La base de todo es tener siempre en mente que hace falta un líder, y no un simple gestor de tareas. Un alto directivo de una empresa, el propietario de un negocio o un jefe de departamento necesita ganarse el respeto y la confianza de los empleados a su cargo si quiere tener éxito en su trabajo.
Y en ese trabajo de construir un verdadero liderazgo, la comunicación es un pilar fundamental. Escuchar activamente y hacer todas las preguntas que necesites a las personas a las que estás gestionando no es una señal de debilidad ni te resta credibilidad; todo lo contrario, lo más probable es que las personas que acaban de conocerte en tu nueva posición alcancen un estado de confianza hacia ti. No saberlo todo no es un dato negativo, y utilizar el humor para acercar posiciones es un método hábil para dar una sensación de transparencia. De esa manera, se aumenta el ánimo del equipo y la sensación de que no son meros ejecutores, sino que son responsables de una porción de éxito en los resultados.
Aportar el sistema de puertas abiertas, por la que cualquier trabajador pueda con libertad acceder a un contacto directo con los cargos altos, profundiza en las buenas relaciones, verticales y horizontales, y por tanto en la satisfacción de los empleados. Es importante sentarse con el equipo tan a menudo como sea posible y pedirles un reporte de lo bueno, lo malo y cualquier detalle que puedan aportar para un mejor rendimiento global. Esto logrará mantener abierta la línea de la comunicación bidireccional.
Además, no solo necesitas estar seguro de ti mismo y mostrar confianza en tu buen desempeño como líder (por nuevo que seas), sino que también tienes que volcarte en mostrar confianza en la capacidad del equipo para generar soluciones propias. La humildad es un punto fuerte: no se trata de que llegues con la intención de formales y enseñarles una nueva y mejor forma de hacer las cosas, sino aprender uno de los otros y viceversa para mejorar la efectividad en el trabajo de todos. Puedes ayudar a tus empleados a desarrollar mejor sus habilidades, mediar y ejercer de guía; pero de todas formas, no hay que olvidar que ellos tienen la experiencia, y que también pueden aportar una información más que valiosa.
Es importante igualmente aumentar la confianza del equipo en sus propias habilidades, recordándoles que ninguna idea es demasiado escandalosa considerar para que ninguna de ellas pueda escaparse.
El compromiso recíproco es la apuesta firme del liderazgo potente y la buena gestión de equipos. Esto se desarrolla con tiempo, pero de todas maneras hay que cultivarlo; y la comunicación de doble dirección es la clave para crear los vínculos de confianza, de compromiso con el proyecto y de convivencia. Si muestras a tu equipo que confías en ellos y muestras tu respeto por su trabajo, ellos responderán de la misma manera. Depende en gran medida de ti sacar lo mejor de ellos.