundadas en la primera década del 2000, se han mantenido a flote durante decenios en el mercado, “generando beneficios a sus fundadores e inversores”.
Han alcanzado valoraciones de cientos de millones de euros y, finalmente, alguna ha terminado en manos de grandes firmas –el fondo Apax Partners acapara las acciones del portal inmobiliario y la francesa Vente-Privee compró Privalia por 500 millones de euros el año pasado–. Pero para Blanco, estas transacciones “son una consecuencia y no un fin”.