Cuando las personas operan fuera de su flujo es el momento en el que empiezan los problemas. Por ejemplo, si una persona tiene habilidades más limitadas u ostenta menos experiencia pero trabaja en un entorno desafiante y llenos de retos, tenderá a sufrir ansiedad y estrés. Por el contrario, si las habilidades son demasiado avanzadas en el profesional para una empresa con poco movimiento, el aburrimiento y la apatía sobrevendrán.
En el mundo de los negocios, esta situación se produce cuando las habilidades e inclinaciones no son simplemente un ajuste de la propia carrera que eligieron. Por eso, encontrar el punto adecuado, tanto en términos de habilidad como de inquietudes, es el factor más determinante para el éxito.
1. Conoce tus fortalezas y tus habilidades. La introspección inicial es el primer paso para adaptarte al flujo y reconvertirlo eficazmente. Sitúa esas fortalezas por encima del miedo, de la comodidad o del pensamiento “así es como lo hace todo el mundo”. Si tienes a las aptitudes creativas, no intentes simplemente encajar en funciones meramente técnicas. Si eres bueno con algo, no te conformes fácilmente con menos. De todas formas, una misma tarea puede abordarse de varias maneras; no tires por la borda tus posibilidades y sé honesto sobre tus capacidades.
2. No procures tener demasiada comodidad. La comodidad personal puede ser una razón suficientemente fuerte para aguantar los primeros síntomas de que algo no termina de encajar. La mera comodidad sirve durante un tiempo; desde luego, si tus habilidades son otras o están por encima de las tareas que te ha asignado, no aguantarás demasiado sin sentirte insatisfecho. Piensa a lo grande, y procura no acomodarte incluso si todo se presta a ello.
3. Aprende a asumir riesgos. Que el cambio sea difícil o implique riesgos no quiere decir que no valga la pena. Rodéate de gente que te apoye y de mensajes positivos. Muchas personas no cuentan con el apoyo o no tienen el valor suficiente para dar u salto, y como consecuencia pierden las oportunidades que se les presentan. Hay quien dice, incluso, que no es difícil no merece la pena. Si estás esperando el momento en el que se alineen los astros y todo sea perfecto, nunca cogerás el tren. Tienes que atreverte a enfrentarte a los riesgos si quieres encontrar ese flujo de trabajo perfecto. Al principio podría asustar, pero el resultado trae con buenas recompensas debajo del brazo.