Cuando los inversores europeos toman la decisión de ir más allá de la bolsa de su país para buscar oportunidades en otros mercados de la región, muchas veces tienden a centrarse en las grandes compañías, en los nombres que más suenan y copan los índices de referencia. Sin embargo, hay mucho valor por descubrir más allá de estas empresas.
A veces es complicado saber de qué hablamos cuando nos referimos a ‘pequeñas’ compañías. Y es que no existe una norma estricta que marque en qué segmento debe estar una empresa: qué es pequeña y qué gran capitalización puede cambiar de un país a otro, y también evolucionar a lo largo del tiempo. Pero, grosso modo, actualmente el 15% de las acciones cotizadas a nivel global está entre las llamadas pequeñas compañías. Esto supone un universo de oportunidades para los inversores de alrededor de 15.000 empresas.
Existen muchos mitos en torno a las empresas que tienen una capitalización bursátil menor. Por ejemplo, que son más volátiles que las grandes, cuando en realidad la volatilidad es prácticamente igual en ambos segmentos de mercado.
Además, la evolución de las pequeñas compañías en bolsa está más influenciada por lo que hace la propia compañía o por las tendencias regionales, y no tanto por los factores macroeconómicos que tanto impacto tienen en las grandes empresas que cotizan en indicadores como el EuroStoxx 50.
Por otro lado, aunque sus beneficios pueden verse más afectados por los cambios en los ciclos económicos que los de las grandes compañías, otro punto a favor de las pequeñas es que en general sus resultados se recuperan más rápido cuando sufren un revés, porque tienen mayor agilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes de los mercados.
Aunque sí hay aspectos a tener en cuenta. Principalmente detectamos una limitación en este segmento: la liquidez. Éste es uno de los pocos puntos de riesgo que tienen las empresas pequeñas, por eso es importante que los inversores se apoyen en los expertos y pongan la selección de compañías en manos de un gestor que conozca bien este entorno. Así podrán estar seguros de que se están exponiendo a este universo con una diversificación y un control del riesgo adecuados.
Dicho esto, el escenario actual es ideal para añadir un toque small en las carteras, siempre con un enfoque a medio o largo plazo, al menos de entre 3 a 5 años. Pero obviamente no existen las mismas oportunidades en todos los sectores.
Una buena opción para encontrar valoraciones atractivas es fijarse en las compañías ligadas al ciclo económico europeo, cuyas valoraciones estaban deprimidas hasta ahora por el escenario deflacionista que descontaban los mercados. Y es que aunque la situación económica y política actual de algunos países puede añadir presión a corto plazo a industrias como la inmobiliaria o compañías exportadoras, lo cierto es que conforme la economía europea vaya mejorando, más altura deberán tomar las compañías de la región.
Pero más allá del momento actual, las perspectivas de las pequeñas compañías muestran que les espera un futuro prometedor. Sobre todo en lo que respecta a las megatendencias que marcarán la inversión en próximos años y décadas: el desarrollo tecnológico, la robótica o las ventas online, entre otras. El reto aquí es identificar compañías que de verdad sean innovadoras, transformadoras, que aporten algo diferente desde su segmento. Encontrar aquello que las hace grandes.
ISABELLE DE GAVOTY
Gestora de AXA IM