El mayor problema es que entrando en el modo de hibernación no obtendrás ninguna exposición a la luz natural. La luz del sol tiende a mejorar tu estado de ánimo, y ayuda a tu cuerpo a producir vitamina D, que se ha demostrado que ayuda a regular el sistema inmunológico, reducir la inflamación en el cuerpo y mucho más. La luz del sol también ayuda a mantener tu reloj interno en el horario y tu ritmo circadiano desempeña un papel importante en la regulación del apetito, horario de sueño, y los niveles de energía. Una investigación ha demostrado que la exposición excesiva a la iluminación eléctrica puede deshacerse de los ritmos internos.
No olvidemos la gran cantidad de beneficios para la salud que tiene el pasar tiempo en la naturaleza: alivia los síntomas de la depresión, aumentar tu energía y mejorar el bienestar general. Además, un estudio de la Universidad de Glasgow en Escocia encontró que las personas que caminaban, corrían o andaban en bicicleta en la naturaleza tenían un menor riesgo de mala salud mental que las personas que ejercitaban en el gimnasio o en casa.
Hay ciertos días que puedes sentirte sin ganas de pasar mucho tiempo al aire libre. No está mal, simplemente no conviertas el “sofing” en un hábito. Y ten en cuenta que el hasta 20 minutos por día de “ecoterapia”, como algunos lo llaman, puede hacer tu mente y el cuerpo más fuertes.