No hay razón para que “pruebe” el cargo en cuestión desde el momento en que se le ofrezca la plaza sin el aumento del sueldo correspondiente. Si aceptas un salario más bajo del que ganan otros profesionales por hacer lo mismo, le estás diciendo a tu empresa: “Puedes pagarme menos de lo que pagarías a un nuevo empleado porque ya trabajo aquí”. Un mensaje nada recomendable.
También es posible que le ofrezcan trabajar los seis primeros meses por su salario habitual y recibir su aumento salarial al finalizar el periodo de prueba con carácter retroactivo a la fecha de su promoción. En cualquier caso, lo que acuerde con su jefe déjelo por escrito y acuda a su gerente de recursos humanos para confirmar que sus superiores entienden el acuerdo de la misma manera que usted.
Al mismo tiempo, mantenga los ojos abiertos más allá de su empresa actual. Cuando una propuesta de promoción está poco remunerada transmite escasa fe de liderazgo y poca preocupación de la compañía por los miembros de su equipo. Una empresa seria le daría desde el primer momento el aumento, o al menos una primera mitad al inicio del periodo de prueba y otra al finalizar satisfactoriamente.
Recuerde que ningún sentido de lealtad debe mantenerlo en una organización que quiere que asuma una gran responsabilidad sin compensación adicional, para así ahorrar dinero. ¡Eso no es manera de tratar a alguien que ya los ha ayudado a crecer!