1) Ser un soñador. Los grandes líderes inspiran a otros con su pasión y su acción. No tienen la cabeza en las nubes, pero sueñan a lo grande, establecen metas y persiguen su futuro. Impulsados por una visión clara, encuentran bloqueos de carreteras con positividad y creatividad. Articular tu sueño puede ser mucho más difícil que usted pensaría, pero es un paso importante en la dirección de su equipo.
2) Nivelar el campo de juego. Los líderes no necesitan un puño de hierro. Un verdadero líder está abierto a comentarios, sugerencias e ideas. Alientan la creatividad y creen que cada miembro del equipo contribuye al éxito del negocio. Establecer un programa de tutoría entre los empleados que permite la colaboración capitaliza el potencial creativo de tus empleados. Las relaciones de mentor deben cruzar funciones y niveles de la organización. La asociación de personas que normalmente no trabajan juntas es ideal.
3) Esperar errores. ¿Alguna vez has oído hablar de un líder inspirador e indeciso? No, no existen. Un líder analiza una situación, toma una decisión y se apoya plenamente en ella. Pero también es rápido para reconocer un error y está listo para cambiar de rumbo. Los líderes deben tomar riesgos para asegurar que la innovación vive y respire en la organización. Algunas de las mejores lecciones de negocios se aprenden de “fracasos” por lo que no dudes en seguir tu instinto y el poder por delante preparado para navegar cualquier resultado.
4) La felicidad cuenta. Los líderes reconocen que los empleados felices son mejores empleados. Regresar a la comunidad es una gran manera de construir una fuerza de trabajo leal y cumplida. Establezca muchas oportunidades y lugares para que los empleados se involucren en el servicio comunitario y guíen con el ejemplo. Sí, ofreciendo tiempo libre y otros beneficios para la participación de los empleados es importante, pero nada supera ver como el CEO se ensucia las manos.