Gigerenzer, autor del libro Gut Feelings: The Intelligence of the Inconscious, se describe como alguien intuitivo y racional. “En mi trabajo científico, tengo presentimientos, no puedo explicar siempre por qué creo que cierto camino es el camino correcto, pero tengo que confiar en esa sensación y seguir adelante. También tengo la capacidad de experimentar estos presentimientos en la vida privada, por ejemplo, cuando conocí a mi mujer. Entonces ninguno tuvimos que hacer cálculos, fue pura intuición de que aquél era el camino“
Y ahora viene la gran pregunta: ¿alguien muy intuitivo es más inteligente? Según Gigerenzer, hay una amplia probabilidad de que así sea, sobre todo cuando hablamos de personas que ya son intelectualmente curiosas, rigurosas en su búsqueda del conocimiento y están dispuestas a desafiar sus propias suposiciones.
Permitidme exponer este argumento de forma más sencilla. Si lo único que haces es sentarte en una silla y confiar en tu intuición, no estás beneficiando a tu inteligencia, pero si te sumerges en un tema y estudias numerosas posibilidades, estás ejercitando la inteligencia cuando tu instinto te dice lo que es – y no es – importante.
En algunos aspectos, la intuición podría ser concebida como una clara comprensión de la inteligencia colectiva. Por ejemplo, la mayoría de los sitios web se organizan hoy de forma intuitiva, lo que significa que son fáciles de entender y para navegar por la gran mayoría de las personas. Este enfoque se planteó después de muchos años de caos online como una sabiduría común sobre qué información era superflua y cual era esencial. De hecho, el diseño intuitivo se describe como “aquél comprensible sin el uso de instrucciones”.
Albert Einstein dijo: “La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un siervo fiel, hemos creado una sociedad que honra al siervo y ha olvidado el don”. A veces, un mandato corporativo o de grupo puede hacer que tu deseo de producir un determinado resultado guíe a tu mente racional en la dirección equivocada. En momentos como estos, es la intuición la que tiene el poder de salvarte. Ese “mal presentimiento” que te roe es tu intuición, diciéndote que ese es el camino equivocado. Las personas inteligentes escuchan esos sentimientos.