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¿Qué pasa es tu cerebro cuando haces un garabato?


Formas geométricas, caras felices, casas con árboles o lo primero que se nos pase por la cabeza. Es muy común que hagamos uso del bolígrafo que cae en nuestras manos cuando estamos distraídos y acabemos garabateando en el papel. Aunque no vayas a enmarcar la última servilleta sobre la que volcaste tu creatividad involuntaria, tienes que saber que los psicólogos lo valoran más de lo que crees. Según Jackie Andrade, experta de la Universidad de Plymouth, esas imágenes tienen un fin específico.

Como explica la investigadora, todo el trabajo de tu cerebro es procesar la información que recibe del entorno de manera constante. Desde la perspectiva evolutiva, te ayuda a mantener la mente con un mayor grado de consciencia de lo que está sucediendo a tu alrededor (¿No te ocurre que tienes a garabatear cuando escuchar una respuesta larga al teléfono?). Tu cerebro, tratando de protegerte, trata de mantenerse ocupado en una actividad que te apega a esta tierra.

Aquí es donde entra en juego tu subconsciente. Sea lo que sea que estés imaginando cuando sueñas despierto, todas las imágenes pasan a un primer plano. El problema es que esas ensoñaciones queman una gran cantidad de energía, por lo que dejar que tu mente vuelve demasiado lejos de tu cuerpo no es siempre una idea saludable.

La cuestión es que una parte de tu cerebro se está creyendo esa versión que generas cuando tu mente sale a airearse, de modo que esa área más racional trata de encontrar un método para centrarse y aferrarse a la realidad. Garabatear ofrece a tu cerebro un extra de estimulación que está buscando cuando lo que te rodea es demasiado trivial. De esa manera, evita devorar un exceso de energía.

La táctica funciona increíblemente bien. En una prueba ideada por Andrade, las personas que escribieron mientras escuchaban una cinta recordaban un 29% más que las que solo oían la grabación.

Hay dos grandes conclusiones que se desprenden del experimento de Andrade. La primera es que ponerse a hacer dibujos en cualquier parte es una señal de que no tienes suficiente estimulación: si acabas llenando la habitación o el despacho de miniaturas de obras de arte propias, puede que tengas que plantearte un cambio del entorno, incluso de tu carrera profesional. Por otra parte, si estás en una situación aburrida y desesperante que tu imaginación trata de evitar, garabatear de forma consciente sobre cualquier superficie es una forma eficaz de permanecer aferrado al aquí y al ahora.