En pleno siglo XXI, todavía existe esta clase de distinción entre hombres y mujeres, pese a que en muchas ocasiones se considere casi una invención de un sector. Las estadísticas dicen que las mujeres tienen más formación que los hombres, y las facultades tienen un mayor número de estudiantes femeninas en una gran mayoría de las carreras que se imparten; a pesar de ello, todavía hablamos de la brecha laboral y de una abrumadora presencia de directivos masculinos en comparación con la de mujeres.
Un estudio de PricewaterhouseCoopers concluyó que las mujeres renuncian voluntariamente a seguir escalando en sus carreras profesionales una vez que alcanza un nivel de mando intermedio, en comparación con sus colegas del sexo masculino, que extienden su ambición laboral hasta llegar a las cotas más altas. La respuesta a este problema es a menudo asignar a las mujeres que suponen una promesa para la compañía un mentor que enfoque sus carreras y les guíe a través de la ruta más adecuada a recorrer. Pero lo que las mujeres necesitan realmente es colocar su currículum y toda su experiencia laboral en el despacho adecuado.
Por otra parte, un informe de Harvard Business Review informó que, en lugar de los mentores, los patrocinadores son más eficaces llamando la atención sobre las cualidades de sus patrocinados. Los patrocinadores son líderes influyentes que pueden abrir la puerta a nuevas oportunidades. Mientras que los mentores procuran hacerte mejorar, los patrocinadores te ayudan a ascender. Resumiendo, la diferencia clave es que los primeros están enfocados a un contacto director e individualizado con un profesional, mientras que los segundos prefieren centrarse en la lista de contactos para mediar entre su protegido y las empresas.
La parte complicada de este asunto es que es mucho más fácil encontrar a un mentor que a un patrocinador, ya que, por lo general, los profesionales millennials son los que eligen a sus propios mentores, mientras que en el caso contrario son los patrocinadores los que apuestan por un profesional.
A pesar de ello, hay algunas tácticas para lograr captar la atención de los patrocinadores, y con ello empujar con fuerza sus carreras profesionales hacia el estrellato:
Para empezar, ir un paso más allá de las funciones que ejerces actualmente para demostrar tu talento en diferentes áreas y tu ambición. Deberías potenciar tu visibilidad ante los patrocinadores potenciales asumiendo tareas o proyectos adicionales, y exponerlo para que los patrocinadores puedan comprobar tu talento, y al mismo tiempo, tu confianza en tus propias capacidades.
En realidad, el patrocinio también fortalece (o debilita) al patrocinador. Cuando asume un riesgo al abogar por un empleado menos experimentado que otro, arriesgan su reputación. Las mujeres milenarias deben centrar su atención en los patrocinadores, y no tanto en mentores, si quieren hacer que sus carreras toquen la cima del poder y la gloria.