Una idea puede sonar muy bien en la cabeza, pero no ser del todo factible en las condiciones que habías planteado. Un plan de negocios te ayudará a ir encontrando esas barreras, al tiempo que descubres oportunidades que no contemplabas. Se trata de un documento único con varias secciones, que incluyen una descripción de la organización, la investigación de mercado, un análisis de la competencia, estrategias de ventas, requisitos laborales y datos financieros.
El documento que finalmente resulte de tu estudio te servirá como una buena guía de tu negocio, y además ser un informe válido para las instituciones financieras, de modo que puedan aportar capital a la fase inicial de tu proyecto.
Un plan de negocios podría ocupar decenas de folios repletos de letras y números, pero para una empresa pequeña es mejor mantenerse en la concisión, redactando un informe breve de unas 25 páginas. Básicamente, tu plan debería contener los siguientes apartados:
1. Resumen ejecutivo: ocupa la parte inicial, pero realmente se debería configurar como última tarea. Se trata de una lectura breve y optimista del negocio que traes entre manos, y que debería captar la atención del lector.
2. Estudio de la industria: una visión amplia del mercado y de cómo pretendes competir en el sector que te corresponde.
3. Análisis del mercado y la competencia: una breve demostración de tu dominio sobre el alcance real de las empresas que serán tus competidoras, justificando que hay suficiente demanda de tu producto o servicio como para que el negocio sea viable.
4. Plan de marketing y ventas: ¿Cómo vas a atraer a los potenciales clientes para que compren en tu negocio? Expláyate en la publicidad, la estrategia de precios, las ventas y la distribución, así como del soporte post-venta.
5. Plan de gestión de propiedad: se describen en esta sección la estructura legal, la propiedad y la gestión de personal.
6. Plan operativo: atento a cuáles son los requisitos físicos de la empresa (oficinas, almacenes, inventario, suministros…).
7. Plan financiero: quizá la parte más importante y compleja, especialmente si necesitas atraer inversores o una inyección de capital. Básicamente se trata de demostrar con datos realistas que el negocio es rentable y será capaz de crecer. Estudia los ingresos previsto, los flujos de caja y los balances. Un truco: subestimar los ingresos y sobreestimar los gastos.
8. Apéndices y anexos: toda la información detallada que apoye a las secciones anteriores.